EP28 - Enviropres

DERECHO AMBIENTAL 51 dispositivos móviles irrumpieron con fuerza en nuestras vidas y los naturalizamos sin darnos cuenta de cómo las estaban cambiando. Y aún no hemos metabolizado sus efectos, probablemente, por las ventajas que nos supone, pero ¿y si valoramos también la cara oculta e inconveniente del uso que hacemos, podríamos manejar mejor nuestros dispositivos digitales? Veamos cuales son las afectaciones en distintos planos: DESEQUILIBRIOS ENTRE EL MUNDO FÍSICO Y EL DIGITAL Cada vez hay más personas que viven en las grandes ciudades o a su alrededor, lejos de la naturaleza. Esto ha supuesto una gran desconexión entre la percepción de lo que es natural y lo que no, así como de los ciclos de la naturaleza. Cuando las personas todo lo necesitan verificar a través de los dispositivos móviles y dejan de ver lo que ocurre a su alrededor, esta desconexión se extiende incluso a lo que ocurre más allá de la vista puesta en nuestras pantallas. Pero el orden físico impone sus leyes y no tiene los mismos tiempos que el del mundo digital. En este sentido, cuando nos manejamos en lo digital todo va bastante más rápido que cuando nos relacionamos con el mundo físico. La cultura del pelotazo (por ejemplo, la burbuja inmobiliaria que aún sigue) nos mostró cuan rápidamente pueden caer supuestos imperios construidos en poco tiempo. De la misma manera, las proyecciones digitales pueden crear grandes frustraciones cuando se trasladan proyectos en el mundo físico. Finalmente, el cambio climático, la contaminación y un planeta en el que ya hay materias primas importantes que empiezan a escasear, ofrece un horizonte más que incierto para las generaciones presentes y ya no digamos para las venideras. Y en esto el rigor científico es muy claro: o nos ponemos las pilas o los fenómenos que ya se han manifestado a nivel climático y las afectaciones sobre la salud van a ser muy difíciles de llevar. Desde la Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre biodiversidad y servicios de los ecosistemas IPBES, hasta la UE en su Estrategia sobre biodiversidad de aquí a 2030, reconocen un vínculo entre el desequilibrio ecológico como factor clave del desarrollo del COVID19 y otras pandemias. Las imágenes de futuro también las construimos a través de nuestras experiencias pasadas y de presente. ¿Qué pasa cuando nos ocurren físicamente cosas que nunca habíamos vivido? Pues que nos sentimos mucho más desarmados a la hora de establecer estrategias para afrontar situaciones sobrevenidas. Pues esto es lo que muy probablemente ocurrirá en los años venideros, acentuado por la desconexión que vivimos con la naturaleza, pasándonos gran parte de nuestro tiempo delante de las pantallas sin, además, tener una base cultural de sostenibilidad generalizada. Estos impactos los sufriremos aún más, no solo a nivel físico sino también psicológico, y, obviamente, también económicamente.

RkJQdWJsaXNoZXIy Njg1MjYx