FO63 - FuturEnviro

de las principales consecuencias del cambio climático. También pasa por alto que el regadío resulta vital para mantener la población en el territorio y evitar la despoblación rural. Si no hay gente en el campo, ¿quién cuida el entorno? También llama la atención que en lugar de apostar por una adecuada planificación hidrológica, se considere a España un país maduro hidráulicamente y se abogue por detener la construcción de nuevas obras de regulación, cuando no sólo son esenciales para mitigar los efectos del cambio climático sino para aumentar las garantías de agua, a sabiendas de que la distribución de los recursos hídricos en nuestro país es tan irregular. Porque esa es otra. Se está negando la existencia de cuencas deficitarias, aludiendo a ellos como sobreexplotadas. Veamos. El norte, que representa sólo el 11% de la superficie, aporta aproximadamente el 40% de las lluvias, ¿de verdad podemos negar tan alegremente que hay déficit? Y además, con el cambio climático, no podemos saber con certeza cómo será la distribución de la pluviometría en nuestro país en el futuro. Transferencia de competencias Por otro lado, la Dirección General del Agua tendría que depender del Ministerio de Fomento, puesto que el principal objetivo de la política actual del agua debe ser sacar adelante un nuevo Plan Hidrológico Nacional y ejecutar las actuaciones ya contempladas en los diferentes planes de cuenca; en los que se incluyen no sólo obras de regulación sino también de modernización y medidas complementarias de gestión de la demanda para optimizar el consumo. El agua ha ido perdiendo cada vez mayor relevancia en la agenda política, como evidencia el hecho de que en las últimas legislaturas sus competencias hayan ido dando tumbos por diferentes carteras ministeriales (Agricultura, Medio Ambiente y la actual Transición Ecológica) sin que se hayan producido avances reales y con visión largoplacista a la hora de ejecutar las actuaciones necesarias para garantizar todos los usos. Ahora, en un contexto marcado por las incertidumbres derivadas del cambio climático, la gestión del agua requiere de un planteamiento que aúne ingeniería y técnica para, por un lado, prevenir los efectos negativos de las lluvias torrenciales y, por otro, garantizar recursos en época de sequía, lo que exige reducir los déficits hídricos. Por eso, este planteamiento requiere de un ministerio con mayor capacidad inversora, propio del responsable de la construcción y gestión de las grandes infraestructuras nacionales, como es Fomento. Así se lo hemos hecho saber al presidente Pedro Sánchez en una misiva directa. Y es que, al igual que ha habido grandes planes estatales de carreteras o de infraestructuras ferroviarias para hacer frente al aumento de las demandas, ahora ha llegado el momento de ejecutar una planificación hidrológica adecuada que consolide a España como un país maduro hidráulicamente y preparado para el cambio climático. Una “separación de poderes” que otorgaría más independencia y coherencia a la política de aguas. Una reordenación del sector público que, en definitiva, permitiría además que las Confederaciones Hidrográficas, que estuvieron adscritas desde su fundación a Fomento (Obras Públicas en su momento), recuperasen sus funciones históricas en la gestión y ejecución de las obras hidráulicas. La gestión del agua requiere, al igual que cualquier otro tipo de infraestructuras, una organización mentalizada y preparada técnicamente. Lamentablemente la experiencia de los últimos años nos da la razón y las confederaciones hidrográficas, que han hecho una magnífica labor en sus mas de 90 años de historia, se han visto to increase guarantees of water supply, in the knowledge that the distribution of water resources in Spain is so irregular. Because this is another problem. There is denial of the existence of deficit river basins, which are alluded to as overexploited. Let us look at the facts. The north, which accounts for only 11% of the surface area of Spain, has 40% of the rainfall. Can we really so cheerfully deny that there is a deficit? Moreover, with climate change, we cannot know with certainty what will be the rainfall distribution of our country in the future. Transference of competences The General Directorate of Water should be under the auspices of the Ministry of Development (Ministerio de Fomento) because the main objective of current water policy should be to produce a new National Hydrological Plan and to execute the initiatives set out in the different river basin management plans; including not just water regulating infrastructures but also the upgrading of existing infrastructures and complementary demand management measures to optimise consumption. Water has been losingmore andmore relevance in the political agenda, as evidenced by the fact that in recent legislatures, competences have being jumping to and fro fromministry to ministry (Agriculture, Environment and now Ecological Transition) without any real breakthroughs or long-term vision in terms of executing the initiatives needed to guarantee all uses of the resource. In a context replete with the uncertainties associated with climate change, water management now requires an approach that brings together engineering and technology to prevent the negative effects of torrential rains, on the one hand, and to guarantee supply of resources in times of drought, on the other hand. And to achieve this, water deficits must be reduced. The implementation of this approach requires a ministry with greater investment capacity, the investment capacity of the ministry responsible for the construction and management of the great national infrastructures, the Ministry of Development. And we have made this known to the Prime Minister, Pedro Sánchez, in a direct letter. The fact is that in the same way there have been large-scale state plans for roads and railways to address growing demand, the time has come for an adequate hydrological plan that would consolidate Spain’s position as a mature country in terms of water management and one ready to meet the challenges of climate change. A “separation of powers” that would give greater independence and coherence to water policy. A reordering of the public sector which would ultimately enable the River Basin Management Authorities, which belonged to the Ministry of Development (formerly PublicWorks) since their inception, to recover their historic functions in the management and construction of water infrastructures. Gestión y tratamiento de agua | Water management and treatment FuturEnviro | Agosto-Septiembre August-September 2019 www.futurenviro.es 47

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