TECNOLOGÍA
Aula CD

Cuando la luz habla: El poder oculto de la iluminación en la experiencia de los discapacitados visuales

Melissa Tirado, arquitecta. Universidad Privada Antenor Orrego, Trujillo (Perú). Autor entradilla: Adrià Muros Alcojor

09/06/2025
El artículo de la arquitecta Melissa Tirado profundiza en la percepción lumínica de personas que tienen algún tipo de discapacidad visual. Como ya avanzaba Juhani Pallasmaa en su libro ‘Los ojos de la piel’ la percepción del espacio arquitectónico no se debe exclusivamente al sentido de la vista, sino al de otros sentidos tan o más importantes como este y que las personas que carecen de él potencian enormemente. El cerebro está conectado a la vista y también tiene la capacidad de percibir otro tipo de señales procedentes del entorno, especialmente radiaciones electromagnéticas, que están presentes en el funcionamiento de la iluminación artificial. La arquitectura debería ser accesible para todos los individuos, independientemente de sus capacidades sensoriales. Muchos arquitectos abogan por estos planteamientos que, no siendo los habituales en la profesión, muestran una actitud inclusiva y democrática.

La discapacidad visual, que incluye desde la ceguera total hasta diversos grados de visión reducida, presenta desafíos importantes en la creación de entornos accesibles. Las personas con discapacidad visual se enfrentan a dificultades para interactuar con su entorno de manera convencional, lo que hace necesario repensar el diseño arquitectónico. Aunque la visión es el principal sentido utilizado para navegar por el espacio, aquellos con limitaciones visuales desarrollan otros sentidos que se convierten en esenciales para su orientación, como el tacto y el oído. Sin embargo, uno de los aspectos más fundamentales, y a menudo subestimados, en la accesibilidad para este grupo es la luz artificial.

La luz no solo tiene un papel crucial en la percepción visual, sino que influye directamente en el bienestar neurológico de las personas, incluso aquellas que no pueden ver. Investigaciones recientes han demostrado que la luz afecta el cerebro de las personas ciegas, mejorando su atención y vigilia, a pesar de que no perciban la luz de manera visual. Por ello, un adecuado diseño lumínico se vuelve indispensable, no solo para las personas con algún grado de visión, sino para aquellos que dependen de otros sentidos para orientarse en un espacio.

La luz es un elemento crucial en la percepción visual. Foto: Luís Gordoa
La luz es un elemento crucial en la percepción visual. Foto: Luís Gordoa.

El diseño arquitectónico para personas con discapacidad visual debe incorporar sistemas de iluminación que no solo eviten deslumbramientos o sombras que dificulten la orientación, sino que también tengan en cuenta el impacto neurológico de la luz. El uso de iluminación difusa, regulada en intensidad, y la correcta distribución de las luminarias puede mejorar la autonomía de los invidentes, ayudándoles a orientarse con mayor facilidad en los espacios. Así, la luz se convierte en un elemento transformador dentro del diseño arquitectónico inclusivo, permitiendo que la arquitectura no solo sea funcional, sino también un medio para mejorar la calidad de vida y la integración social de las personas con discapacidad visual.

Discapacidad visual: un desafío en la percepción y la superación

La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) define a la discapacidad visual como las condiciones caracterizadas por una limitación total o muy seria de la función visual. Es decir, se trata de personas que, o no ven absolutamente nada, o bien, en el mejor de los casos, incluso llevando gafas o utilizando otras ayudas ópticas ven mucho menos de lo normal y realizando un gran esfuerzo.

Hacer arquitectura para personas con algún tipo de discapacidad ha sido un reto constante según muchos autores, sin embargo, gracias a diversas organizaciones que impulsan la inclusión de este grupo social, muchas instituciones gubernamentales, tanto en España como en otros países del mundo, han ido incorporando normas en el diseño arquitectónico y lumínico para personas con discapacidad.

Específicamente, respecto a la arquitectura para invidentes, hay proyectos que tienen como finalidad establecer las premisas y criterios arquitectónicos necesarios para generar edificaciones que resuelvan las necesidades sociales, educacionales, culturales y recreacionales de personas con ceguera total o parcial, y así desarrollarse íntegralmente como un individuo más de la sociedad y no como uno ‘especial’.

