Dinamismo lumínico en los espacios de exhibición fotográfica

Este articulo afronta un tema ciertamente complejo y difícil: cómo iluminar una exposición de fotografías. Una fotografía es la captura de una imagen bajo unas condiciones de luz concretas que se produce en un instante muy corto de tiempo. El esfuerzo del fotógrafo es querer transmitir un mensaje, no solo con la elección del tema/objeto fotografiado, sino especialmente por la configuración de la luz más adecuada que es elevada y está llena de complejidad. El fotógrafo trabaja con la luz como medio para transmitir un mensaje durante el proceso de captura y el diseñador de iluminación, encargado de la iluminación, debe trabajar con una luz que debe reflejar con autenticidad y confort el mensaje fijado sobre una superficie (la del panel fotográfico que puede tener diferentes características superficiales y comportamiento frente a la incidencia de la luz), ubicada en el espacio expositivo.

Es un hecho que habitualmente la fotografía se realiza bajo estrictas condiciones lumínicas, tanto natural como artificial, además del uso de diversas técnicas de control, tanto en la fase de captura como en la fase de revelado. Este trabajo tan refinado en el uso de la luz debe ser respondido con una excelente iluminación expositiva de la obra fotográfica, pero no siempre resulta fácil conseguirlo.

Fotografía impresa sobre textil en gran formato. Fuente: https://www.mca.com.au/exhibitions/photography-is-dead-long-live-photography/.

La luz en los espacios de exhibición es fundamental para la apreciación de las piezas artísticas; es el medio para entablar un diálogo entre el espacio, el objeto y el espectador. Es por ello que el espacio debe procurar un sistema de iluminación dinámica, adaptable al flujo de exhibiciones, al carácter de cada exposición y, a la vez, un recorrido placentero para los visitantes.

En las últimas dos décadas la incorporación de sistemas de iluminación LED ha revolucionado el diseño lumínico de las salas de exposición. Estos sistemas permiten una regulación precisa de la intensidad y del espectro cromático facilitando tanto el cumplimiento de los requerimientos técnicos para la conservación de las piezas, como la creación de ambientes visualmente impactantes que buscan involucrar emocionalmente al espectador en la experiencia museográfica.

En el caso de la fotografía, cada obra posee características únicas de formato, materialidad y contenido que determinan desafíos particulares cada exhibición. La variabilidad de las piezas fotográficas, que abarca desde el tamaño y disposición de las imágenes hasta el tipo de soporte o la temática tratada, exige un enfoque lumínico específico que garantice la mejor presentación de cada trabajo, al mismo tiempo que se protege su integridad.

La fotografía, además de transmitir un mensaje a partir de la imagen, es fundamentalmente la captura de luz de un instante. Por ello, es de suma importancia lograr una interacción adecuada entre la iluminación de la fotografía y la luminaria que exhibe la obra en el espacio. Entre los principales desafíos lumínicos en las exhibiciones fotográficas se encuentra el brillo excesivo, el contraste desequilibrado y la adaptación inadecuada a los tipos de formatos tanto en materialidad como tamaño.

El exceso de luz en una fotografía puede generar reflejos no deseados y bajos contrastes, perjudicando la apreciación de los detalles y diferencias de tonos. El ángulo de incidencia de la fuente de luz debe ser estudiado para evitar este problema. Tener un ángulo directo puede generar iluminación y destellos indeseados.

Por ello, es importante buscar distribuir la luz uniformemente, con una intensidad que resalte la obra sin afectar la percepción visual. Los bañadores de luz en railes electrificados, con un ángulo que abarque el tamaño de la obra, son una solución viable a esta problemática.

Fig. 2. Exhibición ‘Photography is dead’ en el MCA. Fuente: https://www.mca.com.au/exhibitions/photography-is-dead-long-live-photography/.

