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GESTIÓN MEDIOAMBIENTAL dor mecánico que retiene partículas iguales o superiores a 700 µm y la fracción líquida resultante se envió a otro separador dispuesto en tándem que retiene partículas iguales o superiores a 240 µm. El tamiz de los separadores es cilíndrico y en su interior gira un tornillo que empuja los sólidos hacia el portón de salida; el peso del portón sirve para compactar, reduciendo la humedad del sólido sin consumo energético adicional. Cada separador/compactador lleva incorporado un motor vibrador que ayuda a pasar el líquido por los orificios del tamiz y mejora el rendimiento. Tras pasar por el segundo tamiz, la fracción líquida se envió a un depósito cerrado (depósito de tratamiento) donde se trató con coagulantes (polielectrolito de carácter catiónico) a una dosis de 160 g/m3 y floculantes (polímero catiónico de acrilamida) a una dosis de 240 g/ m3 con el fin de agrupar y extraer una parte de las partículas coloidales que se encuentran en un punto intermedio entre la suspensión y la solución. Los sólidos se pueden clasificar en sólidos suspendidos y filtrables; la fracción filtrable se compone de sólidos coloidales y disueltos. Los coloides son partículas con un diámetro que oscila entre 1-10 µm y los sólidos disueltos son moléculas orgánicas, inorgánicas e iones que no van a sedimentar. Los coloides tienen dificultades para ser eliminados por sedimentación (la turbidez y el color están asociados a este tipo de partículas) porque presentan cargas superficiales electrostáticas del mismo signo que les impide que puedan aglomerarse, quedando en suspensión por tiempo indefinido. Los coagulantes anulan las cargas eléctricas, desestabilizándolos, y una vez desestabilizados, se pueden sedimentar si aumentamos el tamaño de los coloides (Ures y col, 2014). La agregación se facilita si las partículas se ponen en contacto y si hay algo que genere enlaces entre ellas; esto se logra con los floculantes. Durante el tratamiento, excepto el intervalo de tiempo en el que se aplicó el coagulante y el floculante, se incorporó ozono a la fracción líquida. El ozono es un agente oxidante y desinfectante que se ha utilizado en tratamiento de aguas residuales y efluentes (Pei Xu et al, 2002). Dependiendo de su concentración tiene actividad antimicrobiana y reduce el mal olor por la oxidación de compuestos indólicos y fenólicos. El generador de ozono consiste en una lámpara que transforma, tras un proceso de descargas eléctricas, el oxígeno del aire en ozono. La dosis aplicada fue de 127,5 gramos por metro cúbico de líquido. Durante el proceso se generaron espumas que se retiraron de la parte superior del líquido con un peine de recorrido fijo y fueron recogidas en un depósito adyacente. 120 minutos antes de finalizar el tratamiento la fracción líquida pasó por un sistema de filtros dispuestos en serie: filtro de anillas con paso de 100 µm, filtro de malla con paso de 50 µm y filtro de arena con paso de 40 µm. Los filtros tienen un sistema de autolimpieza por agua. El agua resultante de la limpieza de los filtros es un efluente adicional que contiene también NPK. Foto 1. Sistema de tratamiento de purines N-Amaticsystems. 42

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