PN66 - Industria de la Pintura

53 CONTROL DEL AIRE Existen en el mercado pinturas que pueden secarse a bajas temperaturas y que endurecen más rápidamente cuanto mayor es la humedad relativa del aire, permitiendo reducciones en el consumo de energía durante la fase de curado de hasta un 30%. Por tanto, es fundamental adoptar sistemas eficientes para el control de la temperatura y la humedad, como sistemas de recuperación de calor de alta eficiencia, humidificación adiabática o enfriamiento evaporativo, así como avanzadas lógicas de control para la gestión integrada de todos estos componentes. Las pinturas son mezclas de productos químicos que, cuando se aplican en una o más capas en una secuencia bien definida de operaciones, forman una película sólida con suficiente resistencia mecánica y química para proteger el sustrato subyacente contra agentes corrosivos. Las pinturas suelen constar de diferentes componentes: • Pigmentos: mezclas de partículas sólidas suspendidas en una matriz solvente o resinosa que aportan a la superficie el grado deseado de protección contra agentes externos, como sustancias corrosivas, radiación UV, agua y fuego, pero también resistencia al impacto y propiedades estéticas, dependiendo de los requisitos. • Resinas: sustancias que unen pigmentos y otros componentes y que al mismo tiempo permiten que el recubrimiento se adhiera a la superficie subyacente. La elección de la resina influye de manera importante en el resultado del proceso de pintura y en las condiciones en las que se realiza: por eso las pinturas suelen clasificarse en función del tipo de resina que contienen (poliuretano, vinilo, poliéster, epoxi, etc.). • Disolventes: están presentes en las pinturas líquidas y son el componente volátil que se evapora durante la fase de endurecimiento. El disolvente puede ser un líquido orgánico o simplemente agua. • Aditivos: sustancias que se añaden a las pinturas líquidas para mejorar sus propiedades, como textura, extensión y tiempos de secado en función de las condiciones ambientales variables, para compensar la falta de control de humedad y temperatura. Dependiendo del grado de protección y resistencia que se requiera del revestimiento se utilizan diferentes tipos de pinturas: A base de disolventes orgánicos: estas pinturas líquidas utilizan disolventes orgánicos sintéticos que se evaporan rápidamente en el aire durante el endurecimiento. Generalmente, el porcentaje de componentes volátiles varía del 50% al 80%, dependiendo de las necesidades específicas. El problema de las pinturas con base disolvente es su considerable impacto ambiental debido a la liberación a la atmósfera de componentes orgánicos volátiles (COV), sustancias nocivas tanto para la salud como para el medio ambiente. De hecho, en presencia de luz solar, estos se unen a otros compuestos de la atmósfera, como los óxidos de nitrógeno y el monóxido de carbono (otros contaminantes de escape de procesos industriales) para formar ozono. Una concentración excesiva de ozono en la atmósfera causa problemas respiratorios a los humanos, daños a la vida vegetal y aumenta la formación de smog. En consecuencia, debido a los requisitos de las regulaciones internacionales, las pinturas a base de disolventes orgánicos están siendo

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