IKEA Valladolid: cuando la sostenibilidad se construye con vidrio reutilizado

La intervención liderada por Bellapart demuestra cómo la innovación técnica permite dar una segunda vida a una fachada de vidrio interior, reduciendo un 53% el impacto ambiental del proyecto.

Nueva fachada del IKEA de Valladolid, realizada con el 84% de vidrio reutilizado de la antigua fachada. Foto: David Spence.

En un contexto donde la construcción sostenible ya no es una opción sino una exigencia, el proyecto de remodelación de la tienda IKEA en Valladolid se ha convertido en un ejemplo paradigmático de cómo la tecnología, bien aplicada, puede convertirse en aliada de la economía circular.

La intervención, liderada por Bellapart en 2023, tenía como punto de partida un reto concreto: la antigua fachada interior de vidrio, que durante más de una década había sido un emblema arquitectónico, quedaba obsoleta tras una reforma integral del espacio comercial. Lejos de optar por la vía rápida –el desmontaje y desecho completo–, se decidió apostar por una solución mucho más exigente: reutilizar al máximo los componentes originales y rediseñar la fachada para adaptarla al nuevo entorno.

El resultado no solo fue un ejercicio de precisión técnica y adaptación estructural, sino también una poderosa declaración de intenciones: es posible reducir a la mitad el impacto ambiental de una intervención arquitectónica compleja sin renunciar a la calidad ni al diseño.

La fachada original, diseñada y construida por Bellapart a partir de una idea original de Arup Madrid en 2011, medía 40 metros de largo por 10,6 de alto y estaba compuesta por 40 grandes paneles de vidrio laminado (10.10 HS 1.52SG) de 4.000 × 2.600 mm, sostenidos por 9 cartelas estructurales también de vidrio (10.10.10.10 FT/HS 1.52 SG) de 550 mm de ancho y 10.600 mm de largo [figura 1a]. Se trataba de una instalación pionera para la época, especialmente en Castilla y León, tanto por sus dimensiones como por las soluciones técnicas empleadas para lograr la máxima transparencia.

El sistema estructural, completamente de vidrio, incluía cartelas en forma de L con insertos metálicos laminados dentro del propio vidrio: una apuesta innovadora en su momento, pensada para transformar la fachada en un gran escaparate interior, visible desde todo el centro comercial [figura 1b].

Figura 1: Fachada original en 2011. a. Vista general;. b. Detalle de las cartelas con los insertos. Fotos: Wenzel.

Con el paso del tiempo, y a raíz de modificaciones en el layout de la tienda, algunos de los paneles centrales fueron retirados para permitir la apertura de un acceso central [figura 2]. Pero fue en 2022, con el anuncio de la gran reforma del centro comercial, cuando el conjunto de fachada se consideró definitivamente obsoleto.

La propuesta de reforma integral del centro comercial Río Shopping y de la tienda IKEA Valladolid para 2023 supuso un replanteamiento completo de su configuración espacial. En la planta superior, se proyectó una ampliación para integrar nuevos espacios de restauración, conectando de forma más directa el restaurante sueco con el flujo del centro. En la planta baja, la fachada acristalada que durante más de una década había enmarcado la tienda fue sustituida por un nuevo pasillo comercial con acceso independiente para IKEA. La consecuencia directa fue la obsolescencia funcional de la antigua fachada interior.

En este nuevo escenario, IKEA reafirmó su compromiso con la sostenibilidad al proponer una estrategia basada en la reutilización de materiales. Bellapart, como empresa autora del diseño y ejecución de la fachada original, asumió el liderazgo técnico del proyecto, con un objetivo claro: recuperar y reincorporar la mayor cantidad posible de elementos constructivos a una nueva configuración.

Esta decisión tuvo un impacto directo en la certificación ambiental de la intervención: la ampliación del centro comercial obtuvo una calificación Excelente en el sistema BREEAM, mientras que la reforma de la tienda alcanzó la calificación Muy Buena.

Pese a que las garantías de la instalación original ya habían expirado (10 años), se realizó una inspección detallada de todos los paneles de vidrio. Se conservaron las piezas que, aunque mostraban pequeñas imperfecciones estéticas propias del envejecimiento, mantenían intacta su integridad [figura 3]. IKEA aceptó estas marcas como parte de su compromiso con la economía circular.

Bellapart, plenamente conocedora del historial de fabricación y de los materiales empleados, no consideró necesarias pruebas adicionales. Los paneles de vidrio no habían estado expuestos a condiciones climáticas agresivas, al tratarse de una fachada interior, y su origen y trazabilidad estaban plenamente documentados.

Figura. 3 Detalle de imperfecciones estéticas. Foto: David Spence.

La nueva fachada, de 20 metros de longitud, fue diseñada como una reinterpretación reducida del diseño original, con el objetivo de reaprovechar al máximo los materiales recuperados. En total, se reincorporaron 16 de los paneles de vidrio originales —un 44% del total— y sus sistemas de fijación, lo que representa un 84% de vidrio reutilizado en la nueva instalación.

