FO82 - FuturEnviro

Gestión y Tratamiento de Residuos | Waste Management & Treatment www.futurenviro.es | Julio-Septiembre July-September 2021 31 Cuando vemos a un niño pequeño mal criado haciendo una pataleta, lo identificamos enseguida y pensamos, como lo deben haber educado sus padres. Pero que pasa cuando somos adultos y nos creemos con todos los derechos y pocas obligaciones o ¿que pasa cuando esta creencia es del estado, que debería estar al servicio del ciudadano? España para muchos países del norte es el país de origen de la fruta que comen, las playas en verano, la fiesta, el divertimento, el ocio, las cenas en la costa, los picnics al aire libre, un clima maravilloso, etc. Este verano he recorrido parte de este paraíso, como todos los años, pero he notado ciertas modificaciones de las conductas en nuestros visitantes. Con toda la situación sanitaria, muchos optan por comprar comida para llevar, así evitan las aglomeraciones y pueden buscar un sitio tranquilo donde degustar lo que hayan comprado. Algunos se instauran en las playas, en las rocas, en los acantilados, en sitios paradisiacos o urbanos, ponen una toalla o pareo en el suelo y disfrutan de sus cenas o comidas; todo ello es una buena alternativa a las colas en los restaurantes evitando aglomeraciones. El problema viene cuando ya han terminado, personas que en sus países de origen son civilizadas, de repente en nuestro país y en vacaciones dejan de serlo: llenan playas, acantilados y pinedas de sus deshechos fruto de la cena, comida o botellón. Todos estos turistas, que vienen de países en los que tirar una botella a la vía publica puede suponer 200€ de multa, vienen a nuestro país, en el que gozamos de una infraestructura amplia de cubos de basuras y contenedores no siendo capaces de recoger sus residuos. En ciertos países no hay basuras, por ejemplo, en Japón, carecen papeleras, cada ciudadano sabe que si genera residuos fuera del hogar debe llevársela consigo hasta que vuelva a su casa o entre en algún establecimiento que disponga de un cubo para depositarla. La conciencia social es lo que hace que Japón sea limpia, la responsabilidad de cada uno de sus ciudadanos para con ellos mismos y los demás les proporcionan un espacio de convivencia limpio y salubre. Cuando estamos en España, parece que se ha fomentado un sentimiento que incluso contagia a los que nos visitan, nos creemos con todos los derechos, pero con ninguna obligación. El suelo por donde pisamos es nuestro, el aire que respiramos también, el agua en la que nos bañamos también y así sucesivamente. Es una pena y una desgracia ver como se degradan nuestros paisajes, playas, arboledas, acantilados, mares y ver que no hay solución posible a menos que empecemos a sancionar, porque hay papeleras, pero los incívicos no las usan porque no quieren. When we see poorly brought children throwing a tantrum, we immediately notice and think about how their parents must have brought them up. But what happens when we are adults and we believe we have all the rights and few obligations, or what happens when it is the state that believes this, a state that should be at the service of the citizen? For many northern European countries, Spain is the country of origin of the fruit they eat and the land of beaches in summer, parties, fun, leisure, dinners on the coast, picnics in the open air, a wonderful climate, etc. This summer I travelled through part of this paradise, as I do every year, but I noticed certain changes in the behaviour of our visitors. Because of the whole health situation, many people are opting to buy take-away food to avoid the crowds and find a quiet place to eat what they have bought. Some set up on beaches, rocks, cliffs, paradisiacal or urban sites, lay a towel or sarong on the ground and enjoy their dinners or lunches. All of this is a good alternative to queuing in restaurants and enables the avoidance of crowds. The problem comes when they have finished. People who are civilised in their countries of origin find themselves in our country and on holidays, and their civicism suddenly deserts them. They fill beaches, cliffs and pine forests with their waste from dinner, lunch or drinking sessions. All these tourists, from countries where throwing a bottle on the street can mean a €200 fine, come to our country, where we have an extensive infrastructure of litter bins and containers, and are incapable of disposing of their waste correctly. In some countries there is no littering. For example, in Japan, there are no litter bins, and every citizen knows that if they generate waste outside the home, they must take it with them until they return home or enter an establishment with a litter bin. DERECHOS Y OBLIGACIONES RIGHTS AND OBLIGATIONS

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