Ascensores y Montacargas 79

    os papeles parecen estar bien repartidos. Para las nuevas instalaciones, en la obra nueva, los gearless. En modernizaciones, los reductores. Es una división del trabajo bien asentada que se corresponde con las necesidades específicas de cada ámbito. No ha desaparecido, por tanto, la dual idad reductor-gearless, sino que se ha resituado sobre las particularidades de los distintos mercados. El reductor, ciertamente, ha perdido cuota de mercado ante el avance de la gearless. No son pocas las empresas que han reducido su oferta de máquinas reductoras, y una de ellas, sin dejarlas de fabricar y tenerlas en catálogo, las califica de «máquinas que son historia y dejarán de existir en poco tiempo». De momento, sin embargo, constituyen una buena solución para determinadas soluciones y, en este sentido, puede hablarse de máquina competitivas. Por ejemplo, para cargas elevadas (de hasta 13.000 kg.), los clientes optan fácilmente por el reductor convencional, dado su precio más asequible. En las modernizaciones, este aspecto es fundamental. Además de la lógica sustitución de máquinas antiguas, los reductores se adaptan perfectamente a las modernizaciones parciales, que están a la orden del día. En la colocación de una máquina reductora se aprovechan mejor, en efecto, los                                                                                                                                                             componentes de la instalación existente y no se hace obligado proceder a la sustitución de la maniobra, como ocurre en el caso de la gearless. De acuerdo con las informaciones del sector, son numerosas las comunidades de vecinos que optan por cambiar solo la máquina por otra más actual y de mayores prestaciones, ya que -y no es un motivo menor- esta sustitución parcial beneficia económicamente a las comunidades por el ahorro de costes que supone esta operación parcial. Evolución de las prestaciones Son competitivos en precio los reductores, pero también llegan a serlo en prestacio-       54 - Ascensores y Montacargas

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