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A FONDO 45 JAVIER DÍAZ, PRESIDENTE DE AVEBIOM Año tras año aumenta la contribución de la biomasa a la descarbonización y mejora de la eficiencia de nuestra economía en todas sus modalidades: biomasa sólida para usos térmicos y para generación eléctrica y, desde hace unos meses, también los gases renovables. LA BIOENERGÍA ES FUNDAMENTAL PARA DESCARBONIZAR CON SEGURIDAD LA ECONOMÍA ESPAÑOLA, EUROPEA Y MUNDIAL En el último año, la bioenergía ha aumentado en un 1% su contribución al mix energético español y ya aporta el 9% de toda la energía que consumimos, lo que demuestra que seguimos consolidando un crecimiento sostenido y sostenible. La bioenergía está demostrando que es capazdesoportarmejorqueotras fuentes de energía - gas, gasóleo, electricidadde origen fósil y otros combustibles fósiles- los efectos de la crisis y de la inflación derivadas de la subida de los precios de los combustibles fósiles y de la guerra en Ucrania. El papel de la bioenergía en la transición energética de nuestro país es fundamental y, en especial, cuando hablamos de seguridad energética. Así, vemos como seguimos logrando máximos históricos en la instalación de equipos de biomasa sólida para generación de energía térmica y en potencia total instalada en el sector industrial y en calefacción doméstica: tras un año récord como 2021, en el que se instalaron 75.832 dispositivos nuevos de biomasa sólida y se superaron las 512.000 unidades operativas entre estufas y calderas de pellet, astilla, hueso y otros biocombustibles, en 2022 estimamos que el número de instalaciones ha seguido creciendo al menos al mismo ritmo que en 2021, por lo que a finales de este año el parque de equipos de biomasa para usos térmicos en España habrá aumentado en otras 70.000 – 80.000 unidades. En paralelo, la potencia total instalada alcanzó en 2021 los 14.090 MW, gracias a un aumento de 1.391 MW en 2021, y en 2022 se habrán superado fácilmente los 15 GW instalados en el sector térmico nacional. Instalaciones que están suministrando agua caliente y vapor de proceso a la industria y calefacción y agua caliente a grandes edificios como hospitales, hoteles, universidades, oficinas o comunidades de vecinos, y a viviendas unifamiliares. Por otra parte, desde 2021 la leña está atrayendo la atención de muchos consumidores domésticos, fundamentalmente por su menor precio en comparación con otros biocombustibles más afectados por la actual coyuntura inflacionaria. Este renovado interés por la leña ha venido acompañado de un aumento de alrededor del 25% anual en las ventas de estufas, chimeneas, cocinas y calderas de leña modernas, según hemos averiguado gracias a los datos obtenidos por el observatorio de la biomasa; esto supone cerca de 70.000 unidades nuevas en estos dos últimos años. A este renacer de la leña está contribuyendo el hecho de que se hayan incluido entre los sistemas subvencionables en el ámbito residencial en municipios de menos de 50.000 habitantes los dispositivos cerrados que empleen leña con una humedad máxima del 20%.

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