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muy bajo y el grado de inclinación que tiene nos permite tener calor en la fachada sur. En verano, por el contrario, el sol va subiendo paulatinamente y con un alero de apenas 50 centímetros, no da sol al edificio". De esta forma, ya tienen la fachada principal y la secundaria completamente a la sombra; además, refrescándose constantemente con el aire que proviene del mar. LA CUBIERTA Pero queda la máxima dificultad: la cubierta. “Las instalaciones fotovoltaicas normalmente tienen un grado de inclinación de un 30%. Pero en nuestro caso, si lo hubiéramos hecho de esa manera, tendríamos una importante pérdida del paisaje y visualmente sería poco atractivo. Lo que hicimos fue instalarlas al 7% de inclinación, que es lo que tiene la cubierta, y a la vez las aprovechamos para un segundo uso: aislar la cubierta”, comenta Juanma. con un mobiliario totalmente distinto a la zona del restaurante. Sin embargo, los clientes de Mar de Fulles podrán comprobar que todas las estancias son iguales, utilizando siempre materiales ecológicos. Es una forma de obtiener mejores precios de los proveedores y facilita su instalación. INSTALACIÓN FOTOVOLTAICA Inicialmente, cuando diseñaron el edificio, la instalación iba a verter la energía sobrante a la red y comprarla cuando hiciera falta. Finalmente apostaron por una instalación fotovoltaica completamente aislada, orientada al sur para maximizar su capacidad de producción con 180kW de potencia instalada en la cubierta del edificio. La instalación se completa con cuatro bancos de baterías de doble profundidad de la firma Rolls Royce, unas 120 baterías, que aportan la energía cuando hay picos de demanda. Para maximizar la instalación fotovoltaica utilizan la energía en el momento de producción. Según nos ha explicado durante la visita, se ha dejado una cámara ventilada levantado 20 centímetros entre las placas y la cubierta; y una segunda cámara ventilada de un centímetro de separación entre cada placa que permite que se disipe el calor. De esta forma, el edificio funciona como una “cueva” al que no le da el sol por ninguna de sus caras. ARQUITECTURA BIOCLIMÁTICA A BUEN PRECIO Otra premisa del proyecto era demostrar que era posible construir un edificio ecológico que no fuera caro. Y lo han logrado. “El precio medio en Castellónestá en torno a los 1.000/ 1.100€ metro cuadrado en construcción y este edificio está hecho por 600 € el metro cuadrado y, además, trabajando con proveedores locales”, confirma Juanma. Y ¿cómo lo han hecho? En los hoteles es habitual diferenciar cada habitación con una decoración, En la cara sur, con un alero de apenas 50 centímetros, se protege al edificio del sol en verano. Además, los paneles fotovoltaicos instalados en la cubierta sirven también para aislarla por medio de dos cámaras de aire ventiladas. 50 REPORTAJE

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