AP7 - Aquapres

42 MICROPLÁSTICOS Los microplásticos del Delta del Ebro se medirán con un sistema de Inteligencia Artificial En todo el planeta, los hábitats acuáticos, terrestres e incluso aéreos sufren la progresiva intrusión de diminutos invasores sintéticos. A pesar de sus dimensiones, casi invisibles en el ojo humano (miden menos de 5 milímetros), la omnipresencia de los microplásticos provoca efectos cada vez más manifiestos en los ecosistemas y amenaza su biodiversidad. En particular, las aguas dulces y saladas son unos de los medios en los que estas partículas se difunden más extensamente. Cada año, 8 millones de toneladas de plástico terminen en el mar, e imágenes de la isla gigante de plástico en el Océano Pacífico han despertado numerosas campañas y estudios, centrados mayoritariamente en los microplásticos, mientras que los más pequeños hasta hace poco habían pasado a menudo más desapercibidos tanto para la sociedad como para las ciencias ambientales. “Muchos parajes naturales que creemos impolutos también están contaminados, tanto si lo vemos como si no”, explica la investigadora del programa de Aguasmarinas y continentales del IRTA, Maite Martínez-Eixarch. Toma de muestras en el campo.

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