Pavimentos y revestimientos

contiene aproximadamente una tonelada de gas de efecto invernadero. Según la Asociación Nacional de Fabricantes de Parquet (ANFP), la madera es el único material que en su fabricación (durante el crecimiento del árbol) absorbe carbono en lugar de emitirlo, gracias al proceso de fotosíntesis, quedando capturado durante toda la vida útil del material. «La madera apenas supone consumo energético», dice Javier Hervás, presidente de la ANFP, añadiendo que «esto ya es una ventaja frente a cualquier material que requiere grandes consumos de energía a nivel industrial para su fabricación. Además, la gestión forestal y el aprovechamiento de esa madera ayuda a cuidar los montes y a reducir el riesgo de plagas e incendios». Se calcula que instalar 40m2 de suelo de madera ahorra emisiones de carbono equivalentes a las que se emitirían durante un año para aclimatar un estudio. Pese a todo ello, el uso de la madera en la construcción y, concretamente, en suelos, no ha obtenido una merecida visibilidad cuando se habla de métodos de ahorro energético en los edificios. A todos nos vienen a la mente, de manera casi automática, los materiales de aislamiento en fachadas, por ejemplo; o la necesidad de modernizar ventanas y puertas para asegurar que cierren bien y actúen de frontera térmica. «Los cerramientos obtienen una gran visibilidad porque son la parte directa divisora entre el interior y el exterior, donde están las condiciones climáticas que queremos modificar mediante el uso de energía», dice Javier Hervàs. «Sin embargo, si la vivienda no está bien aislada en su parte superior o inferior, esto supone que el calor y el frío se escaparán antes y que la necesidad de consumo energético será mayor. Con un suelo de madera podemos conservar más tiempo la temperatura deseada en el hogar, además de aislarnos del piso inferior o del terreno sobre el que estén construidas las casas». LaANFP ha realizado multitud de acciones para divulgar el buen comportamiento del pavimento de madera en cuanto a eficiencia energética y confort. «Es necesario seguir haciendo fuerza de manera unificada, divulgando las bondades de los pavimentos de madera, no sólo a nivel de confort térmico y de reducción de consumo energético, también a nivel de beneficios ambientales y para la salud», concluye el presidente de la asociación. Por su parte, la Federación Europea de Parquet (FEP), de la que forma parte la ANFP, ha lanzado la campaña RealWood (realwood.eu/es) para mostrar la contribución de los suelos de madera a la mitigación del cambio climático. «Los beneficios medioambientales son indiscutibles. Se consume mucha menos energía en su producción, transformación y eliminación que con cualquier otro material de construcción. La popularidad de los suelos de madera auténtica cada vez es mayor, con lo que el compromiso con su aprovechamiento también ha crecido», reza la campaña, que también asegura que «el efecto de ahorro o almacenamiento de carbono de los productos de madera tiene un papel importante en la reducción de los gases de efecto invernadero». Pese a que España aún no está tomando medidas en este aspecto, sí hay instituciones que ya están apostando por la madera como material de construcción, aunque mayoritariamente en edificios públicos. Por ejemplo, la autoridad del Área Metropolitana de Barcelona está construyendo un archivo municipal, dos guarderías y un instituto en este material. Y no solo por sus bondades térmicas, sino también por sus inmensas propiedades como aislamiento acústico: su coeficiente de reflexión es del 90%, idóneo para la eliminación de ecos. El parquet y la madera no solo son compatibles con las instalaciones de suelo radiante sino que se revelan como los materiales con mayor rendimiento energético. Según el estudio «Influencia de las propiedades de la madera y la construcción de edificios en la demanda de energía, el confort térmico y el tiempo de retraso en la puesta en marcha de los sistemas de calefacción por suelo radiante», en el 25% de las viviendas analizadas, la demanda media de energía fue menor en los revestimientos de madera que de granito, mientras que en el 50% los revestimientos de madera consiguieron la comodidad térmica en menos de una hora, mejorando igualmente el resultado obtenido por el granito. Estos ensayos, auspiciados por la ANFP y la empresa de suelos radiantes Uponor, concluyeron que los revestimientos de madera reducen la demanda energética en un 6,4%, ofreciendo un rendimiento térmico comparable - en algunos casos, superior- al de los materiales de alta conductividad. Los valores más altos de resistencia térmica en revestimientos de madera (incluso por encima de los 0,15 m2K/W citados en la norma EN 1264-2), no afectaron significativamente a la demanda de energía o al tiempo necesario para conseguir el confort térmico. Aunque esta norma no prevé revestimientos con valores de resistencia térmica superiores a 0,15 m2K/W, no están explícitamente prohibidos. De hecho, en este estudio los valores de resistencia térmica superiores no aumentaron la demanda de energía de forma significativa ni bajaron el número de horas de confort. Por eso, este estudio sugiere que debería revisarse la norma y suprimir la referencia a ese valor, ya que muchos fabricantes han malinterpretado este dato y lo utilizan como límite que no se debe exceder en el diseño de revestimientos de madera para suelos radiantes. «Los resultados fueron excelentes y demuestran que la compatibilidad de la madera es total, conservando durante más tiempo las condiciones de temperatura deseadas y suponiendo un mayor ahorro energético», asegura Javier Hervás, presidente de la ANFP. Con suelo radiante, aún más eficiencia informe Crisis climática y pavimentos de madera 54 - PAVIMENTOS informe climático VELF.pmd 10/10/2022, 12:24 4

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