A pesar que mayormente se relaciona el término discapacidad visual con ceguera, no resulta necesariamente lo mismo. Según la Organización Mundial de la Salud OMS es posible clasificar diferentes grados de discapacidad visual.

Para medir el grado de discapacidad se tiene en cuenta la visión en el mejor ojo, con la mejor corrección de lentes posible. Teniendo en cuenta esto, la clasificación queda de la siguiente manera:

Imagen

A la vez, dependiendo de las condiciones concretas de la visión, la discapacidad visual puede clasificarse también de la siguiente manera:

Imagen

Para entender mejor estos términos cabe destacar que la agudeza visual consiste en la resolución con la que vemos. Es decir, la capacidad para percibir y diferenciar estímulos visuales. Mientras que el campo de visión es la extensión observable en cada momento.

La ceguera legal o agudeza visual extremadamente pobre se considera como tal cuando la persona posee una agudeza visual de 20/200, incluso después de la corrección mediante lentes. Existen un gran número de personas diagnosticadas con ceguera ‘legal’ que son capaces de distinguir formas y sombras, pero que no pueden apreciar los detalles de estos.

Es por ello que la arquitectura diseñada para invidentes o débiles visuales resulta ser toda una aventura, los arquitectos y diseñadores deben convertirse en personas multisensoriales para lograr un adecuado resultado, potenciar mediante el diseño de los espacios los otros sentidos que la mayoría de estas personas ya tienen desarrollados (muchas veces mucho más que los propios videntes).

El diseño tanto de una ciudad o de un edificio pensando en que alguno de los usuarios pueda ser una persona invidente, no solo incluirá a esta minoría dentro de lo cotidiano en la sociedad, sino que también embelleceremos mediante texturas, dimensiones, colores, iluminación y más, nuestro diseño (Chris Downey, 2013).

Además, hay que mencionar que la discapacidad tiene un carácter social y que no depende exclusivamente de las limitaciones individuales que una persona pueda experimentar, ya que esta posee enormes consecuencias para el desarrollo de actividades comunes.

Es evidente, y existe un número considerable de casos que lo sustentan, que los discapacitados visuales tienen la capacidad de realizar actividades cotidianas sin ningún inconveniente, pero es válido afirmar que resulta facilitador el habitar ciudades o edificios donde se haya considerado en el diseño la presencia de estos, al fin y al cabo, no resulta beneficioso únicamente para los discapacitados visuales sino también para la sociedad, generando inclusión junto con belleza y sensibilidad.

Es por ello que la arquitectura hay que mirarla desde multitud de puntos de vista, incluso desde el que carece precisamente de ese sentido. Hay que percibirla. Uno de los objetivos de la arquitectura es facilitar la vida de las personas, sin distinción, pudiendo lograr así el beneficio de quienes la habitan.

Más allá de la vista: repensando la arquitectura para la inclusión sensorial

Zevi menciona en su ensayo ‘Saber ver la arquitectura (1948)’, que la arquitectura no se basa únicamente en la forma, sino va más allá de ello teniendo como actores a las nuevas tecnologías que facilitan el mejor desarrollo del usuario en los edificios, ya que de nada sirve la edificación si únicamente se analiza la forma y la belleza externa, mientras que por dentro resulta ser únicamente un espacio general o una especie de laberinto sin uso, inclinándose más a una escultura que a una edificación con uso coherente.

El arquitecto Chris Downey ha demostrado lo importante de la integración de los invidentes en la arquitectura y que debería ser obligatorio considerarlo en cualquier proyecto. De acuerdo con el experto, la vista no es algo vital para habitar un inmueble, por lo que “no deberíamos asumir que todas las personas que acuden a un edificio cuentan con todas sus capacidades”.

Cuando Downey pierde su vista en 2008 percibe el mundo y sus trabajos anteriores de otra manera. Según él, tanto el diseño como la construcción se deben considerar como un todo sensorial para quienes no pueden ver o tienen dificultades para hacerlo. Menciona también que la implementación del braille está bien, pero es una herramienta más, que, si bien logra ayudar en parte al desarrollo de las actividades, no es suficiente para señalar que un edificio con braille es funcionalmente apto para un invidente.

Al final de la entrevista brindada a la CNN, Downey resalta que nosotros los arquitectos “necesitamos diseñar para que los edificios sean lo más amigables posible” (Downey 2016), no generalizando un diseño establecido, sino que también hay que mirar más allá de los ojos de los usuarios “no comunes”.

