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P PROYECTO Obra de Cantallops Vicente Arquitectes y Bayona-Valero, el Casal de Barrio de Trinitat Nova se encuentra en un enclave único y, para muchos barceloneses, totalmente desconocido. Situado junto al principal vial de acceso a la ciudad desde la autopista, este particular edificio emerge de la urbanización del entorno y aprovecha la topografía, para convertirse en la prolongación del espacio público que ocupa. Es decir, está diseñado para estar sin ser visto, aprovechando un desnivel propio del terreno, para integrarse en una zona de estrategia arquitectónica, junto a la Casa de las Aguas. Pero, además, las nobles casas que se encuentran junto a este centro cívico son herencia directa de los ciudadanos que contemplaron, en el siglo pasado, este barrio periférico de la ciudad, como una zona de veraneo. A los pies de la montaña de Collserola, consigue materializarse como un oasis de bienestar, donde el ruido de la autopista apenas se percibe, tanto en el interior como en el exterior de esta construcción. EL CLÍNKER COMO ELEMENTO VERTEBRADOR “El resultado es un edificio que diluye la línea entre el interior y el exterior. El respeto hacia el entorno se traduce en el uso del propio material cerámico fusionando el espacio de urbanización con el propio edificio. Los bancos y barandillas cerámicas configuran el perímetro y actúan como lucernarios de entrada de luz hacia los espacios interiores. Además, cuenta con la calificación energética A, reduce al máximo la demanda energética mediante herramientas de diseño pasivo y el uso de fuentes de energías eficientes y renovables”, comenta al respecto el arquitecto Lluís Cantallops. Este particular edificio de dos plantas se ha diseñado para formar parte del espacio urbanizado, gracias al uso de elementos cerámicos, tanto en pavimento como en las fachadas de este equipamiento municipal.

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