En la exposición ‘Photography is not dead’ del Museo Contemporáneo de Australia (MCA) fueron descuidados algunos factores lumínicos. Como se muestra en la Figura 2, la variación de altura de las piezas y la dirección de los puntos de luz forman destellos que perjudican varios detalles de las imágenes. Las que están en una altura mayor, al estar más cerca de la fuente de luz, se ven más perjudicadas. Mientras que las que están en una altura media o baja, que no reciben estos daños, resultan difíciles de apreciar por su posición en el muro.

El desconocimiento del formato de las fotografías puede perjudicar, en gran medida, la apreciación de las piezas expuestas. La diversidad de impresiones y presentaciones como enmarcados protegidos con vidrio, cajas de luz, impresiones en textil o papeles semibrillante o mate requieren condiciones lumínicas diferentes. Por ejemplo, con un papel mate, los tonos se opacan y la imagen tiene más textura, por lo que necesita más luz que un papel brillante, cuidando no resaltar la textura del papel. En cambio, el papel semi-gloss maneja tonos más precisos, con un acabado más brillante, que requiere menos luz, pero que resalte la obra en su totalidad.

En cuanto a la conservación de las piezas, las normativas de iluminación para la preservación de obras existen desde hace tiempo. Sin embargo, la rápida innovación en materiales de arte y sistemas lumínicos lleva a la necesidad de revisar y actualizar ciertos parámetros.

El estudio de Luo, Chou, Chen, (2019) es un ejemplo de investigación que aporta en este ámbito; partieron de los criterios establecidos en la ‘Comission Internationale de l'Eclairage (CIE 157:2004): Control of Damage to Museum Objects by Optical Radiation’, para estudiar el daño de materiales fotográficos contemporáneos (Impresión C, Cibachrome e impresión por inyección de tinta) bajo diferentes tipos de iluminación. Comprobaron que la iluminación LED blanca es la que menos deteriora las obras.

Es importante destacar que la reducción del daño en las obras no solo depende del tipo de fuente de luz, sino también de factores como la intensidad luminosa, la temperatura de color y la duración de la exposición. El uso de LEDs con una temperatura de color adecuada (generalmente entre 3000K y 4000K) permite crear una atmósfera acogedora sin comprometer la conservación de las piezas (Luo, Chou, & Chen, 2019).

El cálculo del daño potencial de una iluminación con una distribución espectral concreta en una obra, se formula a partir del valor del factor de daño relativo F dm, rel (W/lm); el valor óptimo para no tener daños en las obras es menor a 0.2 mW/lm. Según Erco, el daño real que causa la luz a las obras, se ve condicionado por varios factores:

El factor lumínico que podemos modular con más precisión es el tiempo de exhibición ante la luz. El tiempo que se puede iluminar una obra, antes de que sufra daños, se puede calcular aplicando la fórmula ts = Hs, m / (Fdm, rel x E). Es importante resaltar que las luminarias LED, con temperatura de color blanco cálido, son las que tienen el menor Fdm, rel.

En la Universidad Politécnica de Berlín (TU) estudiaron la relación entre la intensidad de radiación dañina (F dm, rel) y la sensibilidad humana a la luminosidad (la curva v-λ). En la imagen se observa cómo los materiales disminuyen su integridad conforme se acercan a ondas de color rojas (> 500 nm). Y respecto al tono percibido con mayor luminosidad, es el verde claro.

Daño superficial espectral. Fuente: https://www.xal.com/es/servicios/conocimientos/decoloracion-de-obras-de-arte.

La fotografía en formato expositivo origina en la rama de la ciencia como un medio documental (Lugon, 2015). A mediados del siglo XIX, la fotografía se contempla en el ámbito artístico en Europa, gracias al salón expositivo de 1859 de París, donde cambió el rumbo de la exposición a la apreciación de la fotografía como un medio artístico formal. En ese tiempo la luz natural era la fuente principal de iluminación, ya que no contaban con opciones lumínicas ni dispositivos para modularla.

