Llum BCN 2022 invade las calles del Poblenou con propuestas innovadoras y disruptivas
Las calles del Poblenou (Barcelona) volvieron a llenarse de visitantes que, durante tres días, pudieron disfrutar de las expresiones artísticas del Llum BCN 2022, donde la iluminación actúa de eje conductor de un festival que se consolida en el panorama urbano internacional. Una edición que contó con propuestas experimentales, sensoriales y, sobre todo, reflexivas sobre la sociedad actual y que se cerró con la entrega de los Premios Llum BCN 2022 a las mejores propuestas del talento emergente.
Llum BCN volvió a ser el mayor exponente del arte lumínico a nivel mundial. El festival recuperó sus fechas originales y contó con propuestas internacionales que recibieron la admiración de los más de 100.000 visitantes que asistieron a esta 11ª edición. Un total de 15 instalaciones de artistas profesionales recuperaron el espacio urbano, con interesantes propuestas gratuitas, consolidando este innovador festival y posicionando la ciudad de Barcelona, y en especial, el barrio del Poblenou, en la esfera del arte y la experimentación, con las nuevas tecnologías como eje conductor y la luz como principal protagonista de esta innovación artística.
Expresiones artísticas que han conseguido sorprender, emocionar y ser base de reflexión del mundo que nos rodea. El riesgo que suscitan las redes sociales e internet, en especial con las fake news, la concienciación medio ambiental o la exploración de los límites de la expresión humana, han sido algunas de las iniciativas que pudieron visitarse de forma gratuita durante los tres días de festival.
Un evento que arrancó con una original propuesta de la mano del artista local Antoni Miralda, creador invitado de la presente edición del Llum BCN 2022, y su particular ‘formigonera’. La rúa 'Hormigonera del PobleNew: balada para un estómago’ discurrió por las principales arterias de este cosmopolita barrio barcelonés, recuperando su esencia y representando la rápida metamorfosis de este enclave urbanístico, a través de un elemento propio de la construcción. Una metáfora del cambio que ha experimentado este barrio en los últimos años, hasta convertirse en uno de los espacios más tecnológicos de la ciudad.
El desfile fue una de las atracciones de la jornada y su poética de luz y color estuvo encabezada por tres motos Harley Davidson; mientras que 7 mini hormigoneras cerraron esta particular comitiva que fue todo un reto para Antoni Miralda, un artista multidisciplinar muy arraigado a la cultura local, cuyo trabajo ha estado vinculado al concepto del ‘food cultura’.
La representación poética de la hormigonera de Antoni Miralda, marcó el inicio de la 11ª edición del Llum BCN, con un desfile por los principales puntos del Poblenou.
La representación de 7 mini hormigoneras cerraron esta innovación urbana de Antoni Miralda.
Propuestas en el entorno del Disseny Hub
El Disseny Hub, en plena plaza de las Glòries, fue uno de los puntos neurálgicos del Llum BCN. En su interior se acogieron algunas de las pocas iniciativas en recinto cerrado. Domestic Data Streamers creó específicamente para el festival su ‘Data Heartbreak’. Un experimento ante el alud de mensajes, tuits, vídeos, fotos… que se intercambian en red y explorando, a través de la iluminación, la intoxicación, la apatía y, a su vez, la importancia de los datos. Un recorrido experiencial donde la desinformación se convierte en la luz que ilumina a los ciudadanos. Una exhibición que puede visitarse más allá del Llum BCN, durante todo el mes de febrero, en la Sala A del Disseny Hub Barcelona.
La alegoría a la desinformación, en tiempos de sobreinformación, es el experimento lumínico de Domestic Data Streamers para el Llum BCN. Una propuesta que se mantiene todo este mes de febrero en el Disseny Hub de Barcelona.
En la sala contigua, uno de los artistas más reconocidos del panorama artístico y, sin duda, una de las exhibiciones más concurridas: ‘Row’ de Tundra. Este colectivo de San Petersburgo crea experiencias multisensoriales, a través de la interacción entre la luz, el sonido, el espacio y las percepciones que proyecta. Mediante un vector modular y escalable de proyectores holográficos, Tundra lo traduce en mensajes y sonidos, evocando la percepción de la información, el lenguaje y el diálogo.
En la zona exterior del Disseny Hub el arte urbano se podía respirar en cada esquina. Situado sobre el lago artificial del Museo del Diseño, Ulf Langheinrich descubre con ‘OSC-B’ imágenes proyectadas en la gran pantalla LED, que se reconfiguran por la interferencia de distintos patrones de ondas originadas, precisamente, por la ondulación natural del agua.
Sin abandonar el característico edificio del Disseny Hub, Su fachada sirvió de mapping de Trevor Paglen para su representación de ‘Faces of ImageNet’ que pretende dar un toque de atención sobre los peligros de la Inteligencia Artificial. Esta instalación interactiva reflexiona sobre la recopilación, el uso de millones de datos en la red y la vigilancia continua a la ciudadanía. Una cámara permitía capturar la cara de los participantes en el Llum BCN y, mediante la IA, se procedía a etiquetar, a partir de una serie de algoritmos de aprendizaje de ImageNet. En ocasiones, estas etiquetas no siempre fueron acertadas, pero consiguió dar un guiño a este mundo tan cambiante y, profundamente, tecnológico.
