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RETAIL 18 LA SUTIL PRESENCIA DE LA INTELIGENCIA COMERCIAL Para ver cómo funciona la inteligencia comercial, es necesario echar un vistazo al recorrido típico de un cliente mientras compra en una tienda: Nuestra clienta ficticia, Julia, es una mujer de 38 años. Entra en una tienda, relativamente concurrida, en busca de zapatos para completar su atuendo para una boda a la que asistirá una semana después. De camino a la sección de zapatos, Julia ve unos expositores con camisetas a la venta. Al ver este anuncio, recuerda que necesitaba comprar camisetas, así que decide comprar algunas. Julia se dirige entonces a la sección de calzado y es recibida por un empleado. Inmediatamente, ve un anuncio de fondo que muestra un par de tacones de alta gama, lo que le recuerda los zapatos que su amiga compró para la boda. Se acerca a una empleada cercana y le pregunta si puede conseguir los tacones de su talla. Mientras espera, disfruta de la música de fondo. Las soluciones inteligentes pueden ayudarle a influir con precisión en las decisiones de compra. El anuncio hizo exactamente lo que se supone que debe hacer el marketing: captar la atención del público al que va dirigido, en este caso, Julia. Aunque la tienda no sabía que su amiga era la propietaria de los zapatos, sí sabía que es más probable que una mujer compre un par de tacones que un hombre. La analítica demográfica pudo estimar la edad general de Julia y que es mujer. Como resultado, cambió la visualización de la señalización digital de un anuncio de zapatos de vestir para hombres a un anuncio mostrado específicamente para una mujer de la edad de Julia. En última instancia, esto influyó en su compra. Los mapas de calor proporcionan datos que indican los puntos calientes de tráfico dentro de la tienda. Esto permitió al minorista colocar artículos en extremos específicos que acabaron llamando la atención de Julia. Con empleados cercanos en la zona, la sala de ventas contaba con el personal adecuado para atender al número de clientes que había en la tienda en ese momento, lo que permitió a Julia recibir asistencia inmediata de uno de los empleados. La música que sonaba en toda la tienda se seleccionó para que coincidiera con la marca de la tienda, lo que repercute en la experiencia del cliente y, en última instancia, en las ventas. Hacia el final del recorrido de Julia por la tienda, se dirige a la zona de cajas. Suspira al ver que en la fila abierta ya hay cuatro clientes, pero entonces un anuncio sonoro le sugiere que pase por la zona de autoservicio. Julia completa su compra y sale de la tienda con sus zapatos en la mano y una sonrisa en la cara.

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