FO96 - FuturEnviro

RESIDUOS PLÁSTICOS 57 de Gante, el rendimiento de los monómeros producidos en el craqueador a vapor a partir de aceites de pirólisis de plástico reciclado es similar al de las materias primas de origen fósil. Los recientes avances en la tecnología de pirólisis del reciclado químico permiten procesar con mayor eficacia los residuos mixtos clasificados para obtener plásticos reciclados de alta calidad, aptos para uso alimentario, y con los mismos niveles de seguridad y rendimiento que los plásticos fabricados a partir de combustibles fósiles. Combinando la pirólisis con la gestión de contaminantes y la conversión molecular, Honeywell UOP ha desarrollado un proceso de pirólisis que convierte los plásticos de desecho de baja calidad en materia prima de polímero reciclado que puede utilizarse para producir nuevos plásticos de calidad virgen. COLABORACIÓN CRÍTICA Tanto el reciclado mecánico como el químico, sin embargo, no son competencia y deben complementarse. Cuando los residuos son adecuados, el reciclado mecánico ofrece un método sencillo y de bajas emisiones para devolver los plásticos a su uso. Cuando el plástico está contaminado, es complejo o de calidad, el reciclado químico evita que acabe en el vertedero o incinerado, y puede reducir radicalmente la necesidad de plásticos vírgenes. Del mismo modo que las dos tecnologías pueden trabajar juntas para acercarnos a la economía circular de los plásticos, también es necesaria la colaboración entre todos los agentes del sistema de gestión de residuos: transformadores, recicladores, procesadores, minoristas y fabricantes de bienes de consumo. Un obstáculo clave a la hora reciclar plásticos han sido las desconexiones e incoherencias entre estos actores clave y sus enfoques del reciclado. En este sentido, Honeywell se ha propuesto conectar a estos distintos agentes trabajando con empresas de gestión de residuos para conceder licencias de su tecnología de proceso UpCycle, facilitando así la adopción de losmecanismos del reciclado avanzado. Por otro lado, también es vital que todas las partes implicadas eduquen al público consumidor sobre cómo estos cambios deberían afectar a los hábitos de reciclaje y aboguen por los cambios necesarios en los esfuerzos de recogida. Las marcas deben desempeñar un papel clave en ello, ya que pueden colaborar comunicando a los consumidores los cambios en los materiales de envasado y en las nuevas prácticas de reciclaje. Aunque esta colaboración ya está tomando fuerza entre las empresas, queda mucho trabajo por hacer en el reciclaje y en la producción. Sin embargo, la atención también debe centrarse en los consumidores, animándolos a reciclar y, sobre todo, facilitándoles al máximo la tarea reduciendo barreras, como la necesidad de clasificar los distintos materiales. Para que esto funcione y, en última instancia, se logre la economía circular que desean la industria, los gobiernos y los ciudadanos, será necesario utilizar toda la gama de herramientas y tecnologías disponibles. n “La sociedad también necesita un enfoque holístico para lograr un mayor reciclado de plásticos, y eso significa adoptar toda una serie de tecnologías”, señala Kevin Quast.

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