Luz como guía para la accesibilidad visual

Un estudio realizado en el año 2013 a cargo de Gilles Vandewalle y el equipo de la Universidad de Montreal nos muestra que la luz tiene un impacto directo y considerable en el cerebro, inclusive en las personas que no poseen la capacidad de ver o que cuentan con alguna deficiencia ligada al sentido de la vista. El artículo publicado con el nombre de ‘Blue Light Stimulates Cognitive Brain Activity in Visually Blind Individuals’ menciona cómo la luz afecta a nuestras funciones cerebrales a pesar de no ser percibida visualmente.

Tradicionalmente, se creía que las células fotoreceptoras en la retina, responsables de captar la luz y enviar las señales al cerebro y de las cuales se menciona que brinda la visión de color y la visión nocturna al ser humano, eran vitales únicamente para la visión. Sin embargo, investigaciones previas ya habían sugerido que estas células pueden seguir detectando luz en personas ciegas, pero se requerían períodos largos de exposición para observar efectos en el cerebro. Este concepto ha cambiado radicalmente gracias al trabajo de Vandewalle y su equipo.

En la investigación, la cual fue publicada en la revista Current Biology, Vandewalle sostiene: “Nuestro estudio demuestra que, incluso en personas ciegas, la luz influye en las áreas cerebrales relacionadas con la vigilia y la atención” (Vandewalle et al., 2023). Este descubrimiento es relevante porque pone en cuestión la creencia de que la luz solo afecta al organismo cuando se percibe visualmente.

Imagen

El estudio realizado a personas con ceguera total demostró que al ser expuestos a periodos cortos (de menos de un minuto) con exposición de luz lograron provocar cambios en la actividad cerebral del sujeto analizado. Estos mismos respondieron correctamente al experimento en presencia de la luz azul (la cual aún mantiene su nivel de nocividad) quienes la identificaron en más del 80% de las veces, a pesar de no contar con percepción visual, según lo explicado por Vandewalle al ser entrevistado sobre los resultados de su estudio. Ello sugeriría que los invidentes no solo detectan la presencia de la luz, sino que es procesada de manera activa.

A pesar de que estos estudios que muestran el impacto que podría generar la iluminación artificial en la sensibilidad o percepción de la luz en los invidentes fueron posteriores, la ONCE planteó en el año 2003 una guía de accesibilidad para personas con ceguera y deficiencia visual, donde proponen una serie de recomendaciones para el correcto diseño de los espacios que ocupan estos usuarios tan específicos donde mencionan lo siguiente:

Elección de lámparas y luminarias: Se recomienda luz ‘blanco-cálido’ para mayor confort, y lámparas fluorescentes por su luz difusa y la ausencia de luz azul. Las lámparas incandescentes y halógenas pueden causar deslumbramiento y son menos recomendables. Es ideal contar con sistemas de regulación de intensidad.

Ubicación de las luminarias: Se deben evitar zonas de sombra y luz excesiva, que desorientan a las personas con deficiencia visual. Las luminarias deben estar distribuidas uniformemente, sin obstáculos en el centro de los espacios. Las fuentes de luz deben situarse por encima de la línea de visión y evitar reflejos.

Evitar reflejos: Se debe utilizar una iluminación difusa que provenga de varias direcciones para reducir las sombras y el deslumbramiento. Las superficies claras y mates y la correcta colocación de la luz también ayudan a evitar reflejos molestos.

Facilitación de la adaptación a la luz: Es fundamental evitar contrastes bruscos en los niveles de iluminación entre espacios adyacentes (por ejemplo, entre vestíbulos y exteriores). Los cambios de iluminación deben ser suaves para evitar desorientación y fatiga visual.

Iluminación diferenciada en LightHouse fo the blind and Visually Impaired. Foto: Mark Cavagnero Associates Architects
Iluminación diferenciada en LightHouse fo the blind and Visually Impaired. Foto: Mark Cavagnero Associates Architects.

En resumen, ONCE menciona que, al diseñar espacios accesibles para personas con deficiencia visual, la iluminación debe ser cuidadosamente planificada y adaptada a las necesidades individuales, junto con otros factores como el contraste y la disposición de las luminarias. Estas mismas recomendaciones no son tomadas en cuenta por los proyectistas actualmente al plantear sus estrategias de diseño, que de alguna forma es entendible en edificios que no poseen algún usuario en específico. Sin embargo, es evidente la falta de consideración a estas sugerencias en la proyección de edificios destinados para invidentes y débiles visuales, a pesar de ser pocos los reconocidos a nivel internacional.

