PM117 - Pavimentos y Revestimientos

67 ANÁLISIS NECESIDAD DE INFORMACIÓN Cambiar el aspecto de un parquet es fácil; decidir cómo o qué queremos será el paso más difícil. Es necesario pensar que no todos los acabados tendrán el mismo proceso, con lo que lo primero que tendría que hacer el profesional es considerar el precio a cobrar por el trabajo realizado. La dificultad en la aplicación de algunos tintes, los tiempos de espera y el coste del acabado deberían valorarse a la hora de hacer un presupuesto. Se acabó la coletilla de ‘pulir y barnizar parquet’. A mi entender, se debería explicitar qué producto se va a utilizar, cuántas manos de barniz se van a dar y qué tipo de producto –marca, de 1 o 2 componentes, posible aportación de ficha técnica y manual de mantenimiento–. Cada proceso tendrá sus características, ya que es que un dato –desconocido en muchos casos– que un parquet recién barnizado debería tener un plazo mínimo de tiempo antes de poderse fregar, hasta la total catalización del producto. La dureza máxima del acabado puede tardar cerca de un mes desde su aplicación, muy lejos de las horas o días en que es posible su tránsito después de aplicar. Este plazo puede variar en función del barniz y proceso utilizado. En el precio del producto se ha de considerar tanto el coste del litro como su rendimiento, dato importante a veces obviado. Los barnices de un solo componente disminuyen la pérdida de producto durante su aplicación, ya que el sobrante se puede volver a guardar; en el caso de los de dos componentes, la parte no utilizada se considerará residuo ya que no se podrá aprovechar después. La compatibilidad entre diferentes barnices e incluso aceites puede ser posible, siempre previa comprobación, al igual que la aplicación en ciertas maderas precisará cuidados especiales, sobre todo en maderas tropicales muy grasas, donde la adherencia del fondo pueda verse comprometida. Una diferencia adicional entre los barnices al agua y los barnices al disolvente –denominados así por su mayor contenido en disolvente– es que, en los barnices al agua, para la catalización total, es conveniente que haya algo de renovación de aire –si es posible, preferiblemente sin corrientes–, puesto que si la humedad del aire es muy alta le costará más secarse. Igualmente, es mejor que las capas sean finas, puesto que las capas gruesas limitan la evaporación del disolvente del barniz –en ocasiones visible con blanqueado de zonas u otros efectos indeseados–. CONSEJOS PRÁCTICOS El lijado entre capas y un tiempo de espera ni demasiado largo ni demasiado corto entre ellas asegurará la cohesión de las diferentes capas de barniz. Es necesario valorar también cuando se barniza en pisos que son residencia habitual, ya que el tiempo para volver al piso y poder volver a habitar será un valor añadido. La limpieza del piso, de los rodillos, así como colocar bolsas de plástico en los cubos para evitar contaminación, resulta fundamental, así como el cuidado en la aplicación para no manchar zócalos, ahora que está tan de moda ponerlos lacados. Barnizar cruzado y al hilo de la dirección de la madera, no dejar balsas de barniz y hacerlo desde el interior hasta el exterior de la vivienda, a veces en varias fases por los muebles, forma parte de la planificación del buen barnizador. El conocimiento del barniz empleado será también crucial cuando haya que hacer posibles repasos a posteriori (por ejemplo, por alguna raya al meter muebles) ya que solo usando el mismo acabado se logrará un resultado apenas imperceptible. Todos estos factores darán vida de nuevo al suelo tratado con el aspecto deseado por muchos años. Y es que el precio se olvida, pero la calidad y el aspecto perduran. n

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