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20 tecnogarden ARTÍCULO acuchillar en el ascensor a su vecino, también cura. Y así “tabaco” es un concepto abstruso en función de si lees en una cajetilla “fumar puede reducir el flujo sanguíneo y provoca impotencia” o de si en un laboratorio escuchas “hoy día largo, voy a hacer una transitoria en tabaco”. Y es que el tabaco (Nicotiana benthamiana y N. tabacum) es un organismo modelo en investigación, o mejor, una herramienta de investigación. Y es que Julio era una mosca. Que el tabaco sea sexy también puede ser un concepto equívoco. No dudo que lo sexy que le queda el cigarrillo a Humphrey Bogart en Casablanca haya llevado a algunos a fumar, pero que el tabaco sea sexy también puede referirse a los intentos de algunos laboratorios de generar plantas de tabaco productoras de feromonas sexuales, originalmente llamadas Sexy Plants o SxP. Las feromonas son sustancias químicas, normalmente volátiles, que se secretan para inducir comportamientos específicos en otros individuos. Pueden ser, entre otras, señales de alerta, de rastro o de atracción. Usando el símil del Tinder, los machos y hembras de una especie pueden liberar feromonas al aire —subir sus fotos e intereses a la red — para atraer a un individuo al que posiblemente nunca se le ha visto “en directo”. Y resulta que ¡dichosas feromonas!, porque son una alternativa, nada novedosa pero muy válida, al también ambiguo mundo de los plaguicidas, ya que, a diferencia de los productos de amplio espectro, las feromonas son altamente específicas de especie y minimizan el impacto ambiental. Las feromonas se han venido usando como plaguicidas de diferentes maneras, destacando las estrategias de atraer y matar, en las que las feromonas funcionan de cebos para trampas masivas con insecticidas; las estrategias de empujar y tirar, las cuales se basan en alejar a los insectos del cultivo a huéspedes alternativos; y las técnicas “cortarollos” —nombre libre— o de disrupción del apareamiento, las cuales intentan eliminar o retrasar el apareamiento mediante el tratamiento con feromonas que provoquen pistas confusas o señales equívocas. Si tú atufas el ambiente con una cantidad ingente de feromonas sexuales, lo más probable es que el macho no consiga llegar a la hembra, ya que siente a la hembra por todas partes. Todo son luciérnagas y soles para Julio, la mosca. Y al final lo más probable es que ante tanto equívoco acabe muriendo solo, sin descendencia. Como decía, la idea no es nueva, y es que el mercado ya mueve unos dos mil millones de dólares en feromonas. El problema es que son muy caras y complejas de producir por síntesis química, además de contaminante. Y es así como algunos grupos intentan introducir la síntesis de feromonas en sistemas biológicos. En concreto, en plantas. Y la mejor planta para producir compuestos por su gran biomasa foliar y fácil manipulación, como ya ocurrió con el fárma-

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