Luminarias inclusivas para personas con ceguera

La Guía de Accesibilidad para personas con ceguera y deficiencia visual establece recomendaciones sobre ciertos tipos de luminarias, que podrían contribuir a crear un entorno adecuado para personas con discapacidad visual. Las lámparas fluorescentes compactas son efectivas debido a su baja emisión de luz azul, lo que favorece una iluminación más confortable. Otra opción destacada es la lámpara Chromalux que se caracteriza por una alta reproducción cromática. Esta luminaria es recomendada por la CIE para generar una luz pura y relajante, ideal para ciertos ambientes.

Según ONCE, Bätz (1964), determinó que la iluminación general aconsejada para niños con deficiencia visual debe ser de 600 lux, utilizando lámparas fluorescentes de tipo ‘luz día’. Además, recomendó complementar esta iluminación con un foco local que proporcione 1.200 lux, empleando luz de tono ‘blanco de lujo’.

No se recomienda el uso de lámparas de mercurio de alta presión para personas con deficiencia visual, debido a la alta emisión de radiación ultravioleta (UV) y ondas cortas, las cuales pueden resultar perjudiciales para la salud ocular. Esta recomendación de Batz del 1964 en la actualidad debería adaptarse a las lámparas LED.

Dada la dificultad para establecer niveles y tipos de iluminación universales que se adapten a las necesidades de las personas con deficiencia visual, se considera el método más práctico la implementación de sistemas de regulación de intensidad. Con los avances de las nuevas tecnologías, este tipo de control flexible y autoajustable es cada vez más sencillo de integrar en las luminarias, lo que permite una personalización eficiente y adaptativa de la iluminación para cada usuario.

Patio central del Centro de Invidentes y Débiles Visuales. Foto: Luís Gordoa
Patio central del Centro de Invidentes y Débiles Visuales. Foto: Luís Gordoa.

La luz perdida en el centro para invidentes: un diseño incompleto

Una de las más grandes referencias de esta tipología es el edificio de Mauricio Rocha, emplazado en la ciudad de México: Centro de Invidentes y Débiles Visuales.

La crítica al Centro de Invidentes y Débiles Visuales puede ser una reflexión compleja y matizada, sobre todo porque se trata de un proyecto que, a pesar de sus aciertos, también presenta aspectos que podrían haber sido mejorados, particularmente en relación con la iluminación, tanto natural como artificial, un elemento clave para la experiencia de los usuarios ciegos o con baja visión.

El proyecto de Rocha se distingue por su sensibilidad hacia las necesidades específicas de este grupo de personas, lo cual lo ha posicionado como un referente en arquitectura accesible. La manera en que la propuesta responde a las necesidades funcionales de los usuarios mediante espacios diseñados para favorecer la orientación y la movilidad, es notable. Sin embargo, uno de los puntos débiles del diseño es precisamente la iluminación.

Aunque la luz es fundamental para todos los seres humanos, en el caso de los ciegos y débiles visuales, el control de la luz y las sombras se vuelve aún más crucial de acuerdo a los estudios descritos anteriormente. Las recomendaciones de la ONCE y otros expertos en accesibilidad con respecto a la iluminación parecen ser obviadas en este proyecto, ya que la iluminación propuesta en el edificio de Mauricio Rocha, aunque bien intencionada, parece no haber logrado integrar completamente estos principios.

Siendo concretos, los contrastes de luz y sombra, por ejemplo, no siguen las pautas recomendadas por especialistas que sugieren que la iluminación de estos ambientes no es lo suficientemente constante y adecuada en cuanto a intensidad, dificultando la capacidad de orientación que desarrolla el proyecto usando el sentido del tacto o el oído. El exceso de sombras o la iluminación puntual pueden resultar en un ambiente que, aunque estéticamente interesante o arquitectónicamente innovador, no cumple con el fin primordial de facilitar la autonomía de los usuarios con discapacidad visual.

El Centro de Invidentes y Débiles Visuales es, sin duda, una obra de gran valor en términos de innovación y accesibilidad, sin embargo, el diseño de su iluminación se podría mejorar, tomando en cuenta las recomendaciones internacionales.

