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17 parte por el incremento de los costes de construcción. Es muy probable, además, que incida el factor elecciones autonómicas y locales, que previsiblemente paralizará, a partir de mayo, la inversión en obra pública de esas administraciones. Además, si queremos avanzar en el ámbito de sostenibilidad -imprescindible para cumplir con los criterios establecidos en los fondos europeos-, es necesario que los procesos públicos de licitación incluyan criterios de sostenibilidad que se valoren mediante metodologías de ciclo de vida completo. Por nuestra parte, la industria de los materiales de construcción debe avanzar en la evaluación de sus propios impactos mediante el desarrollo de declaraciones ambientales de producto que aporten, de forma transparente y homogénea, información ambiental para los procesos de contratación pública verde. Por lo que respecta a la edificación, las fluctuaciones del mercado hipotecario, el estancamiento en el precio de la vivienda a partir del 3er trimestre del año y las caídas cercanas a un 10% de los visados de edificación a partir del 2º trimestre de 2022 vaticinaban un “enfriamiento” del sector que probablemente se mantendrá durante el próximo año. Una balanza comercial marcada por la fluctuación de los costes energéticos Por lo que respecta a la balanza comercial, las exportaciones de cemento han caído cerca de un 20% este año, lo que supone una pérdida cercana al millón y medio de toneladas. Esta caída en las exportaciones recae sobre todo en el clínker, base del cemento, y cuya fabricación exige un consumo energético muy elevado. En ella ha incidido especialmente la fluctuación y elevación de los precios eléctricos vivida en los últimos meses, que ha venido a agravar una problemática que, como industria electrointensiva que somos, lleva ya muchos años incidiendo de manera negativa en nuestros negocios. El coste de la energía eléctrica es, de media, 5 veces más cara que en 2019, pero también nos ha afectado el alza de los combustibles, imprescindibles para el funcionamiento de nuestros hornos, con un coste de la energía térmica que, en la actualidad, duplica el de 2019. A nuestro juicio, la solución pasa por continuar trabajando con la administración nacional y europea para lograr un nuevo modelo que permita a la industria un acceso a la energía a precios estables, competitivos y previsibles. Por lo que respecta a las importaciones, durante los últimos doce meses han crecido en el entorno del 6%. Hay que recordar que en España la producción de cemento y clínker se realiza bajo los más altos estándares de sostenibilidad, tanto desde el punto de vista medioambiental como social. Pero en el arco mediterráneo tenemos a terceros países (El 99% de las importaciones de clínker, provienen de Turquía, Egipto y Argelia), que no cuentan con un coste asociado al carbono y cuyas normativas medioambientales son mucho más laxas y sus costes energéticos menores. El CBAM, un paso adelante que debe concretarse con celeridad En este sentido, celebramos el acuerdo alcanzado en la Unión Europea sobre el Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera, una reivindicación histórica de nuestro sector. El CBAM es crucial para nuestra industria porque garantizará un tratamiento equilibrado de las importaciones, pero también lo es para el conjunto de nuestra sociedad, porque supone un compromiso que facilitará el cumplimiento de los objetivos de descarbonización. No obstante, para frenar la pérdida de competitividad, necesitamos que este acuerdo de carácter provisional se concrete lo antes posible y que se fijen correctamente los mecanismos que habilita. No quiero cerrar este resumen sobre la situación y contexto del sector cementero actual sin destacar el hecho de que, a pesar de la dura situación que hemos atravesado en los últimos 15 años, los niveles de empleo se han mantenido, así como el compromiso con las comunidades locales en las que operan nuestras fábricas. El sector cementero en España opera 32 fábricas integrales y emplea a 7.500 personas de manera directa, 40.000 si atendemos a toda la cadena de valor del cemento y el hormigón. Somos una industria centenaria que ha sabido innovar de manera sostenible, contribuyendo a la economía circular, y con unos compromisos de descarbonización marcados claramente en nuestra Hoja de ruta, un compromiso vivo que revisamos año a año y que esperamos nos permita alcanzar la neutralidad climática en 2050. l

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