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FICHAS BUENAS PRÁCTICAS El espacio conmueve por su significado religioso o, alejados de cualquier creencia, su espacialidad atrapa la emoción de todo visitante sensible de este “trozo de aire humanizado”, como así definía Fisac a la arquitectura. Resultado que, por sus “valores simbólicos y de innovación espacial”, le sirvió en 2011 para su declaración de edificio BIC (Bien de Interés Cultural) como Monumento por el Consejo de Gobierno de Castilla y León. Aunque en esta breve referencia nuestra atención se centra en cómo el arquitecto consiguió tan brillante resultado espacial, lo primero que sorprende al visitante, antes de entrar en el Colegio, es la condición escultórica del ábside del templo, el volumen majestuoso de su pared curva de piedra blanca de Campaspero, con una altura de 25 metros. Allí, en lo alto del ábside, como proa del complejo arquitectónico y punto nodal del eje de simetría que ordena todo el conjunto, el arquitecto mandó colgar la escultura realizada por Jorge Oteiza del fundador de la Orden, Santo Domingo de Guzmán. Tras esta primera sensación y como preámbulo antes de la entrada a la iglesia, el patio con dos galerías claustrales en ángulo, de geometrías óseas, guarda la sorpresa. En su acceso desde una de las cuatro esquinas, consigue romper cualquier evidencia de la ordenación simétrica de todos sus edificios respecto al eje de ordenación, dirigiendo su visión en diagonal hacia la atención del pequeño jardín situado en la esquina opuesta, jardín de una heterodoxa inspiración híbrida, consecuencia de la admiración de Fisac por los jardines de la Alhambra y la influencia de su reciente viaje al Extremo Oriente realizado a principios de 1953. Una vez junto a la fuente, el camino serpenteante del agua hasta caer en el estanque señala el reflejo del escultórico campanario que vuelve al visitante hacia la entrada principal del Colegio y al acceso a la iglesia. Allí comienza la visita a la iglesia, la experiencia espacial más intensa proyectada por Fisac hasta este momento. Como al patio, los accesos se realizan desde las esquinas de la nave, abriendo las puertas en el arranque de los muros laterales. Bajo el sotocoro, lo primero que impresiona es Vista interior del templo.

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