Gaceta de la Protección Laboral - GP117

63 I+D DEL LABORATORIOALACADENA DE PRODUCCIÓN La empresa canadiense Logistik Unicorp, proveedora de soluciones de confección gestionadas que ya trabaja con uniformes militares, desarrollaría asociaciones para llevar el producto a la fase de fabricación y comercialización. Los investigadores de la Universidad de Alberta trabajan ahora para que la ciencia que hay detrás de los tejidos autodescontaminantes se adapten bien a la cadena de producción. “Queremos sacar la tecnología del laboratorio y ampliarla para que sea eficiente y compatible con los procesos de fabricación industrial, lo cual es un gran paso”, afirma Patricia Dolez. Para que la producción industrial a gran escala sea económicamente viable, el proyecto, de un año de duración, se centra en mejorar el rendimiento a corto y largo plazo de un acabado textil que Dolez y sus colegas investigadores James Harynuk y Jane Batcheller están estudiando. El trabajo cuenta con una financiación de casi un millón de dólares del programa de Innovación para la Excelencia y la Seguridad de la Defensa del Departamento de Defensa Nacional. El acabado utiliza N-halaminas, compuestos capaces de matar bacterias y virus con rapidez y eficacia, y que pueden injertarse fácilmente en los tejidos. Una vez ampliado, podría aplicarse a los uniformes de protección de soldados, personal hospitalario, bomberos y paramédicos. “Esta solución podría aplicarse a cualquier tipo de ropa de protección, incluso a mascarillas, lo que supondría una formamás de ayudar a los equipos de intervención inmediata a mantenerse sanos y seguros”, explica Dolez. La científica textil Patricia Dolez dirige la investigación para perfeccionar un acabado textil ‘recargable’ que elimine los virus, de modo que pueda ser fabricado por la industria e incorporado a la ropa de protección. Foto: John Ulan. Los investigadores también desarrollarán un sistema de recarga necesario para reactivar el acabado que se ha aplicado a una prenda, lo que requiere sumergirla en soluciones que contengan cloro, como la lejía. “Los soldados sobre el terreno no siempre tienen acceso a lujos como agua corriente o lavadoras, por lo que es necesario que exista una forma sencilla de recargar sus prendas en condiciones duras y entornos remotos”, señala Dolez. “Queremos desarrollar un sistema que ocupe lo mínimo, que no sea voluminoso ni pesado, que no haya que hacerlo a menudo y que se pueda aplicar fácilmente. Podría ser un polvo o un líquido”. Los investigadores están adaptando la tecnología a las necesidades de los primeros intervinientes asociándose con Logistik Unicorp Inc, una empresa canadiense que gestiona cadenas de suministro para una serie de clientes corporativos y gubernamentales de todo el mundo que utilizan ropa de protección. “Consultan a sus clientes, lo que aporta a nuestra investigación una visión global que no se limita a una tecnología textil o una aplicación”, dice Dolez. “Eso nos va a ayudar a encontrar el mejor proceso de producción para nuestra solución”. 

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