Solo Pintura 62

                                                                                                                                                               l mercado de herramientas de pintar, sin duda muy maduro, aún continúa anclado en conceptos del pasado, en algunos tipos de clientes, como el hecho de primar el precio por encima de las calidades o prestaciones de rodillos o brochas. Por suerte, el concepto de precio se está minimizando y, sin dejarlo de lado, sí es cierto que la calidad y las prestaciones de los productos ganan cada vez más peso. De hecho, cuantas más prestaciones ofrece un producto al cliente final mayor margen de venta deja y más fiel será ese cliente cuando valore el resultado obtenido. Las herramientas de pintar siempre ha sido un mercado activo con clientes en constante evolución de hábitos, cada vez más bricolajeros, y con mayores inquietudes y necesidades que quieren desarrollar de una manera más profesional. La actual situación económica no está facilitando el desarrollo total del mercado. El sector sufre duramente los problemas de las materias primas ya que trabaja con acero, aluminio, plástico, madera, fibras de diversos materiales, etc. cuyos precios crecen constantemente. El año 2022 está siendo bastante inestable pues diversos factores se superponen sobre este mercado. Para los fabricantes son las variaciones del coste de las materias primas y de la producción, y para los clientes finales la incertidumbre económica y social por los acontecimientos mundiales. Todo ello no ayuda al mercado a estabilizarse de una vez por todas después de los años tan convulsos que hemos vivido. El mercado y los clientes piden estabilidad de precios, algo que ahora es imposible de conseguir por los aumentos de las materias primas, la energía, el transporte… Y también stocks de productos y un servicio asegurado ya que no se pueden permitir perder ventas por falta de producto. En general, se avanza hacia un mercado cada vez más exigente que empieza a valorar las prestaciones diferenciadoras de los productos y no solo su precio. Continúa la tendencia de los últimos años a valorar positivamente el que los nuevos productos no solo aporten mejoras en su uso sino que, además, sean el resultado de procesos de fabricación basados en materiales reciclados y con procesos productivos sostenibles. Las mejoras técnicas de los productos ya no se basan solo en sus prestaciones o su facilidad de uso sino que deben ir acompañados de la utilización de materiales cada vez más reciclables y sostenibles. Esta apuesta incluye buscar materias primas alternativas para los actuales y futuros procesos de fabricación de nuestro sector, con unas inversiones importantes en I+D+i que es necesario realizar como un compromiso de los fabricantes para un futuro más sostenible. SÓLOPINTURA 34

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