TradeSport 288 - Junio 2020

El outdoor sigue muy dinámico… pese a todo. Es uno de los segmentos técnicos más fuertes del sector y lo seguirá siendo. Sobre todo si, como es previsible, la crisis del coronavirus se traduce en un repunte de la práctica deportiva y, en especial de los deportes Outdoor. 33 la afirmación no guste, es la moda quien sostiene el universo outdoor. Se le puede llamar travel, walking, urban o como se quiera, pero las ventas de líneas urbanas, o, mejor dicho, la venta de producto que no se usará para practicar modalidades outdoor, es la que tiene más cuota en las ventas. Y con diferencia. Bastante antes que la crisis empezara, el mundo del Outdoor ya se dio cuenta de que su estética gustaba. El look Outdoor tenía muy buena acogida en la calle y eso, obviamente, había que explotarlo. Poco importaba si quien se compraba una chaqueta con membrana de 20.000 columnas de agua la usaría para subir al Montblanc o para ir a comprar el pan en moto. Ventas son ventas. Y cuando hay tendencia, hay que aprovecharlo. Las grandes, que no son precisamente tontas ni puristas, reaccionaron rápido. El negocio es el negocio, Y en muy poco tiempo el llamado Outdoor urbano cogió una fuerza brutal.A unos les gustará más y a otros menos este cambio en las estrategias de muchas marcas, pero la realidad es que el gran target de muchas marcas Outdoor es el no practicante. Cada vez hay más gente que se viste de pies a cabeza con material técnico sin ninguna intención de subir ni siquiera a un 3.000. Por suerte para el Outdoor, la gente ha entendido que no hace falta hacer grandes expediciones para disfrutar de la naturaleza; se puede correr por caminos rurales, pasear por algún monte cercano a la ciudad o darse una vuelta en bici por cualquier ruta verde. Lo importante, al final, es hacer deporte…y hacerlo lejos de la ciudad. Y la gran baza que ha colocado al outdoor en el podio de los deportes con mayor potencial a corto, medio y largo plazo es, precisamente, la accesibilidad que tienen las llamadas modalidades de bajo impacto, a las que puede acceder todo el mundo. La oferta, además, se ha disparado en estos últimos años y cualquier perfil de practicante tiene a su alcance una lista infinita de posibilidades para practicar modalidades como el trekking, el senderismo, las travesías o el walking, modalidades muy recreacionales y, sin ningún afán competitivo. Si a este boom de las modalidades de bajo impacto (y el consecuente crecimiento de las ventas) le añadimos, como hemos dicho antes, que el look outdoor se impone incluso entre los que no practican ninguna de estas modalidades vinculadas al outdoor, la lógica impone una apuesta firme por este tipo de prendas. Las marcas,en este sentido, no han dudado lo más mínimo en redoblar su apuesta por las líneas más “urbanas” y dar respuesta un perfil de consumidor que busca buen precio, un look outdoor y una funcionalidad justa. Las grandes han nacido y crecido con lo técnico, con lo extremo incluso, y han seguido apostando por esta tecnicidad máxima (que les da imagen) pero, su presente y su futuro–y el del segmento en general- pasa por seguir apostando por las colecciones menos técnicas y más asequibles. Para evolucionar hay que adaptarse a las necesidades del consumidor. Y eso es lo que han hecho las marcas, que han sabido entender que el practicante ocasional y el no practicante, aunque se les puede llegar a convencer de que apuesten por la tecnología, tendrán muchos menos reparos a gastar si ven que lo que compran también lo podrán usar para trabajar o salir a pasear por la ciudad. EL TRAIL VUELVE A COGER FUERZA La fiebre del trail se había calmado un poco. Seguía ganando adeptos, pero no al ritmo que lo había hecho en los primeros años de esta década, cuando algunos deportes de resistencia pegaron un fuerte estirón. Sigue siendo un segmento muy fuerte y uno de los grandes dinamizadores del Outdoor. En ventas y en oferta, siendo capaz de

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