La revolución verde en la ciudad y el retorno a lo auténtico dominan las tendencias en jardinería
Desde ciudades que recuperan espacios verdes hasta jardines inspirados en mundos irreales generados por inteligencia artificial, la jardinería ya no es solo una actividad recreativa, sino una filosofía de vida que prioriza la conexión con la naturaleza, el respeto por el medio ambiente y el bienestar personal. Así lo refleja el informe sobre tendencias en el sector del garden ‘El renacimiento de la naturaleza’, elaborado por Garden Media Group.
Recuperación de espacios urbanos: el renacimiento verde
Según el estudio anteriormente citado, la creciente urbanización ha relegado a los jardines a espacios muy regulados, en ocasiones incluso sacrificados por el pavimento. La jardinería en 2025 se enfrenta a la urgente necesidad de reintroducir elementos naturales en el entorno urbano. Las ciudades de todo el mundo están liderando proyectos para convertir áreas cementadas en zonas verdes, como en Filadelfia, donde el programa LandCare de PHS ha transformado miles de lotes vacíos en espacios naturales habitables. Esta tendencia se manifiesta con un enfoque en el diseño sostenible que apoya la biodiversidad y mejora la calidad de vida urbana, beneficiando tanto a la naturaleza como a los ciudadanos.
El diseño paisajístico avanzado promueve también prácticas como el uso de grava y plantas autóctonas en lugar de césped, y el modelo de ‘jardines vividos’ que celebra el carácter de los espacios verdes antiguos. Este renacimiento verde tiene un impacto positivo en la gestión de aguas pluviales, la reducción del ruido y la mejora de la calidad del aire en las ciudades, además de contribuir a la salud mental y a una mayor conexión comunitaria.
El jardín como espacio de encuentro
En una época en la que las redes sociales dominan las interacciones personales, la jardinería se posiciona como un refugio de autenticidad y conexión real. Con un creciente número de personas interesadas en nichos específicos, como la jardinería comunitaria, muchas buscan espacios donde compartir sus pasiones sin el ruido y las distracciones de las plataformas sociales tradicionales. Comunidades como Greg, especializada en el cuidado de plantas de interior, fomentan la interacción entre amantes de la naturaleza y ofrecen contenido educativo. La autenticidad se convierte en un valor clave en el contexto de la jardinería, con un aumento del interés en los espacios naturales que ofrecen una experiencia significativa y duradera.
Hacia la desconexión digital
En línea con el movimiento hacia la desconexión digital, la jardinería emerge como un símbolo de retiro social, un espacio personal donde las personas encuentran tranquilidad y se refugian del constante bombardeo de información digital. Según Gartner, para 2025, se prevé que el 50% de los usuarios reduzcan drásticamente sus interacciones en plataformas como Meta y TikTok. Los jardines no solo son un lugar para escapar de la sobrecarga digital, sino también para establecer conexiones personales, disfrutar de momentos de introspección y encontrar paz en un entorno natural, lejos de la tecnología y las redes sociales.
El jardín como expresión de individualidad
El jardín como espacio personal también refleja la individualidad y creatividad del jardinero. Esta tendencia responde a la necesidad de diseñar jardines que no sigan un patrón estandarizado, sino que se adapten a los gustos y valores de cada individuo. A nivel comercial, esto se traduce en una mayor demanda de productos que permitan personalizar el jardín. Desde listas de reproducción de música diseñadas para ser disfrutadas en el jardín hasta actividades como ‘Noches de trae tu planta’, que combinan la jardinería con experiencias de socialización únicas, los jardines reflejan un enfoque de diseño abierto e inclusivo.
La música se suma a esta experiencia de personalización en el jardín, con el 81% de los jardineros declarando que disfrutan de melodías mientras cuidan sus plantas. La jardinería también es una experiencia sensorial, y la música añade una dimensión emocional que realza esta conexión con la naturaleza.
Jardines de fantasía generados por IA
El auge de la inteligencia artificial ha abierto las puertas a la creación de ‘jardines irreales’, donde se fusionan la creatividad y el diseño digital. Las personas se sienten atraídas por jardines que exploran los límites de la realidad, con colores y formas que evocan paisajes de ensueño. Estos espacios ofrecen una especie de escapismo visual y emocional, una oportunidad de explorar entornos que no existen en el mundo real, pero que calman y relajan. En plataformas como Pinterest, las plantas con colores inusuales y tonos pasteles se han vuelto virales, lo que indica una preferencia estética por lo surrealista.
Los jardines irreales, inspirados en imágenes generadas por IA, aportan una perspectiva innovadora a la jardinería. Estos jardines no solo tienen valor decorativo, sino que ofrecen una oportunidad para experimentar con nuevas formas de arte y diseño. Para los jardineros y paisajistas, esta tendencia representa un campo experimental donde la tecnología y la naturaleza coexisten, creando entornos que exploran la imaginación sin limitaciones.