Los nuevos elementos añadidos al conjunto fueron [figura 4]:

• Dos paneles de vidrio de menor altura (10.10 HS 1.52SG, de 4000 × 2000 mm), adaptados para encajar el nuevo marco de entrada.
• Tres nuevas cartelas estructurales de vidrio (10.10.10 HS 1.52SG, 200 × 5500 mm).
• Tres secciones adicionales que replican la cartela de doble espacio (10.10.10.10 HS/FT 1.52 SG, 550 × 3.550 mm, 550 × 4.800 mm y 550 × 3.800 mm).

Todas estas cartelas se conectaron a los paneles mediante fijaciones reutilizadas y modificadas para permitir un sistema de unión mecánico [figura 5.b], mucho más sencillo de fabricar y montar que los insertos metálicos embebidos usados en 2011.

El elemento más nuevo y visualmente distintivo fue el marco de entrada: una estructura de 3.250 x 8.000 mm, formada por tubos de acero al carbono revestidos con chapa de aluminio pintada y reforzados con paneles de madera fenólica. Esta pieza cumple una doble función: marcar visualmente el acceso a IKEA y alojar la puerta enrollable de cierre.

Figura 5: a. Vista general de la nueva fachada en su contexto. Foto: David Spence.

Figura 5. b: Detalle de las nuevas cartelas con conexión mecánica. Foto: David Spence.

Más allá de la narrativa sostenible, Bellapart decidió cuantificar el impacto real de la intervención. El análisis se centró en las fases A1 a A5 de la norma EN 15978, que cubren la producción, transporte, fabricación e instalación. Este estudio completo, que trata la fachada original y la nueva como dos construcciones independientes, permite calcular con rigor el ahorro en emisiones gracias a la reutilización, considerando cada material y proveedor.

Este estudio detallado sobre la huella de carbono asociada a esta nueva fachada ha sido publicado en la revista científica especializada ‘Glass Structures and Engineering’. Y también fue presentado en la última edición del Glass Performance Days (GPD) en Finlandia.

El resultado es contundente: un 53% menos de emisiones de CO₂ respecto a un escenario donde todos los materiales hubieran sido de nueva fabricación. Esta reducción se debe, principalmente, al ahorro en la fase de producción de vidrio, que representa el 70% del impacto total en el escenario real ejecutado.

En números, el 84% del vidrio utilizado y el 32% del acero inoxidable de la nueva fachada fueron recuperados de la instalación original. Dado el peso que tiene el vidrio en el conjunto, su reutilización fue decisiva en la reducción de la huella de carbono.

A pesar de que la logística añadida, el transporte de los materiales reutilizados —desde Valladolid a las instalaciones de Bellapart en Olot (715 km), y vuelta— elevó significativamente las emisiones asociadas a esa fase concreta (hasta cinco veces más que en un escenario sin reutilización), el balance global siguió siendo claramente positivo. El ahorro conseguido en producción compensó ampliamente los costes energéticos del transporte.

El análisis técnico detallado ha permitido identificar distintas oportunidades de mejora para futuras intervenciones.

Específicas del proyecto:

• Optimizar el uso de acero en estructuras auxiliares como el marco de entrada, que fue sobredimensionado por motivos geométricos.
• Reutilizar más componentes, como los pilares metálicos laterales, que en este caso se reconstruyeron por separado.

Otras mejoras del contexto energético general:

• Autoconsumo energético en taller, como el que Bellapart ha implementado con la instalación de paneles solares en su cubierta, lo que permite fabricar con una menor huella ambiental.

Figura: 6 a). cubierta del centro productivo Bellapart en Catalunya. b). instalación nuevos climatizadores de alta eficiencia energética.

• Descarbonización de la red eléctrica española, que en 2024 alcanzó un 56,5% de generación renovable.
• Modernización de la flota logística europea, con objetivos de reducción de emisiones del 15% para 2025 y del 30% para 2030 en el transporte pesado por carretera.

Este proyecto demuestra que reutilizar vidrio laminado a gran escala es una realidad cuando se combinan conocimiento técnico, visión de sostenibilidad y voluntad por parte del cliente.

Aceptar ciertas limitaciones estéticas no implica renunciar a la calidad arquitectónica ni a la seguridad estructural. Al contrario: permite alargar la vida útil de los materiales, reducir el consumo de recursos y avanzar hacia una construcción más responsable.

La experiencia también pone de relieve un aspecto fundamental: solo es posible reutilizar con éxito cuando el diseño y los materiales originales se concibieron con criterios de alta calidad. La trazabilidad, el buen estado de conservación y el conocimiento técnico acumulado sobre la fachada original fueron determinantes para convertirla, más de una década después, en la base de una solución actual y más sostenible.

IKEA Valladolid: un ejemplo de cómo construir el futuro aprovechando lo mejor del pasado.