TradeSport 163 - Febrero 2009

ts24 Los últimos meses de 2008 no fueron especialmente buenos para el sector. La coyuntura económica conllevó una recesión del consumo que todavía se mantiene y, lógicamente, las tiendas de deporte y los proveedores no han escapado a este contexto. A pesar de las muchas desventajas que tienen etapas como la que estamos viviendo, hay quien ve las crisis como un momento perfecto para aprovechar oportunidades. Con esta filosofía, la empresa española Randy S.A. ha llevado a cabo un importante cambio de imagen para afrontar este complejo momento y, sobre todo, para posicionarse con fuerza –y en primera línea- para cuando la economía comience a recuperarse y el consumidor recupere sus ansias de consumo. Con este ambicioso cambio de rumbo, la empresa afronta este 2009 con optimismo. Y lo hace consciente de que no será un año fácil, que hay que estar expectante ante la situación del mercado, pero que, también, es importante estar atento a cualquier oportunidad que el mercado ofrezca. La trayectoria de esta empresa y de su marca es un aval más que suficiente para encarar estos tiempos con garantía: pese a los 20 años que lleva en el sector, es una marca joven, y su objetivo principal sigue siendo, como señala Marisa Robles, su máxima responsable, “ofrecer al consumidor final un producto fiable y con un diseño fresco y actual”. Además, no hay que olvidar que se trata de una de las empresas más consolidadas del sector deportivo y, sobre todo, de una de las más fieles al canal. Pese a apostar fuerte, y con muy buenos resultados, por la moda deportiva, Randy siempre ha estado volcada y apoyando a la tienda de deporte como canal de distribución. “Creemos en la tienda de deporte como el motor del consumo; en un lugar donde se puede dar una atención personalizada al consumidor, algo que no es posible en otro tipo de distribuidores”. En momentos como el actual, esta fidelidad tiene que verse recompensada. MUJER Y NIÑO: APUESTA FIRME Dos de los segmentos en los que Randy se ha convertido en una de las grandes referencias para los consumidores y, también, para los detallistas, son la mujer y el niño, dos categorías con un enorme potencial que todavía no tienen el peso que deberían en el comercio porque, como señala Robles, “los fabricantes y los detallistas hemos estado más volcados en el hombre, olvidando que la mujer es más exigente a la hora de comprar y su compra obedece a unas motivaciones diferentes de las del hombre”. Para Robles, es importante que “el sector entienda que la mujer maneja su presupuesto como trabajadora y también como organizadora de la vida familiar y que, por lo tanto, puede ser una gran prescriptora”. El problema –añade- es que aún no tiene el hábito de comprar en una tienda de deporte”. Este olvido en el que parecen sumidos estos dos segmentos en el canal deporte representa, para Randy, una gran oportunidad, pues en un mercado tan maduro como el nuestro, son dos de las familias con mayor potencial de crecimiento. Además, son dos segmentos muy vinculados entre ellos, pues mayoritariamente es la mujer la que compra la ropa a los niños. El objetivo de Randy, en este sentido, es atraer tanto a la mujer como al niño a la tienda de deportes, y para ello, además de un producto de calidad, con un diseño moderno y con un precio muy competitivo –que, además, ofrece un buen margen al detallistas- está apostando fuerte por “desarrollar acciones conjuntas con los detallistas para incorporar estos dos segmentos al consumo regular de artículos deportivos”. Su apuesta por estos dos segmentos responde a una cuestión estratégica, de refuerzo de marca y, sobre todo, de oportunidades. Como señala Robles “la mujer, por su papel clave en las decisiones de compra, es un target fundamental de cara al futuro. En cuanto al niño, estamos convencidos de que la fidelización a una marca empieza desde pequeño. Los niños son los futuros consumidores aunque ahora sean los padres los que realicen las compras. Creemos que son segmentos poco cubiertos por el momento y con unas necesidades específicas que Randy sabe cubrir”. Y pese a que en un sector cada vez más especializado, todavía hay pocos detallistas especializados en estos dos segmentos, desde que la marca apostó en firme por estas categorías, su crecimiento en las tiendas generalistas ha sido muy positivo. Randy vio la oportunidad antes que nadie y la está aprovechando perfectamente. CAMBIO NATURAL Uno de los proyectos más ambiciosos de Randy de cara a este 2009 es, como hemos dicho, el cambio de imagen que se llevará a cabo a partir del próximo otoño-invierno 09. Este cambio, como afirma la máxima responsable de la marca, “es una evolución natural dentro del crecimiento de la empresa. La marca representa la imagen de lo que somos, adaptándonos al momento actual, pero con una vocación de futuro y permanencia. Es un signo de robustez y proyección de futuro”. Con esta nueva imagen, la marca quiere afianzarse como una marca fiable y actual, trasmitiendo valores de confianza y, sobre todo, reforzando las ventajas competitivas que la marca lleva ofreciendo hace tiempo al detallista: rentabilidad, seguridad y un producto que tanto por su diseño como por su calidad puede generar una fuerte demanda y que, además, le permite cubrir la demanda de todos los segmentos: hombre, mujer, niño y niña. Este cambio de imagen viene acompañado, además, por una fuerte apuesta por la innovación y la calidad. Las colecciones de la marca son cada vez más competitivas y actuales, poniendo al alcance del consumidor una amplia variedad de prendas con diseños y tejidos totalmente renovados y plenamente actuales. ¿Los retos a corto y medio plazo? Robles lo tiene claro: “Vamos a desarrollar el plan de introducción de la nueva imagen de marca, de cara al detallista y al consumidor final. Queremos seguir creciendo como empresa, innovando, para poder ofrecer un producto que deje satisfecho al consumidor y que éste siga confiando en nosotros”. [empresas] Randy refuerza su liderazgo con un ambicioso cambio de imagen Con esta nueva imagen, la marca quiere afianzarse como una marca fiable y actual, trasmitiendo valores de robustez y confianza en el futuro, y reforzando las ventajas competitivas que lleva ofreciendo hace tiempo al detallista: rentabilidad, seguridad y un producto que tanto por su diseño como por su calidad puede generar una fuerte demanda.

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