Seguridad

CONTROL DE ACCESOS 30 Si se aplica correctamente y con respeto hacia los datos que maneja, no solo ayuda a garantizar la autenticación de los usuarios a la hora de acceder a sitios tan sensibles como informes médicos, cuentas bancarias o el pago de la matrícula de un estudio superior. También ayudará a prevenir algunos de los ciberataques más habituales entre empresas y personas: el phishing. Porque, como cada persona es única, no hay ingeniería social capaz de suplantar nuestros datos biométricos. Cada uno tiene los suyos, que son personales e intransferibles, del mismo modo en que nuestro ADN no se puede falsificar. Google es uno de los últimos en sumarse a esta tendencia claramente al alza. El gigante tecnológico ha anunciado recientemente que está testando esta tecnología en Android y Chrome. El motivo, dice la compañía, es reforzar la ciberseguridad del usuario eliminando el factor humano a la hora de crear contraseñas. No vamos a dudar de que esta sea la intención final de Google. Pero a nadie se le escapa que, si esta apuesta no fuera económicamente rentable, seguramente no estaríamos hablando ahora mismo de esta noticia. En definitiva, Google se ha percatado de que el uso de la biometría aplicada a la ciberseguridad es un nicho de mercado con un presente más que interesante y un futuro enorme y poderoso, con un crecimiento que se adivina exponencial. Según diversos estudios, el mercado de las tecnologías biométricas moverá más de 55.400 millones de dólares en el año 2027 empujado por la rapidez y la facilidad de uso de las mismas en actos tan La biometría aplicada a la ciberseguridad ya es un hecho cotidiano en la vida de cualquier usuario. Cuando desbloqueas tu smartphone con la huella dactilar o el reconocimiento facial, estás utilizando esta tecnología que está a caballo entre lo biotech y lo digital. Alex Rocha, director de BIO-key en Europa La era de la biometría

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