Por su parte, la plataforma de diseño de iluminación Protopixel propuso una obra colectiva con ‘Mix & Match’ sobre la mítica Torre Agbar. A partir de unas tablets interactivas, los visitantes tuvieron la oportunidad de seleccionar distintos patrones de luz, para crear nuevas composiciones lumínicas en este edificio en tiempo real.
El riesgo de la Inteligencia Artificial fue el ‘leitmotiv’ de Trevor Paglen (izquierda); mientras que Ulf Langheinrich explora los patrones por ondas en su majestuosa pantalla LED sobre el agua (derecha).
Jugar con los sentidos
La combinación de la luz y los sentidos jugaron un papel importante en Llum BCN. ‘Olorama’ de Juan Pablo Ramírez (Juankrha & Yolimonada) es una oda a los aromas que se utilizan, por ejemplo, para la construcción de imágenes en la mente. Una iniciativa que surge como reminiscencia a los patrones de los populares panoramas del siglo XIX. Los visitantes tuvieron la oportunidad de interactuar y descubrir los olores que se desprendían, de cada uno de los espacios, creando un efecto ilusionista, a través de las luces que se proyectaban.
‘Chocolate con luz’ de Jordi Canudas fue sin duda la iniciativa 'más dulce' del festival. Este creador internacional, cuyo estudio se encuentra, precisamente, en Barcelona, aunque tiene obras expuestas en el MoMA de Nueva York, expone en Llum BCN la tradicional asociación de la luz y el calor. En dos puntos ambulantes se encontraba el chocolate, mientras un foco de gran potencia lo iba derritiendo. Esta afectación de la luz en la materia se proyectaba en unos grandes paneles, mientras que el chocolate fundido pudo ser degustado por los asistentes.
El efecto que el calor proyecta desde el potente foco sobre chocolate, es parte de la propuesta de Jordi Canudas, una de las iniciativas ‘más dulces’ del festival.
‘Dialogar’ de Raúl Goñi invitaba a reflexionar sobre la importancia de la comunicación como fuente para la resolución de conflictos o la capacidad de generar debate. Esta obra estaba formada por dos grandes lenguas inflables que reposaban sobre el edificio de la Casa de las Letras y que se iluminaban en función del número de personas que accedían al recinto. Cuanta más gente, más se iluminaban.
Representaciones oníricas y sensoriales
El Estudio de Antoni Arola propuso uno de los proyectos más experimentales del festival. Situado en el MUHBA Oliva Artés, ‘Limbo’ pretendía construir un laberinto en constante transformación, donde la percepción real queda en segundo plano, experimentando el momento de entrar en escena de un actor en un escenario teatral. Era importante perderse y desorientarse en un recorrido libre y cambiante.
Por su parte, Cabosanroque, el dúo de artistas sonoros, evocaba en ‘Serres’, situado en los jardines de Miquel Martí i Pol, un diálogo entre el ser y el representar, a partir de un escenario montañoso translúcido, donde la luz tenía su protagonismo, para evocar el movimiento de la naturaleza.
Para propuesta cegadora la liderada por Mariona Benedito y Cube.bz con ‘Espectre’ para representar una antigua central transformadora de energía eléctrica, que en el pasado alimentaba las fábricas y talleres del Poblenou industrial. Un poema visual donde la sensórica es vital, para participar en este proyecto, mediante oscuridad, retención retiniana, percepción subliminal, memoria sensorial… aunque no recomendada para personas con problemas epilépticos.
La potencia de la luz y los sonidos graves de ‘Espectre’ para ‘recrear’ un antiguo transformador eléctrico, característico del Poblenou industrial.
Finalmente, Cristian Rizzuti y Julián Álvarez se esconden tras la evocadora ‘Amnesia’. Una instalación inmersiva concebida como una perfomance en cinco etapas. La luz, sobre un lienzo de tela, se hacía tangible en color, para orquestar composiciones visuales y sonoras, con recreaciones fluorescentes.
Premios Llum BCN 2022
El festival también puso en valor el talento local emergente, no sólo con la exhibición de las distintas creaciones realizadas por los estudiantes, que pudieron visitarse en el parque del Poblenou, sino por los premios que otorga el festival. En esta edición, el jurado ha querido premiar ‘ex aequo’ de ‘A Nature’ de ELISAVA (Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona) por su precisión, sutileza, sobriedad y por el diálogo generado entre lo artificial y lo natural; y ‘Hogar’ del ETSAB-UPC (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona), por la capacidad de crear un espacio a través de la luz, la calidez y la interacción con el público.
‘A Nature’ de ELISAVA (arriba) y ‘Hogar’ de ETSAB-UPC (abajo) se impusieron ‘ex aequo’ en los Premios Llum BCN 2022.
El jurado lo formaban Xevi Bayona, arquitecto, creador y director artístico del festival Lluèrnia de Olot; Alba G. Corral, artista visual, desarrolladora de código y docente; Maria Mauti, directora de cine documental y graduada en Filosofía; Max Milà, artista y diseñador, y Carme Ribas, arquitecta y profesora de proyectos arquitectónicos.
Algunas de las propuestas de las escuelas artísticas participantes en la presente edición del festival en el Parque del Poblenou.