Está científicamente comprobado que la iluminación influye directamente en el estado de ánimo y en la percepción del espacio. Un nivel adecuado de iluminación no solo asegura la visibilidad de las obras, sino que también es crucial para mantener el confort visual de los visitantes, evitando el agotamiento físico y emocional durante su recorrido. Por ello, la iluminación en museos y exposiciones debe estar cuidadosamente calibrada para crear ambientes que favorezcan la concentración, el disfrute y el aprendizaje sin causar incomodidad o fatiga.

Los autores Wang, Nagal, Zhu, et al. (2019) generaron un modelo de análisis para el diseño de iluminación en museos, a partir de teorías de arquitectura, diseño, óptica y psicología. Desde factores visuales sintetizaron el modelo ‘SVOE’ (spatialization, visualization, optical indexing, emotionalization), que contempla los tipos de conocimientos como herramienta en el proceso de diseño lumínico de espacios de exhibición.

El modelo toma en consideración el conocimiento explícito, el cual es el que podemos traducir claramente en algún lenguaje escrito, como lo encontramos en la óptica y el espacio; y el conocimiento tácito, que trata lo que percibimos visual y emocionalmente. El principal enfoque de las exhibiciones es comunicar una historia por medio de objetos, por lo que es importante asegurarse que el mensaje sea recibido y comprendido desde diferentes fuentes. Al aplicar este modelo, desde el conocimiento colectivo hasta el individual, así como lo táctico y explicito, se pueden crear entornos expositivos que impacten transcendentalmente a los visitantes.

En la actualidad, la fotografía ocupa un lugar central en muchos museos de arte contemporáneo y el dinamismo de iluminación es un factor clave específico de este medio. Gracias a los avances en tecnología de iluminación disponemos de luminarias dirigibles y regulables LED ante la versatilidad de las obras. A continuación, se presentan algunos ejemplos de técnicas de iluminación:

Iluminación de acento: Se utiliza en piezas fotográficas de pequeño formato, donde el foco de luz se concentra sobre la obra, generando contraste y destacando detalles específicos. Este tipo de iluminación crea un estado de ánimo dramático y permite que la pieza resplandezca dentro del espacio expositivo.

Iluminación de bañado de pared: En piezas de gran formato se emplea un bañado de pared, donde la luz se dispersa uniformemente sobre la superficie de la pared, para crear una atmósfera de calma y contemplación. Este tipo de iluminación proporciona una sensación de amplitud y armonía en el espacio.

La combinación de ambas técnicas, bañado de pared y acento, proporciona una luminosidad básica en la sala que facilita la orientación, mientras que la luz dirigida resalta las obras en particular, generando un contraste visual atractivo.

Posicionamiento óptimo de luminarias para imágenes. Fuente: https://www.licht.de/fileadmin/Publications/licht-wissen/0703_lw18_E_light_museums_galleries_web.pdf.

Los formatos de exposición en salas y galerías de arte han evolucionado, gracias a las nuevas tecnologías lumínicas de montaje y concepciones espaciales. Dos ejemplos de formato de exposición son el cubo blanco y la caja negra. El cubo blanco parte de espacios con muros blancos y suelos claros, para generar un espacio neutral de bajo contraste, donde las piezas puedan tomar cualquier lugar de la sala, gracias a la clara visibilidad y la adaptabilidad de la iluminación. En el sentido opuesto, la caja negra funge con un sentido de teatralidad con altos contrastes, donde la vista es dirigida a puntos específicos y las piezas toman un mayor protagonismo en el espacio.

Espacio Foto Colectania. Iluminación con bañadores de luz uniformes en muro. Fuente: https://fotocolectania.org/es/room.

Dependiendo de la temática y curaduría de la exposición, así como los formatos de las fotografías, se beneficiará de un espacio o de otro. Los museos, por lo general, tienen salas tipo cubos blancos por su mayor versatilidad, ya que, en una exposición en formato de caja negra el dinamismo de la iluminación es limitado y demandante. Por otro lado, las personas pueden tener mayor agotamiento visual en menor tiempo, debido a que hay un mayor esfuerzo de atención por la poca visibilidad en el espacio. Al final, la selección de la sala parte de la intención curatorial de la exposición, y generar áreas de transición entre salas puede ayudar en el recorrido.