La Tendencia ‘Vivido’
Lejos de la perfección estética, los jardines que celebran la ‘vivencia’ han cobrado protagonismo, según el informe de Garden Media Group. Esta tendencia valora el desgaste natural, el crecimiento libre y el envejecimiento de las plantas y materiales, alejándose de la apariencia pulida y controlada de los jardines convencionales. Inspirados en los jardines europeos antiguos, estos espacios muestran un aspecto naturalista y sofisticado que resuena con el deseo de autenticidad.
Este enfoque también es un valor añadido: investigaciones de Virginia Tech demuestran que una casa bien ajardinada, especialmente con árboles maduros y plantas autóctonas, puede incrementar su valor de mercado hasta en un 12,7%. La estética de lo vivido no solo responde a una preferencia visual, sino también a un enfoque de sostenibilidad que permite que los jardines se desarrollen en sintonía con su entorno natural.
Ecosistemas en el jardín
El interés en cercas vivas responde a una tendencia por incluir elementos naturales en lugar de estructuras de madera o metal. A diferencia de las cercas tradicionales, las vivas ofrecen beneficios ambientales y económicos: ayudan a reducir la erosión, conservan el agua y sirven de hábitat para la vida silvestre. Además, los setos y cercas naturales tienen la capacidad de proteger la privacidad sin sacrificar la estética ni el contacto con la naturaleza.
La adopción de cercas vivas no solo representa una alternativa a la privacidad, sino que permite a los jardineros contribuir a la biodiversidad al proporcionar alimento y refugio para insectos y aves. Herramientas como la Native Plant Finder ayudan a elegir especies autóctonas adecuadas a las condiciones locales, promoviendo jardines que actúan como pequeños ecosistemas autosuficientes.
Recolección y conexión con el entorno
La práctica del forrajeo urbano, que consiste en recolectar plantas y flores locales, ha ganado popularidad como una forma de involucrarse activamente con el entorno. Este movimiento, impulsado por un deseo de autosuficiencia y creatividad, permite a los jardineros y entusiastas de la naturaleza encontrar y utilizar los recursos naturales en sus propios jardines. Las flores, plantas y ramas recolectadas ofrecen una estética fresca y personal, convirtiendo cada arreglo en una expresión de creatividad y conexión con la naturaleza.
El forrajeo no se limita a la recolección de materiales decorativos; representa también un acercamiento a la naturaleza de forma ética y sostenible. Las prácticas de forrajeo respetan el equilibrio natural, promoviendo la recolección responsable que evita el daño a especies vulnerables y valora el entorno.
La influencia de la moda
Las tendencias de moda también han dejado su huella en la jardinería, y plantas como la Monstera Deliciosa o el Philodendron de hoja partida han ganado popularidad por sus formas únicas que imitan diseños de moda contemporánea. Los ‘padres de plantas’ aprecian el atractivo visual de estas especies, cuyas hojas fenestradas añaden un toque distintivo a los espacios interiores. La jardinería ha evolucionado hasta convertirse en una manifestación de estilo, y las plantas son elegidas no solo por su función o apariencia natural, sino también por cómo complementan el diseño del hogar.
Este enfoque combina estética y naturaleza, integrando las plantas en la vida cotidiana de una manera que va más allá de la decoración convencional. La jardinería moderna en 2025 está marcada por un deseo de experimentar y combinar elementos, donde la moda y el diseño de interiores se entrelazan con la selección de especies vegetales.
Verde agua: el color del año
Tal y como se desprende de la información aportada por Garden Media Group, el ‘verde agua’ será el color protagonista de 2025 en jardinería, elegido por su capacidad de evocar tanto la naturaleza como la tecnología. Con reminiscencias de las aguas caribeñas y el cielo abierto, este color genera una sensación de calma y serenidad, elementos fundamentales en el diseño de jardines. Los tonos verdes azulados son versátiles y se adaptan a una paleta de colores moderna, logrando integrarse en cualquier entorno y ofreciendo un toque fresco que se alinea con las tendencias de bienestar.
El ‘verde agua’ también conecta con la nostalgia por los primeros años de la era digital, evocando el optimismo y la creatividad de la tecnología de los años 2000. Esta preferencia estética, conocida como ‘Frutiger Aero’, trae consigo un enfoque vibrante y colorido que celebra la alegría en el diseño y rompe con el minimalismo reciente.
Reflejo de cambios
La jardinería en 2025 no se limita a las tendencias en diseño, sino que es un reflejo de cambios sociales, tecnológicos y ambientales. Desde jardines comunitarios hasta espacios irreales generados por IA, cada tendencia aporta algo único al paisaje contemporáneo. La conexión con la naturaleza, la autenticidad y la innovación tecnológica son las fuerzas motrices que han redefinido el acto de cultivar un jardín, transformándolo en una forma de expresión y en un elemento integral de una vida equilibrada y consciente.