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GO Huerta 4.0: Un plan de trabajo para conseguir invernaderos rentables y sostenibles en el interior de España

Redacción laagriculturadigital.com16/12/2018

Vidal Sánchez Vicente. Empresa OFISET

Se ha puesto en marcha un Grupo Operativo supranacional que busca diseñar e implantar un modelo de invernadero solar pasivo que cuente con tecnologías 4.0 y se adapte a las condiciones climáticas del interior de España, para ofrecer a las zonas con mayores tasas de despoblamiento de nuestro país una alternativa de producción rentable basada en la producción hortofrutícola de variedades de alto valor añadido.

El objetivo de trabajo, por tanto, es adaptar del modelo de invernadero solar pasivo al clima del interior de España e implementación de tecnología 4.0 para la producción hortofrutícola de variedades de alto valor añadido.

Un invernadero solar pasivo está diseñado para retener el máximo calor posible haciendo el uso más eficiente posible de la energía solar mediante elementos pasivos, lo que permite producir cultivos de clima cálido en periodos fríos utilizando únicamente el sol como fuente de energía.

Los buenos resultados obtenidos con este tipo de invernadero, así como su bajo coste de inversión, han hecho que la superficie que ocupan en otros países no pare de crecer.

Muchas zonas del interior de España presentan inviernos fríos pero con alta radiación solar, lo que unido a la gran cantidad de conocimientos y experiencia en materia de invernaderos y tecnologías 4.0 que acumulan los técnicos en nuestro país, supone una gran oportunidad para proveer de una alternativa productiva a muchas áreas del interior peninsular en riesgo de despoblación debido, entre otros motivos, a la falta de rentabilidad agraria. Además, se pretende dar respuesta a la creciente demanda de productos de calidad apostando por variedades locales de alto valor añadido.

Los invernaderos piloto diseñados serán implantados en Salamanca y en Huesca, facilitando a todos aquellos agricultores y habitantes del medio rural que quieran reproducir este modelo en sus explotaciones los conocimientos necesarios para hacerlo con éxito.

Este grupo está integrado por la Asociación Nordeste de Salamanca, el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA – CSIC), el Área de Producción Vegetal de la Universidad de Salamanca (USAL), la Fundación Cajamar, la Cooperativa Agrícola de Barbastro (SCLAB), UAGA – COAG Aragón, ASAJA Salamanca, el Centro de Desarrollo del Somontano, el Centro de Transferencia Agroalimentaria del Gobierno de Aragón, Desarrolla Consultores y la empresa OFISET. Su formación está financiada por el programa de ayudas para la creación de Grupos Operativos Supraautonómicos del Programa Nacional de Desarrollo Rural financiado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER).

PROBLEMÁTICA

La escasa rentabilidad de la actividad agraria en muchas áreas de la geografía española, está llevando al abandono de la actividad y de las áreas rurales, con las consecuencias negativas que esto conlleva (masificación de zonas urbanas, pérdida de paisaje, aumento del riesgo de incendios y de desertificación, pérdida de patrimonio cultural, etc.).

No sólo la actividad agraria en muchas zonas de España tiene una baja rentabilidad, sino que además es difícil atraer a otros jóvenes hacia este sector, ya que los costes de inversión son demasiado altos, mucho más que el de otras actividades que gracias a esa menor inversión y menor riesgo pueden resultar más atractivas.

La diversificación de la producción hacia cultivos más rentables ha sido tradicionalmente una tarea complicada en muchas de estas áreas debido a los condicionantes climatológicos que limitan en gran medida los cultivos a producir de manera rentable. Si bien la producción hortofrutícola es capaz de generar mayores beneficios, el alto coste en calefacción que han tenido tradicionalmente los invernaderos en las zonas del interior de la península hace que rara vez resulten rentables.

OPORTUNIDADES

España, con cerca de 70.000 ha de invernaderos permanentes, es el segundo país, por detrás de China en cuanto a superficie de invernaderos. Esto ha permitido que los técnicos de nuestro país acumulen una gran cantidad de conocimientos en el campo de la producción en invernadero y su tecnificación, situándonos a la vanguardia mundial.