En conclusión, este descubrimiento científico con respecto a la percepción de la luz en los discapacitados visuales resalta la importancia de la luz no solo como una herramienta esencial para la percepción visual, sino como un factor clave en el bienestar neurológico de las personas, especialmente en el contexto de la discapacidad visual.

Imagen
Iluminación interior del Centro de Invidentes y Débiles Visuales. Fotos: Luís Gordoa
Iluminación interior del Centro de Invidentes y Débiles Visuales. Fotos: Luís Gordoa.

La investigación sugiere que comprender la interacción entre la luz y el cerebro puede ser fundamental para el desarrollo de soluciones que no solo compensen la falta de visión, sino que también potencien los sentidos restantes. Sin embargo, para que este avance sea efectivo, es crucial que, al diseñar para usuarios específicos, como las personas con discapacidad visual, se adopte un enfoque más analítico y detallado en todos los aspectos, especialmente en la iluminación artificial. La adecuada manipulación de la luz podría ser una herramienta transformadora, permitiendo no solo mejorar la accesibilidad física, sino también optimizar el entorno para maximizar la experiencia sensorial y la calidad de vida. Así, ser más conscientes de la relevancia de la luz en el diseño urbano y arquitectónico puede llevarnos a crear espacios más inclusivos y funcionales para todos.

Bibliografía

  • AIA National (15 de mayo de 2015). An Architect's Story: ChrisDowney. Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=zrtfXDk0L8A.
  • Cabrera, M. (octubre de 2018). Discapacidad visual. ORIENTA. Recuperado de: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-arte/discapacidad_visual.pdf
  • Fundación ONCE. (18 de Julio de 2009). Ceguera y deficiencia visual. Organización Nacional de Ciegos Españoles. Recuperado de: http://files.sld.cu/arteydiscapacidad/files/2009/08/ceguera-y-deficiencia-visual.pdf
  • Fundación ONCE (s.f.). Discapacidades visuales. Discapnet. Recuperado de: https://www.discapnet.es/areas-tematicas/salud/discapacidades/deficiencias-visuales/deficiencias-visuales
  • Grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna. (s.f.). Ceguera. FESEMI. Recuperado de: https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/ceguera
  • Organización Mundial de la Salud. (octubre de 2017). Ceguera y discapacidad. OMSweb. Recuperado de: http://origin.who.int/mediacentre/factsheets/fs282/es/
  • Organización Mundial de la Salud (s.f.). Discapacidades. OMSweb. Recuperado de: https://www.who.int/topics/disabilities/es/
  • Gilles Vandewalle, Olivier Collignon, Joseph T. Hull, Véronique Daneault, Geneviève Albouy, Franco Lepore, Christophe Phillips, Julien Doyon, Charles A. Czeisler, Marie Dumont, Steven W. Lockley, Julie Carrier; Blue Light Stimulates Cognitive Brain Activity in Visually Blind Individuals. J Cogn Neurosci 2013; 25 (12): 2072–2085. doi: https://doi.org/10.1162/jocn_a_00450
COMENTARIOS AL ARTÍCULO/NOTICIA

Deja un comentario

Para poder hacer comentarios y participar en el debate debes identificarte o registrarte en nuestra web.

Suscríbase a nuestra Newsletter - Ver ejemplo

Contraseña

Marcar todos

Autorizo el envío de newsletters y avisos informativos personalizados de interempresas.net

Autorizo el envío de comunicaciones de terceros vía interempresas.net

He leído y acepto el Aviso Legal y la Política de Protección de Datos

Responsable: Interempresas Media, S.L.U. Finalidades: Suscripción a nuestra(s) newsletter(s). Gestión de cuenta de usuario. Envío de emails relacionados con la misma o relativos a intereses similares o asociados.Conservación: mientras dure la relación con Ud., o mientras sea necesario para llevar a cabo las finalidades especificadasCesión: Los datos pueden cederse a otras empresas del grupo por motivos de gestión interna.Derechos: Acceso, rectificación, oposición, supresión, portabilidad, limitación del tratatamiento y decisiones automatizadas: contacte con nuestro DPD. Si considera que el tratamiento no se ajusta a la normativa vigente, puede presentar reclamación ante la AEPD. Más información: Política de Protección de Datos