IG300 - Ingeopres

NÚMERO 300 12 Estas son las primeras palabras que dedico a una revista, a la cual me siento muy vinculado desde hace muchos años, no solo por el aspecto de ser uno de sus colaboradores técnicos junto a otros especialistas de reconocido prestigio, sino por la relación de amistad que he tenido con sus directores: Francisco Esquitino, hasta el año 2018, al que le agradezco la oportunidad de colaborar en Ingeopres, y el ahora director, David Muñoz. La ocasión de la publicación de su número 300 bien merece estas líneas. Mi relación con la revista Ingeopres parte de mis años de estudiante en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas en Madrid. Previamente había cursado Ingeniería de Montes. Algunos de mis profesores firmaban artículos técnicos en la publicación. Leía la revista, como una aplicación práctica de las clases teóricas que recibíamos en la Escuela. Mis compañeros y yo, analizábamos con fascinación las soluciones técnicas que se mostraban, así como las grandes obras de ingeniería civil y minera que se estaban ejecutando, las cuales se describían con todo lujo de detalles y fotografías. Muchos de mis compañeros, al finalizar sus estudios, enviaron sus currículos a las empresas que lideraban esos artículos. Me consta que algunos de ellos Ingeopres, “un referente" Dr. Juan Carlos Santamarta. Director Adjunto Sección Ingeniería Agraria de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería en Universidad de La Laguna y colaborador de Ingeopres ahora tienen puestos de responsabilidad en esas empresas y que siguen publicando en Ingeopres. En mi caso, después de 20 años en la empresa privada, la vida me ha llevado por otros derroteros, encontrando finalmente mi hueco en la academia. No obstante, no he dejado de colaborar en grandes obras e infraestructuras ambientales, civiles y mineras. Estas experiencias las he acabado plasmando en la revista Ingeopres, con el convencimiento de que pudieran ayudar a otros técnicos en la búsqueda de nuevas innovaciones, o a futuros especialistas a encontrar su vocación. Más aún ahora que la revista está en abierto en internet y a disposición del público en general, lo cual es un gran acierto de la editorial. Desde el ámbito académico, Ingeopres ha sido una herramienta para compartir conocimiento y experiencias entre empresas, técnicos e investigadores. Innovaciones técnicas que se han podido replicar en diferentes proyectos y ejecución de obras. No en vano, por sus páginas han pasado profesionales de la talla de Nick Barton, autor de la clasificación 'Q de Barton', la cual es una de las clasificaciones geomecánicas más utilizadas a nivel mundial en los macizos rocosos. Destaco también, el papel de la revista como punto de encuentro entre profesionales de diferentes campos, dado que cada número se dedica a diferentes ámbitos como la geotecnia, hidráulica, obras subterráneas, minería, comercialización de maquinaria, etc. No solo se escribe sobre la ejecución de las obras, sino también su gestión y explotación. Ingeopres también ha publicado noticias del sector y se ha hecho eco de las diferentes reuniones, jornadas y seminarios a lo largo de estos años que se han organizado en el país. No puedo olvidarme de la Ingeoguía, valorada muy positivamente por los profesionales del sector. Sin duda, la revista Ingeopres ha sido un medio para que ingenieros, profesionales del sector, e investigadores del campo de la ingeniería civil y minera podamos contar de manera divulgativa sin perder rigor científico y técnico experiencias que, de otra manera, nunca habrían llegado a las empresas y al público en general. Para mí es un honor poder dedicar estas palabras a una revista que es un referente para la ingeniería aplicada de este país. Auguro muchos éxitos para la revista en estos tiempos, en los que se ha sabido adaptar y llegar a más público nacional e internacional. n

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