"Lo importante es poder crear escenas de luz según las actividades que realicemos, y eso se puede conseguir también con luminarias tradicionales"
Hogares, todo. El papel de la luz en tiempos de reclusión
En toda esta situación el espacio estrella ha resultado ser, previsiblemente, el balcón o terraza, convirtiéndose en el elemento más deseado para unos y el más envidiado para otros. Las aportaciones de luz natural al interior de la vivienda han sido el segundo aspecto más codiciado, así como las condiciones de aislamiento acústico tanto aéreo como al impacto fruto de la inevitable condición de convivencia vecinal.
Pero, siendo realistas, todas las condiciones antes expuestas son de difícil implantación en edificios ya existentes, y hoy por hoy no se contempla la posibilidad de sustitución de estos por otros nuevos. Sí que es en cambio más viable la mejora de las condiciones lumínicas de un hogar existente que, aunque no igualan el nivel de satisfacción que produce un buen balcón, contribuyen en gran medida al bienestar tanto físico como psicológico de las personas.
Estamos acostumbrados a que nuestro día a día transcurra en distintos escenarios, en los que se desarrollan el conjunto de actividades de nuestra rutina. Ahora hemos pasado a la situación en la que todo se realiza en un mismo espacio, llegando a pasar casi 20 horas diarias en una misma habitación, en el caso de los que tenemos nuestro espacio de trabajo en la misma habitación en la que dormimos. Para la gran mayoría, las consecuencias de esta situación están siendo problemas de sueño y dificultades de concentración o baja productividad. La falta de actividad física y de tiempo en el espacio exterior son las principales causas, junto con la exposición continua a un espacio que no varía, con unas condiciones lumínicas siempre idénticas.
La influencia que ejercen las condiciones lumínicas del entorno, en cualquier actividad o momento del día a día, en nuestro estado de ánimo, comodidad y eficiencia está demostrada por numerosos estudios. Aun así, el grado de afectación no es el mismo en todo el mundo, ya que influyen muchos factores que tienen que ver con la sensibilidad y la percepción subjetivos.
Hace pocos años empezábamos a hablar de los sistemas de iluminación con criterios ‘Human Centric Lighting’, cuya característica principal es la de emitir una iluminación cuyo espectro va variando a lo largo del día simulando las características de la luz natural, con el objetivo de favorecer los ritmos circadianos de los usuarios. De este modo, estos sistemas emiten luz con tonalidades más frías al mediodía, mientras que con la llegada de la tarde la temperatura de color va descendiendo hacia tonalidades más cálidas. Los principales ámbitos en los que se aplicaron estos sistemas fueron los hospitales, donde los pacientes pueden permanecer varios días sin cambiar de ubicación, y las oficinas. En el primer caso, esta medida supuso una gran mejora en los ciclos de sueño de muchos pacientes, llegando incluso a superar antes sus enfermedades. En el segundo caso, además de un mejor descanso nocturno debido al descenso de exposición a luz de espectros azulados por la tarde, supuso un aumento de la productividad y la concentración. Permanecer durante ocho horas expuesto a una misma iluminación puede llegar a ser muy fatigoso, no es algo natural.
Esto significa que la cuestión no es únicamente física, sino también psicológica. No se trata exclusivamente de la regulación de los niveles de melatonina, la hormona del sueño, en nuestro organismo mediante la exposición o no exposición a luz de espectros azulados, sino de variaciones en nuestro entorno que nos permiten hacer procesos, pausas y transiciones mentales. En el ámbito del retail también se ha experimentado mucho con el papel de la luz a la hora de favorecer la toma de decisiones para comprar ciertos productos, o en el simple hecho de conseguir que el cliente esté a gusto en un establecimiento.
Esta tardó más tiempo en ser aplicada a nuestras viviendas, al tratarse de lugares de menos uso. Sin embargo, en los últimos años se han empezado a comercializar sistemas de regulación de intensidad, temperatura de color o incluso tonalidades coloras. Un ejemplo presente en muchos hogares son las denominadas bombillas inteligentes controlables. La situación actual puede ser un punto de inflexión para empezar a tratar nuestros hogares con mayor prioridad y delicadez.
Ahí juega la sensibilidad de cada uno, ya que, como hemos comentado, al margen de los aspectos físicos comunes, la luz posee un alto grado de subjetividad. No se trata de llenar nuestras casas de bombillas inteligentes, si es algo con lo que no nos sentimos del todo cómodos. Lo importante es poder crear escenas de luz según las actividades que realicemos, y eso se puede conseguir también con luminarias tradicionales. En una habitación podemos tener una luminaria con fluorescencia compacta o LED de tonos más fríos, que puede ayudarnos a despejarnos e influir positivamente en nuestra concentración y focalización en una tarea. Pero en un momento de fatiga fruto del paso de las horas podemos pasar a encender otra luminaria más tenue, de luz cálida, incluso incandescente, y notar que este simple cambio nos vuelve a despejar de alguna forma, como un cambio de aires, y sentir que de nuevo se nos fomenta la creatividad y surgen nuevas ideas, o se nos antoja leer, o sentarnos a escribir. Incluso se puede jugar y experimentar también con los colores, en caso deseado, y añadir un punto de diversión que a la vez hace variar el espacio. Se trata de poder cambiar las condiciones lumínicas de nuestro entorno para facilitar al cuerpo el cambio de actividad.
Por eso, en definitiva, es muy importante diseñar los hogares con gran sensibilidad, del mismo modo que se hace en otros ámbitos ya mencionados. Es importante que la luz sea un elemento pensado, que se hagan dibujos, esquemas, estudio de distribuciones, que se piense en los recorridos de los usuarios, en las actividades, en momentos del día. La luz no puede ni debe ser algo que se sitúa en los planos de manera arbitraria en forma de malla espacial para cumplir el expediente. La habitabilidad de los hogares es responsabilidad del que los diseña.