Más cantidad de agua no significa más kilos producidos. Es la máxima que vertebra hoy día la investigación en cuestiones hídricas tanto en universidades como en centros tecnológicos, y su aplicación en el sector privado. Eficiencia, sostenibilidad, automatización y un buen manejo agronómico son las claves que explican el presente y futuro del uso del agua en el campo español.
La Estación Experimental de la Fundación Cajamar, asentada en El Ejido (Almería), acaba de conmemorar su 40 aniversario. Para ello dedicaba recientemente una semana a la realización de actividades y eventos para transferir el conocimiento acumulado durante estos años en Las Palmerillas. Una de estas iniciativas ha sido la celebración de un seminario técnico agronómico en torno al agua y titulado ‘Sistemas de automatización del riego localizado y herramientas de seguimiento’.
En la jornada intervinieron entidades públicas como el Instituto de Investigación de la Generalitat de Catalunya (IRTA), el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura y la Universidad de Almería. Del lado privado la consultora medioambiental LabFerrer, la empresa holandesa Hortimax y las almerienses Himarcan y Wise Irrisystem. Además en algunas de las charlas se presentaron proyectos mixtos de colaboración público-privada que se vertebran a través del INIA, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria, con ensayos en cultivos de tomate en Almería, ciruelo en Badajoz y almendro en Lleida.
Claves del fertirriego
Los distintos ponentes dibujaron un escenario en el que las líneas maestras se mueven en torno a la implementación de la tecnología en el uso del agua para uso agrícola. Todos ellos coincidieron en la obsolescencia de los métodos manuales y en la necesidad de incorporar sistemas de fertirriego de precisión para lograr una mayor eficiencia. Con menos agua, un mejor aprovechamiento.
“El profesional de la agricultura requiere datos e información precisa para poder tomar decisiones correctas cuando riega”, enfatizó Gabriel Camhi, director general de Wise Irrisystem.
“Hay que medir para controlar, para lograr precisión, ahorro y productividad”, defendió el gerente de Himarcan, José Manuel Pérez.
“La clave está en saber interpretar los datos de las sondas”, subrayaba Francesc Ferrer, de LabFerrer, “los puntos críticos: datos, su interpretación, diagnóstico, acción y reacción”.
LabFerrer, sonda conductividad y CE
Francesc Ferrer describió la utilidad de las sondas de conductividad, temperatura y humedad del suelo o sustrato. Valores diferentes, ya se trate de arena o arcilla. La curva de retención, porcentaje de agua en el suelo, determina el riego que es necesario realizar en cada explotación agrícola.
El sistema de LabFerrer trabaja además con otros parámetros como microclima, radiación solar o DPV. También a tener en cuenta los drenajes.
“Hay que considerar el emplazamiento de las sondas, la demanda hídrica, el agua aplicada y el programa de riego, el equilibrio nutricional y el buen funcionamiento del sistema de riego”, concluyó Francesc.
La ecografía de Himarcan
Himarcan trabaja con el concepto de ecografía del suelo en tiempo real. Y para ello estudia su física y química. Himarcan emplea métodos directos, como sensores de humedad, de temperatura y EC.
El sistema de Himarcan se compone de una red en la que se integran control de clima/riego, formación online, comunicación con clientes a distancia, mantenimiento remoto (transmisión de datos útiles: necesidades de riego y variación de temperatura), meteorología e Internet.
José Manuel Pérez, responsable de Himarcan.
“Controlamos la zona mojada, la aireación y la humedad con enorme precisión”, explicó José Manuel Pérez, “podemos controlar las tendencias de PH, nitratos o conductividad”.
Himarcan emplea herramientas de máxima precisión y control para gestionar los cultivos con grandes ahorros de agua y fertilizantes, y dotándose para ello de información al instante.
La revolución azul de Wise
Tanto Himarcan como Wise coincidieron en la importancia de que el agricultor tenga una buena hidráulica para poder hacer un correcto manejo de su fertirriego. Antes de implementar su sistema Wise Lite, la compañía que dirige Gabriel Camhi realiza una auditoría para determinar las características físico-hidráulicas del suelo.
La firma almeriense emplea en exclusiva tensiómetros de tecnología israelí con gran resistencia a sequedad. Sensores de precisión que aportan datos e información sobre temperatura del suelo, humedad o conductividad.
“Con Wise Lite el cultivo produce más y de mejor calidad y el agricultor consigue ahorro de agua y abonos”, añadía Camhi.
Los cuatro modelos de la compañía son Wise Suelo, Hydro, Mixto (suelo y coco) y Clima (un modelo que incorpora nuevos parámetros para control climático, como el sensor de temperatura medioambiental o el cálculo del DPV para mejorar la ventilación o el blanqueo del invernadero).
Hortimax, precisión en el sustrato
Todas las propuestas del seminario de Cajamar fueron para cultivos en suelo, salvo la de la firma Hortimax España, diseñada para sustratos y centrada en sensores de monitorización. “Disponemos de un software propio y soluciones llave en mano para fertirriego”, comentó el responsable en España de la compañía holandesa Hortimax Growing Solutions, Francisco Alonso.
ProDrain es el sistema de Hortimax. Registra medidas de riego, sustrato o drenaje. Hoy día se está aplicando a cultivos en sustrato como tomate, pepino, pimiento, fresa o rosa. ProDrain muestra variables como el nivel de saturación y el peso actual del sustrato, y permite la automatización del riego.
Francisco Alonso Ramírez, Hortimax Almería.
Este sistema aporta información sobre los flujos de agua (volumen de riego, drenaje y saturación) y sobre la actividad de la planta (consumo hídrico y transpiración, y crecimiento). “Podemos planificar a largo plazo la producción, tenemos una visión más clara de los patrones de crecimiento e información en tiempo real sobre la transpiración y el posible estrés de la planta”, determinó Alonso.
Al término de las presentaciones hubo un breve debate en el que se concluyó que hoy día el manejo personalizado del fertirriego está enfocado a suministrar condiciones favorables a la planta, evitando un estrés innecesario y manteniendo el equilibrio hídrico adecuado en el suelo.
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