Fotografiska Stockholm. Iluminación puntual escenográfica. Fuente: https://karriar.fotografiska.com/locations/fotografiska-stockholm.

Ahora bien, el dinamismo de la sala expositiva requiere una iluminación que se adapte a estos criterios técnicos y sensoriales. Sin embargo, no podemos dejar de lado el factor de eficiencia energética. Algunos arquitectos han optado por integrar iluminación natural regulada a las salas, disminuyendo el consumo energético en la iluminación artificial.

En la expansión del museo de arte de Frankfurt, por Schneider-Schumacher, diseñaron el espacio integrando ambos tipos de iluminación: natural y artificial. Los domos de iluminación natural cuentan con un sistema de regulación de luz, además de LED para poder tener una iluminación uniforme con poca reflectividad. De este modo, logran disminuir el consumo energético en mayor medida.

Un área a desarrollar de los museos es su impacto ambiental dado el tránsito de personas en estos espacios y la demanda energética que generan. Entre las listas de edificaciones con certificaciones LEED no se encuentra ni un 5% de edificios destinados a museos, y solo 3 están en Europa. En 2024, la empresa encargada de la certificación de los edificios, USGBC, lanzó una iniciativa dirigida a museos, para que puedan integrar más prácticas sustentables en sus instalaciones.

Las instituciones tanto públicas como privadas, encargadas de la gestión de este tipo de edificaciones, podrían beneficiarse ambiental y económicamente adoptando estas prácticas sustentables y ser parte de estos listados.

El diseño de iluminación en espacios expositivos fotográficos debe abordar una multiplicidad de factores técnicos, sensoriales y medioambientales. A través de la integración de tecnologías de iluminación modernas como los LED, es posible crear ambientes visualmente atractivos y a la vez eficientes en términos de consumo energético. Además, el enfoque en la preservación de las obras fotográficas mediante el uso de iluminación adecuada, como los LED de temperatura de color controlada, es crucial para garantizar la conservación y la mejor experiencia expositiva de los espectadores.

Bibliografía

• Decoloración de obras de arte por iluminación LED. (n.d.). XAL. https://www.xal.com/es/servicios/conocimientos/decoloracion-de-obras-de-arte
• Erco. (2023, abril 17). La iluminación LED y los requisitos necesarios para la conservación – el factor de daño. Recuperado de: https://www.erco.com/es/planificacion-de-iluminacion/conocimientos-luminotecnicos/led/factor-de-dano-7736/
• Good Lighting for Museums, Galleries and Exhibitions. (2003). För Dergemeinschaft Gutes Licht. Recuperado de https://www.licht.de/fileadmin/Publications/licht-wissen/0703_lw18_E_light_museums_galleries_web.pdf
• Lugon, O. (2015). Photography and Scale: Projection, Exhibition, Collection. Art History, 386-403.
• Luo, H.-W., Chou, C. J., Chen, H.-S., & Luo, M. R. (2019). Museum lighting with LEDs: Evaluation of lighting damage to contemporary photographic materials. Lighting Research & Technology (51), 417-431.
• Photography is Dead: Long Live Photography! (s/f). Museum of Contemporary Art Australia. Recuperado de https://www.mca.com.au/exhibitions/photography-is-dead-long-live-photography
• USGBC. (2024). LEED-certified museum list. Usgbc.org. Recuperado de https://www.usgbc.org/resources/leed-certified-museum-list
• Wang, Z., Nagai, Y., Zhu, D., Liu, J., & Zou, N. (2019). Based on Creative Thinking to Museum Lighting Design Influences to visitors emotional response levels theory research. IOP: Conference Series: Materials Science and Engineering 573.