Pavimentos y revestimientos 83

do, en realidad, contamos con bastantes más a precios mucho más asequibles». Otro operador comenta que si bien las maderas termotratadas son más económicas (en el caso de maderas blandas como el pino), las maderas tropicales son las más demandadas por su resistencia y su buen comportamiento en exterior. Así pues, los consumidores de decking de madera prefieren una mejor calidad aunque comporte un precio más elevado. Por eso, en este mercado, la estrategia es clara: «Diferenciarse para poder ofrecer algo exclusivo, que sea diferente a lo que se instala y tenga la mayor durabilidad posible». En este sentido, la mejor relación calidad / precio la ofrecen las maderas tropicales alternativas a las especies tradicionales, pero un experto insiste en que el mercado es reticente a probar nuevas maderas «por desconocimiento y por la experiencia de los comienzos del mercado del decking, en que todas las maderas se daban buenas y muchas no eran aptas para exterior». Otro profesional lo ratifica: «Tenemos clientes con muy malas experiencias con especies no ‘tradicionales’ y por eso las alternativas al ipé entran con dificultad», si bien especies como el cumarú tienen una buena acogida. A pesar de las limitaciones de la madera tropical, la expansión de las tarimas WPC continúa lastrada por los problemas de calidad e instalación de las importaciones de baja calidad y garantía. Por eso un distri-   buidor afirma que el profesional debe asegurarse de que recomienda un buen pavimento, y el consumidor final informarse sobre los pavimentos adecuados para su instalación «sin meter las importaciones de baja calidad en el mismo saco que las tarima tecnológicas más contrastadas». No obstante, sigue existiendo una problemática específica de desconocimiento del producto: «En muchos casos, las reclamaciones vienen porque la tarima WPC se continúa instalando como si fuera madera, lo que provoca problemas y torsión de las tablas, porque aunque se parezca no es el mismo producto». Otro operador entiende que «poco a poco los consumidores reciben más información y empiezan a diferenciar entre un producto fiable y otro que no lo es, pues existen diferencias de calidad muy notables con los productos chinos baratos, sin ningún control ni garantía, comercializados por distribuidores que solo apuestan por el precio». Asimismo, coincide en que «el punto crítico sigue siendo la falta de idoneidad en las instalaciones, que se agrava cuando el instalador hace caso omiso a las recomendaciones del fabricante». Un operador señala que, en parte, el desconocimiento se explica por ser un producto en constante innovación y mejora pues «nadie conoce las opciones que encontraremos en el mercado dentro de una década». Explica que el mercado tiene una leve idea de las características y ventajas de las tarimas de composite, pero también piensa en sus inconvenientes (las de baja calidad pueden dar problemas de decoloración, roturas y electricidad estática), y en que el concepto «sin mantenimiento» no es del todo correcto. Por eso los clientes se muestran cautelosos. Y es necesario ofrecer más información a los consumidores, para que conozcan bien las ventajas e inconvenientes de estos productos. Eso implica explicar las diferencias entre un polímero u otro. En este punto, un distribuidor asegura que «ya hay pocos que venden la tarima WPC como un producto indestructible y sin mantenimiento, como solían hacer hace algún tiempo, generando insatisfacción en el cliente final en la mayoría de casos». En cuanto a la «guerra de precios», sigue siendo una realidad cotidiana. Se han establecido claramente dos segmentos: El low cost en el que no importa la garantía o calidad del producto sino el precio. Y el segmento de cal idad media - alta, con productos avalados por el fabricante, con garantía y un precio más elevado. Además, cada uno de estos segmentos tiene su propia guerra de precios particular. En definitiva, el                                                  

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