TradeSport 147 - Septiembre 2007

opinión Cuidado con la ratonera Por mucho que nos pese, nuestro sector no puede presumir demasiado ni de altruismo ni de empatía. La mayoría de empresas, por la situación del mercado, por estrategias, por tradición o por lo que sea, suelen ser bastante individualistas, y la unidad sectorial es, a día de hoy, una utopía. Y ejemplos no faltan, sobre todo en determinadas organizaciones en las que supuestamente debería prevalecer esta unidad. Hace algunos días, uno de los detallistas más emblemáticos del sector -de esos que sí merecen homenajes pero que por su "empeño" en denunciar las injusticias y criticar el nuevo rumbo que ha tomado el grupo al que está asociado parece que nunca los tendrá- nos mandó un breve relato popular que, por su significado, me gustaría reproducir a continuación. La historia habla de un ratón que, mirando desde su escondite por un agujero en la pared, vio a la esposa del granjero abriendo un paquete que acababa de comprar. Al principio pensó qué tipo de comida podía haber allí, pero rápidamente quedó aterrorizado cuando descubrió que lo que había dentro del paquete era una ratonera. Fue corriendo al patio de la granja a advertir a todos: "Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!". La gallina, que estaba cacareando, levantó la cabeza y dijo: "Disculpa, yo entiendo que es un gran problema para ti, pero a mí no me perjudica en nada". Entonces, el ratón fue hasta el cordero y le dijo: "Hay una ratonera en la casa, una ratonera!". El codero le respondió que a él no le afectaba en nada y que poco podía ayudarle. Sólo rezar. El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo "Pero acaso, estoy en peligro? Yo creo que no". Entonces el ratón volvió a la casa, preocupado, abatido y temerosos de su destino. Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando a su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa, que antes de morir picó a la mujer. El granjero la llevó inmediatamente al hospital para sacarle el veneno. A los pocos días la mujer regresó a casa con fiebre, y el marido, para alimentarla, decidió hacerle una sopa.. Agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y los vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. Pero la mujer no mejoró y acabó muriendo. Muchas personas fueron al funeral y el pobre hombre, agradecido por la solidaridad, decidió matar a la vaca para dar de comer a todos los invitados. Cuando pertenecemos a un colectivo -y conste, por si acaso, que no he dicho Grupo-, deberíamos ser lo suficientemente listos como para darnos cuenta de que muchas veces los problemas que creemos ajenos y que ignoramos porque "no van con nosotros", pueden terminar convirtiéndose en un contratiempo para todos si no se solucionan a tiempo. La unidad sectorial es una utopía, pero eso no significa que no sea necesaria. Sobre todo cuando tantos ratones han avisado del peligro. RAUL BERNAT Redactor (raul@gescode.es) Que me perdonen nuestros valientes pioneros, pero la gestión informática sigue dando miedo a muchos propietarios de tiendas de deporte. Miedo, pereza y poca prioridad. Miedo al cambio, a lo desconocido; pereza a aprender algo nuevo que implica tiempo y ganas; y poca prioridad porque se cuidan más otros aspectos importantes del negocio, que casi siempre, al entender más de ellos, suelen ser más urgentes. Es cierto que, en teoría, todo se ve muy fácil. Vaya, eso de consejos vendo para mí no tengo. Que mañana me pongo a ello, pero que es domingo… Pero lo cierto es que, en pleno siglo XXI, el empresario detallista tiene que despertar del letargo tecnológico. Elevémonos en el laberinto y recordemos tiempos gloriosos. Que por avanzar nos tilden, si quieren, de temerarios, como en su día a Pizarro, al adentrarse en el Perú de los Incas. Y lo hizo con pocos soldados pero, eso sí, 37 de ellos a caballo y todos con armaduras, convirtiendo el miedo en determinación. Realizando un ejercicio de abstracción sencillo, y recordando avances tecnológicos, sabemos que de la rueda se evolucionó al coche y del coche a la nave espacial. Pues bien, las posibilidades informáticas no han llegado ni al coche de caballos. Así que átense los cinturones y cojan los mandos digitales ustedes mismos, porque esto cada vez se pone más interesante. Preparados en la parrilla de salida, dejemos a un lado las historias de indios y vaqueros, y no perdamos la oportunidad de contar con un arma con tantas posibilidades para mejorar la rentabilidad del negocio como es la informática. Posibilidades, sobre todo, de optimizar todos los procesos internos y externos de vuestra tienda. Y además, si queréis, haciéndolo desde vuestra propia casa, desde la empresa de un proveedor o desde un lugar remoto y paradisíaco con acceso a Internet. Los muchos clientes potenciales aún no atendidos ni fidelizados tampoco tienen que pasar necesariamente por la tienda para compraros. Sobre todo si ganan con ello y vosotros también. Es eso de la estrategia win-win tan conocida y tan poco explotada. Un buen programa de gestión te avisa de todo, para que puedas tomar decisiones precisas y rápidas, ganando capacidad de reacción ante cualquier eventualidad. Ya que en los años que corren, sabemos que no te puedes fiar ni de las estaciones: el clima está tan cambiante e imprevisible como el comportamiento de los consumidores. Superemos cuanto antes "la brecha digital", porque, como dice nuestro refranero popular: "Camarón que se duerme …" ¿Quién dijo miedo? ALFONSO ORNILLA Director Comercial de Gescode

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