Sanitaristas 129

INSTALADOR den desde Jimten con esta visión. «Poco a poco se están convirtiendo en un estándar, junto con los inodoros suspendidos, aunque todavía les queda un largo camino por recorrer», ratifican desde Plastisan. Un segmento aún minoritario Así, si bien no existen cifras oficiales con las que poder dar el dato del total de cisternas empotradas vendidas en nuestro país, desde Geberit estiman «una penetración aproximada del 10-15% del segmento de las cisternas empotradas respecto a las vistas», la misma cifra que nos dan desde Plastisan. «No existen datos fiables ni en general ni por zonas, pero es evidente que el mejor posicionamiento de los sanitarios se produce en zonas de alto nivel adquisitivo de gran afluencia de turismo», puntualizan al respecto desde Oli, cuyo director comercial fija «entre un 7 y un 10% la actual colocación de sanitarios suspendidos». Más optimistas se muestras desde Jimten, que cifran las cisternas empotradas que se instalan anualmente, en «un porcentaje superior al 30%», aunque puntualizando igualmente que se trata de un dato «difícil de estimar». A favor... Pese a los muchos argumentos a favor de las cisternas empotradas, no es menos cierto que también son bastantes las barreras que aún deben enfrentar estos productos tanto por parte de la demanda como de los instaladores. Pero vayamos por partes; desde Geberit, nos listan los tres beneficios más destacados entre los muchos que aportan las cisternas empotradas: - Un baño mejor en diseño y estética. Por un lado, gracias a la gran diversidad de pulsadores disponibles; y, por otro, porque al esconder la cisterna en la pared, se multiplican las posibilidades de diseño del cuarto de baño. - Un baño mejor en espacio. Al empotrar la cisterna dentro de la pared se pueden ganar hasta 15 cm de espacio útil en el baño. Además, al eliminar de la vista un elemento voluminoso como es la tradicional cisterna de porcelana, se consigue más sensación de amplitud. - Un baño mejor en limpieza. Al quedar la cisterna dentro de la pared, hay un elemento menos que limpiar, a la vez que se eliminan los rincones de difícil acceso, por lo que las tareas de limpieza se simplifican mucho y se invierte menos tiempo en ello. La fórmula perfecta es combinar la cisterna empotrada con un inodoro suspendido porque entonces también el suelo del baño queda libre de obstáculos y resulta muy fácil limpiarlo. ... y en contra Todas las fuentes consultadas coinciden en asegurar que las barreras que deben superar las cisternas empotradas nacen del desconocimiento del producto. Se trata de unos ‘miedos’ infundados que desde Geberit nos resumen en otros tres: - ¿Cómo se hace el mantenimiento? Mucha gente todavía piensa que debe picar la pared para hacer el mantenimiento de una cisterna empotrada. ¡Ya es hora de olvidarse de este mito! Las tareas de mantenimiento se realizan sin ninguna dificultad a través del hueco donde va colocado el pulsador: de manera sencilla, rápida y sin necesidad de herramientas. - El inodoro suspendido en la cisterna empotrada, ¿no se caerá? No, no se cae. No hay que preocuparse por el peso que puede aguantar un inodoro suspendido bien instalado. En nuestro caso, la cisterna está integrada en un bastidor de acero que se fija firmemente en la pared del baño. Una vez montado el inodoro en el bastidor, el conjunto resiste hasta 400 kg de peso. - ¡Tener un baño así debe ser carísimo! No es verdad. A pesar de que, en general, se sigue percibiendo como un producto caro e inaccesible, la diferencia con una solución tradicional es muy baja y, en el presupuesto total de un baño estándar, no llega al 3% del valor total. Y, si bien todas estas inseguridades pueden achacarse al usuario, desde Oli también hacen hincapié en las que plantean los propios profesionales del sector: «otra barrera la pone el instalador que argumenta la dificultad de instalar tras la pared una cisterna y su coste frente al sanitario tradicional externo y al suelo. Realmente queda en entredicho cuando en hospitales, residencias, hoteles de nivel, baños públicos, aeropuertos y proyectos de decoración, realizados por los profesionales más prestigiosos, se colocan sanitarios suspendidos que podrían ser instalados en cualquiera de los baños de cualquier particular sin variar apenas su coste», aseguran al respecto. La previsión general de los distintos expertos consultados es que el crecimiento que caracteriza el mercado actual de las cisternas empotradas en nuestro país continuará a corto y medio plazo. «Hoy en día, quien se dispone a reformar el baño ya no busca el proyecto de toda la vida sino soluciones diferentes, de mayor calidad, con un valor añadido que les aporte más bienestar y una Drena con bastidor de PLASTISAN Plastisan amplía su gama de cisternas empotradas Drena con la nueva cisterna empotrada para inodoro suspendido con bastidor de pies internos. Se presenta ahora un conjunto completo con bastidor optimizado, más compacta (solamente 81mm, ya que ahorra espacio por la posición del codo de salida entre los pies del bastidor), con placa pulsadora doble economizadora de agua y panel antivibratorio, más fácil de montar y regular, dotada de los mecanismos de llenado y descarga con ahorro de agua de gran fiabilidad de la serie Drena. EP-1 y Duplo, de ROCA Roca pone a disposición del usuario EP-1, una placa de accionamiento de cristal dual electrónica. De 250x160 mm, esta placa es touchless, cuenta con detectores de presencia y ofrece la opción de descarga programable, así como la posibilidad de programar los colores. Por otro lado, el sistema de instalación Duplo destaca por su seguridad al garantizar una perfecta fijación y una resistencia estática de más de 400 kg. La instalación y el mantenimiento de los sistemas Duplo son sencillos, ya que incluye un completo pack de montaje con instrucciones detalladas y está diseñado con acceso rápido al interior. 63 SANITARISTA'S

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