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OPINIÓN 46 nuestros compañeros el mejor desarrollo del proyecto. Los peritos y forenses estamos cada vez más acostumbrados al uso de herramientas de diagnosis no destructivas que nos ayudan a ver más allá de nuestros propios ojos. A la vez podemos guiar en el diagnóstico de la situación para que, cuando entren en vigor las directivas europeas que exijan una clasificación energéticamínima para la transmisión de inmuebles, nuestros clientes hayan tomado las decisiones óptimas para encontrarse en una buena situación. JLZ- En estos momentos en los que la renovación está viviendo un incremento significativo, sobre todo propiciado con las ayudas generadas por los Next Generation, ¿qué papel pueden desempeñar? Al inicio de este proceso se plantea, justamente, una parte importante de nuestro trabajo. Con la irrupción de los NG preveo una colaboración mayor entre las comunidades de propietarios, los arquitectos, los mediadores, los peritos y las oficinas de rehabilitación. La situación planteada a priori resultaba perfecta para contar con equipos técnicos complejos en los que haya arquitectos mediadores acostumbrados a intervenir en el parque edificado, con experiencia y formación en el trato con los ciudadanos, para poderles explicar con paciencia el contenido de la rehabilitación que se va a hacer, el tipo de ayudas existentes y cómo se pueden beneficiar de ellas. La traducción del lenguaje técnico a otro más inteligible para el público general y la dedicación a la atención de las personas resulta óptimo, tanto para los colegas que se pueden centrar en tomas de datos, cálculo y trabajos técnicos, como para los usuarios, que son atendidos con calidad técnica, y el tiempo que precisen para sentirse seguros y acompañados. Es la mejor forma de hacer llegar el mensaje y animar a los ciudadanos a emprender la rehabilitación, y a la vez, consolidar el encargo de proyectos y obras que han de nutrir el sector y la economía, aprovechando el dinero disponible. En este contexto, veo como algo muy favorable que en los equipos técnicos, junto con los arquitectos proyectistas y los mediadores, puedan colaborar los arquitectos peritos, especialmente, al inicio de la rehabilitación del parque ya edificado para hacer un buen diagnóstico y así poder entregar el “escáner” del edificio a los compañeros que se encargarán del proyecto o de la dirección de la obra, facilitándoles el conocimiento de la construcción existente y habitada mediante métodos destructivos. De esta manera, los usuarios verán menos perturbada su vida y los proyectistas podrán optimizar e ir sobre seguro en sus soluciones técnicas, para conseguir los porcentajes de ahorro necesarios. Nuestra labor se limitaría, a posteriori, a hacer comprobaciones de que todo está discurriendo de manera correcta durante la obra. JLZ- Lo que he podido apreciar, desde mi colaboración en la Junta de Peritos y Forenses del COAC, es que, en el pasado, cuando surgían siniestros se achacaba todo a la mala suerte o a enfermedades concretas de cada edificio. Sin embargo, conforme han pasado los años, nos hemos dado cuenta de que nos estábamos encontrando más con ‘epidemias’. Tuvimos ya la de aluminosis y ahora estamos en la del fibrocemento con amianto. Pero posiblemente puedan llegar más, quizá debidas al agotamiento de la durabilidad de los materiales o de las técnicas constructivas. ¿Comparte esta visión? Sí, pero también percibo una panorámica más amplia. En Europa ya se ha emitido la directiva del pasado 15 de febrero que pone el punto culminante de todas las directivas que han dado lugar a los fondos NG. A pesar de las intenciones de la Unión Europea para mejorar la eficiencia energética de los edificios y de imponer unas directrices para acometer este compromiso, la propia inercia de las administraciones y la complejidad de los procesos para su aplicación hizo que muchos protagonistas del sector y los mismos usuarios no se hayan implicado de manera deseable en ello. Europa se ha dado cuenta de esta situación y es lo que recoge esta directiva. La tolerancia con la ineficiencia energética ha terminado y una gran parte del parque edificado debería ponerse al día en 2030 para poder estar plenamente actualizado en 2050. Esto implica, por ejemplo, que se ha terminado la manga ancha para los edificios públicos, porque son lo que deben dar ejemplo, con lo que cada año deben renovarse necesariamente un 3% de los edificios públicos. También los privados han de estar atentos: prevemos que la revisión de la Directiva de Eficiencia Energética, actualmente en negociación, va a condicionar las transmisiones de edificios al cumplimiento de unas condiciones mínimas de ahorro energético: es posible que para vender, heredar, o incluso alquilar, haya que haber rehabilitado energéticamente el edificio o se transmita la obligación, con lo que su valor va a disminuir. Merece la pena aprovechar los fondos NG que son el incentivo amable para cumplir con las obligaciones que vendrán. España no se está quedando a la espera y anticipa sus mecanismos para reducir el consumo de energía. Precisamente a día 25-1-23 se ha publicado el Decreto 36/2023, de 24 de enero, por el que se establece un sistema de Certificados de Ahorro Energético. Vienen cambios interesantes, que no permitirán seguir ignorando los coladores energéticos, y que posiblemente nos lleven a una definición homogénea de las etiquetas energéticas en toda la UE.

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