La mejora en las tecnologías 4.0 (big data, internet de las cosas, sistemas predictivos, etc.) así como la reducción del coste de muchas de estas tecnologías, incluida la producción de energía solar, suponen una gran oportunidad para poder diseñar y poner en funcionamiento un invernadero que cuente con las últimas tecnologías para hacerlo más rentable y sostenible.

Otra de las grandes ventajas que tenemos en nuestro país y, concretamente, en las zonas del interior de España, es la alta radiación solar que hay a pesar del frío que hace en invierno. Esto se traduce en que el sol puede ser utilizado como una fuente de energía sin coste para calentar los invernaderos en las épocas en las que la temperatura ambiental es inferior a la necesitada por los cultivos que se desea producir en el invernadero. Esta es una gran ventaja que nos diferencia de otras zonas de clima continentalizado de Europa.

Por otro lado hay un nicho de mercado cada vez mayor que busca productos de calidad. Se presenta como una oportunidad productiva la apuesta por variedades tradicionales y locales que tengan un alto valor añadido y que puedan tener una amplia aceptación por parte de los consumidores, así como el comercio de proximidad para poder dar respuesta a todos aquellos consumidores que valoran especialmente el producto local de calidad.

DESCRIPCIÓN DE EXPERIENCIAS SIMILARES

En el centro y norte de China los invernaderos solares pasivos (con bajos costes de inversión y reducidos costes de funcionamiento) han sido utilizados con éxito desde los años 80 para producir frutas, hortalizas y flores desde finales del otoño hasta el inicio de la primavera. Desde entonces han ido introduciendo variaciones técnicas y tecnológicas para hacerlos más eficientes. Los invernaderos solares pasivos desempeñan un papel fundamental en la producción de verduras en China, ya que permiten desestacionalizar las producciones sin necesidad de calefacción en latitudes que se sitúan entre 32ºN y 43ºN, y en regiones del noroeste del país, donde las temperaturas medias diarias en los meses más fríos del año caen por debajo de los -10ºC.

El invernadero solar pasivo clásico está diseñado para retener el máximo calor posible. Consta de 3 paredes de ladrillo o de barro, y una estructura transparente, generalmente de plástico, a través del cual entra la radiación solar. Está orientado estratégicamente para captar la máxima cantidad de calor en las paredes (calor que será liberado durante la noche) y para que las paredes bloqueen los vientos fríos del norte, reduciendo así la pérdida de calor del invernadero. Al ponerse el sol, se extiende una hoja aislante de paja, lona o mantas térmicas sobre el plástico, aumentando el aislamiento de la estructura. Este sistema permite la climatización del invernadero con energía solar, permitiendo que la temperatura interior alcance hasta 25ºC más que en el exterior.

También se han empezado a estudiar y a implantar en otros países como Canadá, Rusia, Japón, Corea del Sur, Mongolia y Holanda (estos últimos con vistas a venderles sus tecnologías a los chinos, más que con el objetivo de implantarlo en sus territorios; no creo que funcionaran bien allí debido a su baja radiación solar)

OBJETIVOS ESPECÍFICOS CONCRETOS

1º.- Diseñar un invernadero solar pasivo adaptándolo al clima del interior peninsular, haciendo el uso más eficiente posible de la energía solar, integrando tecnologías 4.0 que permitan mejorar la eficiencia energética y aumentar la producción, y teniendo en cuenta los principios de economía circular y respeto al medio ambiente. En el diseño se tendrá en cuenta la posibilidad de, a partir del diseño básico, ir tecnificando cada vez más el invernadero por fases o módulos.

2º.- Estudiar qué variedades locales de las distintas zonas de implantación ofrecen un mayor valor añadido para el productor, teniendo en cuenta sus características agronómicas y la demanda del mercado, y establecer un plan productivo.

3º.- Poner en marcha el invernadero diseñado en distintas zonas de España (Salamanca (en la Finca Experimental Muñovela del IRNASA-CSIC) y Barbastro), analizando la rentabilidad obtenida.

4º.- Difundir este método de producción y los resultados obtenidos entre los agricultores y habitantes del medio rural (especialmente entre aquellos que se encuentran en áreas con alto riesgo de despoblamiento), entre los técnicos, las administraciones, los minoristas, los consumidores y otros agentes de interés.

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