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175 ARQUITECTURA Al estudiar las condiciones climatológicas de la zona, el estudio de arquitectura madrileño decidió tomar diferentes decisiones a nivel de proyecto, que evitasen que fuesen afectadas por las inundaciones habituales que se producen en el entorno, además de tomar medidas que facilitasen la ventilación cruzada. Por esa razón, se elevó la planta baja de las viviendas hasta el máximo permitido por la normativa y se trabajó la parcela en 3 niveles: una cota de acceso a la parcela, situada al nivel de la calle; un nivel intermedio donde se ubica la piscina, para preservar su privacidad; y un nivel superior, que permite el acceso a la planta baja de las viviendas. El proyecto sigue el estilo propio de la arquitectura tradicional mediterránea y se integra en un entorno caracterizado por volumetrías sencillas de escala ajustada, donde predominan los revocos blancos, las celosías cerámicas y las persianas mallorquinas. La protección solar pasiva era primordial en este proyecto, por lo que se han incorporado diferentes elementos y soluciones basadas en sistemas tradicionales, utilizados siempre en una versión depurada de sí mismos, que confieren al conjunto su imagen singular. Así pues, en los huecos de la primera planta, se disponen contraventanas correderas exteriores de lamas, en planta baja se configuran porches, mediante toldos correderos de persiana mallorquina, mientras que en la fachada trasera se proyecta una celosía cerámica como cerramiento permeable en el frente de baños. La solución dota de luz y ventilación a esos espacios, pero también asegura la privacidad frente a viviendas colindantes. Este mismo tipo de celosía cerámica se vuelve a repetir en otros paños exteriores para permitir la ventilación. Los elementos de protección solar son determinantes entre los que destacan los revocos blancos, las celosías cerámicas y las persianas mallorquinas. Fotos: Imagen Subliminal. En la zona de comedor exterior destaca el toldo corredero. Foto: Imagen Subliminal.

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