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24 la formación de la Unión Europea. La Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) fue una entidad pionera que dio forma a la unión de los veintisiete Estados europeos. En aquella época, el carbón era la fuente de energía esencial para alimentar industrias, generar electricidad y proporcionar calefacción a los hogares. Sin embargo, en las últimas décadas, la Unión Europea busca un futuro más limpio para sus ciudadanos y empresas. La política energética integral y obligatoria, aprobada en 2005 por el Consejo Europeo, está a punto de cumplir dos décadas de colaboración. El paquete 'Fit for 55', presentado en 2021, estableció un objetivo del 40% de energías renovables para 2030, actualmente sujeto a debate para aumentar al 45%. Se trata de metas ambiciosas en las que hay consenso entre las grandes formaciones políticas a nivel nacional y europeo. La dicotomía entre ecologismo y pragmatismo, o entre opciones caras y ecológicas frente a otras económicas pero contaminantes, ya no es válida. Incluso considerando la inflación de los últimos años, los costos de la energía eólica se han reducido en un 66% entre 2009 y 2023, y la fotovoltaica ha experimentado una reducción del 84%, según Lazard (Levelized Costs of Energy Analysis, abril de 2023). Como vemos, hay pocas razones políticas para disentir sobre la necesidad de incorporar, de forma masiva, energías renovables en nuestro mix, y alcanzar cotas antes impensables. La competitividad alcanzada por estas tecnologías ya hace que se superen comparaciones como instalar una central de carbón o un parque eólico, esa no es ya la duda. En muchos escenarios, resulta más económico desmantelar una central térmica existente (ya amortizada) para dar paso a fuentes de energía renovable. Presentar la elección entre renovables y economía como una disyuntiva es erróneo. A nivel global, la inversión en energías renovables se acercó a los 500.000 millones de dólares solo en 2022, con un incremento del 36% en la inversión fotovoltaica mundial. La pregunta relevante es cuál será nuestra posición en este mercado de 500.000 millones de dólares anuales, ya que nuestras decisiones actuales condicionarán nuestro futuro. Y es un mercado que se está acelerando, la Agencia Internacional de la Energía, ha publicado la cifra de instalación mundial en 2023: 510 GW de potencia anual instalada global, con un 50% de crecimiento, el mayor en las dos últimas décadas. España se encuentra actualmente en una posición envidiable, con recursos renovables destacados, experiencia reconocida internacionalmente y una posición de referencia, proporcionando una base sólida para la industrialización del país. La Transición Energética no será sencilla ni económica. Los desafíos tecnológicos que implican adecuar la generación y demanda, almacenar energía, desarrollar la generación, transporte y uso del hidrógeno renovable, llevar las renovables al transporte y a los usos térmicos, y electrificar la demanda, constituyen tareas complejas. Aunque el proceso será costoso, no implica necesariamente que sea más caro. Del déficit comercial total de la balanza española, que ascendió en 2022 a 68.112 millones de euros, el déficit de nuestro sector energético representó 52.617 millones de euros, lastrado por unas importaciones de combustibles que superaron los 90.000 millones. El peso de las importaciones fósiles, especialmente en momentos de crisis o guerra, ejercen una carga significativa sobre nuestra economía. El sector de las energías renovables en España genera actualmente más de 130.000 puestos de trabajo y representa el 1,65% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. El incremento de estas cifras, tanto en términos de empleo como "2023 ha sido un año positivo, pero no exento de señales de agotamiento que deberemos corregir para alcanzar la senda que nos lleve a las metas de 2030"

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