Esto está generando continuos cambios en la reglamentación, que provocan una inevitable incertidumbre y alteraciones en el mercado; afectando a los equipos dedicados a nuestro bienestar térmico (equipos de climatización), a la conservación de alimentos y a procesos industriales. A nivel europeo, con el Reglamento (UE) 842/2006 sobre determinados gases fluorados de efecto invernadero, ya se prohibió el uso de gases fluorados en distintas aplicaciones y se comenzaron a plasmar las directrices que posteriormente dieron lugar a la publicación de la normativa regulatoria europea actual, el Reglamento (UE) 517/2014 F-GAS II. En esta normativa se indica un calendario donde, en sucesivas etapas, se prohíbe el uso de los hidrofluocarbonos (HFC’s) para distintas aplicaciones en el mercado de producción de frío, con acciones que comenzaron en el 2015 y finalizarán en el 2030. En España se están aplicando las medidas de contención de estos refrigerantes, con alto poder de calentamiento atmosférico, a través de la aprobación de la Ley 16/2013, donde se estableció un impuesto de 0,02 €/kg por cada unidad de PCA que tuviera el refrigerante, con un máximo de 100 €/kg. Esta ley incluyó un periodo transitorio donde se aplicaba un 33% del impuesto en 2014, un 66% del impuesto en 2015 y su totalidad en 2016. Posteriormente se introdujo una prorroga donde se mantuvo el impuesto a un 66% en 2016 y se retrasó su aplicación al 100% a 2017. La ley supuso un gran desconcierto en el sector, dado que para todos los refrigerantes con un PCA superior a 150 introduce un impuesto que grava fuertemente el uso de la mayoría de los refrigerantes de uso común en la actualidad. Esta legislación plantea nuevos condicionantes a la hora de la elección de los refrigerantes a utilizar, teniendo también que prever los posibles cambios, tanto administrativos, como tecnológicos que puedan devenir. El mercado está en un proceso continuo de cambio, y lo que hoy puede ser una solución acertada, dentro de 10 años, podría no ser sostenible económicamente. Por tanto, la decisión de qué refrigerante utilizar es una decisión compleja, que además, no depende exclusivamente del PCA del refrigerante, siendo necesario considerar criterios económicos respecto a la inversión inicial y costes operativos, criterios técnicos respecto a la disponibilidad de las tecnologías y operarios cualificados, criterios normativos respecto a la seguridad de las instalaciones de refrigeración, criterios medioambientales respecto al PCA, TEWI, consumo energético y un largo etc. de consideraciones This is creating continuous regulatory changes, giving rise to an inevitable uncertainty and alterations in the market as well as affecting the equipment designed for our thermal wellbeing (HVAC equipment), food conservation and industrial processes. At European level, via Ruling (EU) 842/2006 on certain fluorinated greenhouse gases, the use of fluorinated gases in several applications is already prohibited. Directives started to materialise that would later result in the publication of the current European regulatory standard, the Ruling (EU) 517/2014 F-GAS II. This standard sets out a schedule that, over several stages, bans the use of hydrofluorocarbons (HFCs) in different applications in the cold production market, through actions that started in 2015 and will conclude in 2030. Spain is applying containment measures on coolants that have a high level of GWP, through the adoption of Act 16/2013 that establishes a tax of 0.02 €/kg for each unit of GWP in the coolant, up to a maximum of 100 €/kg. This law included a transition period in which a 33% tax was applied in 2014, 66% of the tax in 2015 and the full amount in 2016. An extension was later introduced, keeping the tax at 66% in 2016 and delaying its increase to 100% until 2017. The law has caused turmoil in the sector, given that every coolant with a GWP higher than 150 is taxable, placing a heavy burden on using the majority of the most widely used coolants today. This legislation establishes new conditions when selecting which coolant to use, which has to further take into account any possible technological and administrative changes that may arise in future. The market is undergoing a process of THE CHALLENGE OF SELECTING A COOLANT FOR A REFRIGERATION FACILITY Cold production systems have been, and continue to be, one of the foundations of developed society. The refrigeration industry is not only linked to food, but is also a key element for a large section of the manufacturing industry, and an essential element to cover the thermal wellbeing of a building’s occupants. There was a time when a refrigeration facility was simply required towork without anyone noticing its existence. This is no longer the case today, particularly due to environmental reasons, which primarily arise from the final energy consumption of the refrigeration facility itself, basically electricity, and also because of the use of fluorinated greenhouse gas refrigerants with a high global warming potential (GWP). EL RETO DE LA ELECCIÓN DEL REFRIGERANTE DE UNA INSTALACIÓN DE REFRIGERACIÓN Los sistemas de producción de frío son uno de los pilares básicos de la sociedad desarrollada. La industria de la refrigeración, no sólo está vinculada a la alimentación, es también pieza clave para gran parte de la industria manufacturera, y un elemento fundamental para satisfacer el bienestar térmico de las personas dentro de los edificios. Al principio, a una instalación frigorífica se le exigía que cumpliera su función y que no nos percatáramos de su existencia. Hoy esto ha dejado de ser así, especialmente pormotivos medioambientales, originados en primer lugar por el consumo de energía final de la propia instalación de refrigeración, fundamentalmente eléctrico, y en segundo por el uso de refrigerantes fluorados de gases de efecto invernadero con un elevado poder de calentamiento global (PCA). Refrigeración | Cooling www.futurenergyweb.es 66 FuturEnergy | Julio-Agosto July-August 2017
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