El sector de los sustratos en el 2022

El sector de los sustratos se ha visto inmerso en un ejercicio 2022 difícil de predecir y gestionar en cuanto a precios de las materias primas y otros insumos de fabricación.

El volumen de actividad ha sido claramente inferior al del 2021, que fue un ejercicio atípicamente marcado por el cambio de hábitos de los consumidores durante las restricciones debidas a la pandemia.

Así pues, el volumen de actividad del primer semestre de 2022 se asemejó más al del primer semestre post-pandémico de 2019, siendo un poco inferior a lo largo del segundo semestre de 2022 respecto al mismo año de referencia.

Si bien el descenso de la actividad ha sido algo con lo que el sector ya contaba, la inflación en los costes de producción y en las materias primas utilizadas ha sido una constante que no ha dado tregua a lo largo de todo el año. Una mala cosecha de turba en 2021 provocó algunos problemas de suministro a principios de 2022 que redundaron en incrementos de precio de este producto.

A su vez, la fibra de coco, otra de las materias primas más importantes en nuestro sector, también sufrió alzas importantes a finales de 2021- principios del 2022, debidas al alza de los fletes marítimos procedentes de Asia. Pero no fueron estos los únicos quebraderos de cabeza de los fabricantes de sustratos este 2022.

El alza de la energía y los combustibles han tenido un impacto importantísimo en los procesos de producción y envasado de los sustratos, así como en el traslado de las materias primas hasta los centros de producción y en el traslado del producto final hasta el consumidor. También ha incidido en el coste de algunos productos que utilizamos como materias primas y que consumen mucha electricidad en sus procesos productivos, como son la perlita o los abonos químicos, por ejemplo.

El aumento del petróleo, como era de esperar, redundó en un alza del precio del plástico utilizado para el envasado de los sustratos y en los flejes del producto (film de retractilar, etiquetas, etc). Otros insumos como los palés de madera han experimentado incrementos de precios superiores al 50% e incluso han sufrido restricciones de suministro en algunos momentos del año. Los fabricantes asumieron en la medida de lo posible los primeros incrementos de precios de los insumos con reducciones de sus propios márgenes, pero la situación no era sostenible a corto plazo y los precios de los sustratos se han visto arrastrados al alza, con incrementos constantes a lo largo de toda la campaña.

En cuanto a modificaciones normativas, el pasado mes de julio entró en vigor el Reglamento europeo 1009/2019 sobre productos fertilizantes que incluye también a los sustratos y que solo afecta a aquellos productos que se comercializan a nivel europeo con el marcaje CE. Las normativas nacionales que van saliendo van adoptando muchos de los postulados de este Reglamento 1009/2019, como hemos visto con la publicación de la Ley 7/2022 de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular o el Real Decreto 1051/2022 de 27 de diciembre por el que se establecen normas para la nutrición sostenible en los suelos agrarios.

Para este 2023 se prevé unos mejores precios en la turba, gracias a la buena cosecha de este pasado 2022. También ha mejorado ya el precio de la fibra de coco, gracias a la relajación del coste del transporte marítimo, sin alcanzar todavía los precios del 2021. Sin embargo, la entrada en vigor de la Ley 7/2022, antes comentada, implicará un incremento importante del precio de los sustratos ensacados, tanto para el sector hobby como en el sector profesional debido a la aplicación de una tasa de 0,45€ por kilo de plástico no reciclado que se utilice para el fleje de las materias primas o bien en el proceso de ensacado del producto final.

Esperamos un 2023 más relajado en cuanto a disponibilidad de materias primas e insumos y menos volatilidad en el precio de los mismos. Concentramos nuestra atención en la respuesta del consumidor a la situación inflacionista que estamos viviendo y que puede obligarlo a concentrar su atención en aspectos más básicos de la economía familiar como son los alimentos o el consumo energético del hogar.