ComunicacionesHoy_CH199

TRIBUNA DE OPINIÓN 42 De forma paralela (y paradójicamente) nos encontramos que, pese a estar regulándose una identidad europea única, existen en España diversos proyectos locales o autonómicos de implementación de un wallet para sus ciudadanos que, si bien puede beneficiar un uso amplio del sistema por parte de los ciudadanos españoles, a la vez, puede causar un escenario de múltiples wallets, creando confusión y dificultad de uso debido a las múltiples aplicaciones. El wallet, además, no solo tendrá beneficios para los ciudadanos o administraciones, sino que puede resultar muy útiles para las empresas. Por ejemplo, el uso de Dizme, el wallet creado por Infocert y Camerfirma, combina los beneficios de una identidad digital (autosoberana) con el valor legal y la confianza. Aporta control y certificación del acceso físico a oficinas, declaraciones de los usuarios con un valor legal y autenticación de las transacciones online. Durante la pandemia, por ejemplo, se utilizó para la solicitud de datos de salud. El wallet, por tanto, es una nueva forma de intercambio de datos, una forma más segura y en la que el ciudadano tiene el control de sus datos de identidad, pero a la que aún le faltan elementos y resolver retos para arrancar su andadura. n Wallet Digital: camino por recorrer en la nueva identificación personal Héctor Benítez Rodríguez, Head of Business & Solutions Compliance de Camerfirma; Profesor asociado Universitat Abat Oliba CEU El futuro reglamento eIDAS2 está en la fase final de aprobación tras la adopción de una posición común por parte de la Comisión Europea sobre la propuesta del reglamento. Desde el inicio, Europa ha tenido claro que ha de tener como centro el ciudadano y su capacidad de decidir qué datos quiere utilizar y dar a conocer. Bajo esta idea, se crea la figura del wallet digital, que contendrá una identidad europea digital (eID) que deberá ser aceptada y reconocida por todos los estados miembros. Durante el proceso, se han encontrado aspectos difíciles de tratar, como quién estará a cargo de la identificación (estados miembros o terceros como prestadores de servicios de confianza), qué nivel de seguridad debe tener para ser totalmente segura -pero usable- o quién gestionará su infraestructura. Recientemente, se han conocido más detalles. En primer lugar, parece ser que su nivel de seguridad deberá ser “alto” y no “sustancial”, lo que puede suponer un riesgo en la implementación y uso masivo por parte de los ciudadanos. Además, la identidad europea digital será transfronteriza entre los estados miembros (y de obligada aceptación para algunos sectores) y su utilización para identificación será gratuita para los ciudadanos. Finalmente, aunque puede usarse, no será necesaria la tecnología blockchain para su configuración.

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