"La sensación del visitante cuando accede a la sala hace que sus sentidos vibren, tal cual habíamos buscado en el origen del proyecto"

A principios del siglo XVI, en la España regida por los Reyes Católicos, el Cardenal Cisneros encarga el traslado de la anterior Sala Capitular situada en la Capilla Mozárabe que se encontraba a los pies de la Catedral para disponer la nueva en el lado derecho del ábside.

Esta nueva sala de planta rectangular contaría con un excelente artesonado mudéjar en su techo, pinturas murales en los dos tercios superiores de sus paramentos verticales, representando trece escenas de la vida de la Virgen y la Pasión de Cristo, y una serie de retratos de arzobispos toledanos en su tercio inferior, además de una bancada corrida de madera a lo largo de la misma. En ella intervinieron a lo largo del tiempo artistas de la talla de Juan de Borgoña, Tristán, Goya, etc.

Acceder a trabajar en un espacio en el que han dejado su huella figuras de tal nivel supone un gran reto profesional.

El objetivo de la restauración era ‘devolver a la luz y al color’ las pinturas de Juan de Borgoña, entre otras.

El desarrollo del proyecto de iluminación de tan singular espacio se basó en tres grandes pilares del conocimiento: el conocimiento de la arquitectura y la pintura existentes; el conocimiento de los procesos de percepción del observador; y, como no, el conocimiento de la luz.

Conocimiento de la arquitectura y pintura

En cuanto al conocimiento de la arquitectura y pintura, se tuvieron muy en cuenta, por un lado, las proporciones de la sala en la que había que intervenir: planta rectangular de 13,83 x 7,92 m con una altura de 8,40 m.

Por otro lado, se estudiaron los materiales que definían todos sus paramentos, así como el comportamiento de estos frente a la luz.

El techo con su artesonado mudéjar dorado con policromías, los paramentos verticales en sus dos tercios superiores con pinturas murales y en su tercio inferior con retratos de los arzobispos, además de una moldura de amplio desarrollo que dividía a lo largo de toda la sala el tercio inferior de los retratos del resto de pinturas murales.

Se tuvieron en cuenta los tratamientos superficiales de restauración y conservación y su comportamiento ante la luz.

El conocimiento y análisis de todo ello condicionaría la solución de iluminación final.

Conocimiento de los procesos de percepción del observador

En cuanto al conocimiento de la percepción del observador, se analizaron los diferentes recorridos visuales que este podría realizar en su visita por la sala, teniendo en cuenta la secuencia visión, memoria, percepción y finalmente sensaciones.

El objetivo final, cuando se interviene en este tipo de espacios, es tratar de hacer vibrar las sensaciones del observador a través del afinamiento adecuado de la atmósfera creada por la luz para tal fin.

Conocimiento de la luz

En cuanto al conocimiento de la luz, el visitante u observador no percibe la luz que llega a las superficies que definen el espacio, sino la luz que estas le reflejan.

En este sentido, no es lo mismo iluminar un artesonado dorado que un artesonado de madera oscura. Ambos, siendo el mismo elemento arquitectónico, se perciben de forma muy distinta.

Por otro lado, según el ángulo con el que la luz incida en una superficie, se producirán sensaciones diferentes.

Así pues, decisiones sobre la luz en cuanto a su ubicación, cómo será esta, qué fuente de luz, qué ópticas y qué potencias utilizar son básicas para la obtención de un resultado adecuado.

En el caso que nos ocupa, lo más complejo consistió en localizar una ubicación en el espacio tal que desde el mismo punto se pudieran solucionar los diferentes retos que se nos presentaban, a saber:

• Iluminar indirectamente el artesonado mudéjar dorado con policromia de forma uniforme sin perder su volumetría.

• Iluminar uniformemente sin producir brillos las pinturas murales de Juan de Borgoña en los dos tercios superiores de los paramentos verticales.

• Iluminar los retratos de los arzobispos sin que la moldura de separación entre estos y las pinturas murales arrojara sombra sobre los retratos, lo cual añadía un grado de complejidad a la solución final.

La solución final para cumplir todos los requisitos anteriormente citados consistió en la incorporación de una estructura Hi-Trac Erco suspendida de cables acero horizontales y tensados en las paredes largas de la sala, para evitar taladrar y suspender la estructura del artesonado mudéjar.

La estructura Hi-Trac en su parte superior incorpora de forma integrada una luminaria LED 12w/2 m 3.000 K IRC97 con una óptica extensiva, y en su parte inferior un rail electrificado con tres fases para ubicar proyectores.

Para la iluminación de las pinturas murales de Juan de Borgoña se instalaron proyectores Parscan Erco LED 12w 3.000 K IRC97 con óptica bañadora de pared.

Para resolver el punto más crítico de la solución planteada y poder iluminar los retratos de los arzobispos del tercio inferior sin que la moldura arrojara sombra sobre ellos, hubo que ubicar los proyectores en la pared contraria. Y para evitar los deslumbramientos del visitante al transitar por la sala se recurrió a una solución extraordinaria, iluminar con proyectores de contornos tipo Pollux Erco LED 10 w 3.000 K IRC97, de tal modo que el haz de luz se recortaba por encima del campo visual del observador, evitando así tanto el deslumbramiento directo como la llamada de atención de una fuente de luz que venía desde enfrente.

Para equilibrar, afinar y modular las sensaciones finales, cada uno de estos tres circuitos, el de luz indirecta sobre el artesonado, el del baño de pared de las pinturas murales y la iluminación de contornos de los retratos, estaban regulados mediante un sistema de control y regulación de luz externo.

Con todo ello la sensación del visitante cuando accede a la sala hace que sus sentidos vibren, tal cual habíamos buscado en el origen del proyecto.

Créditos del proyecto

Propiedad Cabildo de la Catedral Primada de Toledo: Don Javier Hernández de Pinto.

Arquitecto conservador de la Catedral Primada de Toledo: Don Jaime Castañón Fariña.

Restaurador de la Catedral Primada de Toledo: Don Antonio Sánchez Barriga.

Empresa constructora: Geocisa.

Iluminación: Erco Iluminación, José Luis Cañas y Oscar Vázquez.

Fotógrafo: Nano Cañas.