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A FONDO 40 Decía Walt Disney que los objetivos han de establecerse lo antes posible para dedicar toda la energía y el talento a lograrlos. España y Europa han marcado, a lo largo de las últimas décadas, muchos objetivos en materia de renovables. Hemos vivido los objetivos del año 2000, los de 2010, el famoso 20-20-20 de 2020… y ahora estamos embarcados en un interesante viaje para conseguir, al menos, un 74% de la electricidad renovable y un 42% de la energía en 2030. ESPAÑA ANTE LOS OBJETIVOS RENOVABLES El año 2022 ha sido, a falta de confirmación oficial, el año en el que más energías renovables se han implantado en nuestro país. A la contribución habitual de la eólica y la fotovoltaica conectadas a red, se ha sumado con fuerza un autoconsumo que viene, prácticamente, duplicando sus cifras año tras año. En 2022 se habrán sobrepasado holgadamente los 2 GW de autoconsumo, dato quemuestra el compromiso de la sociedad con una energía limpia y, es importante decirlo, competitiva. En el caso del autoconsumo se ha dado la tormenta perfecta para impulsar su implantación. Una simplificación administrativa, donde el Gobierno ha atendido parte de las peticiones de la industria y los consumidores; una reducción espectacular de costes, que se ha desarrollado especialmente en los últimos diez o doce años; unos precios eléctricos altos; y el empujón definitivo de las ayudas europeas, articuladas alrededor del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y los fondos NextGenerationEU. Empresas y particulares han encontrado en el autoconsumo una respuesta a una inflación que tuvo especial incidencia en el sector energético. Con el litro de combustible cercano a los dos euros y los mercados eléctricos copando los titulares de los periódicos, la energía nos ha demostrado que, a pesar de ser un bien esencial, no puede darse por sentado. Si algo hamarcado el año 2022 ha sido la invasión de Ucrania, y la utilización de la energía como un arma arrojadiza, ha resultado patente. Europa no puede depender de la energía de otros países para alimentar su economía y garantizar su bienestar. Si en febrero de 2022 Rusia invadía Ucrania, en enero la propia Comisión Europea catalogaba el gas y la nuclear como energías “sostenibles”. Puede que en la crisis energética otros hayan puesto el martillo, pero fuimos los europeos, y solo nosotros, quienes pusimos los clavos. Cuando se debatía la idoneidad de incluir a estas energías como “verdes” dentro de la taxonomía europea, clasificación que ha entrado en vigor con el primer día de 2023, se identificaba a Alemania como la impulsora de este cambio. A los pocos meses, la propia Alemania comenzaba a sufrir restricciones en el suministro de este combustible fósil. Por supuesto, podremos debatir hasta la extenuación sobre si el gas o la nuclear son necesarias en la Transición Energética. Analizar su ciclo de vida y sus aportaciones, pasadas, presentes y futuras. Pero lo que nadie podrá discutir respecto al gas es que Europa no dispone de esos hidrocarburos, Europa JOSE MARÍA GONZÁLEZ MOYA DIRECTOR GENERAL DE APPA RENOVABLES

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