Impacto de las impresoras 3D de bajo coste en el mercado de la fabricación aditiva

Una posible explicación es la caída en las ventas de sistemas industriales, que habría provocado la mayor parte de esta ralentización. Hay que entender qué puede haber causado este descenso en los ingresos por ventas de sistemas industriales.

Tradicionalmente, los analistas del sector clasificaban como “escritorio” las máquinas de menos de 3.000 ó 5.000 dólares, y como “industriales” las de mayor precio. Pero esta clasificación podría requerir ajustes. En este informe, se consideran impresoras 3D de escritorio las que cuestan menos de 10.000 dólares, y sistemas industriales las que superan ese umbral.

Fabricantes como Bambu Lab, Creality, Elegoo, Phrozen, Prusa y muchos otros han supuesto un cambio de paradigma. Las impresoras 3D de bajo coste han pasado de usarse solo como herramienta de aficionado o para prototipado, a encontrar aplicaciones reales de producción en empresas que no disponen de presupuesto para sistemas industriales.

Un ejemplo es Siligrams, empresa de Boston que fabrica moldes de hielo personalizados. En apenas cinco años, han creado una fábrica con cientos de impresoras 3D de escritorio que fabrican los patrones para sus moldes de silicona.

Estas impresoras de bajo coste suelen ser compatibles con materiales de código abierto, mucho más baratos que los materiales propietarios de los sistemas industriales. La mayoría de los filamentos industriales están ya disponibles en versiones equivalentes para equipos de escritorio, así como resinas económicas biocompatibles, resistentes al calor, flexibles o con carga cerámica.

Estos materiales pueden costar entre 1/20 y 1/3 del precio de sus equivalentes industriales. Aunque algunos materiales especiales como Ultem o Peek siguen siendo dominio exclusivo de los sistemas industriales, ya empiezan a aparecer impresoras económicas capaces de procesarlos. La certificación y estandarización de materiales aún está pendiente, pero es solo cuestión de tiempo.

En los últimos años, hemos visto un número creciente de sistemas MEX (extrusión de material) y VPP (fotopolimerización en cuba) por debajo de 10.000 e incluso 1.000 dólares, con una calidad de impresión y resistencia de piezas que igualan —y en algunos casos superan— a la de los sistemas industriales.

Para el informe Wohlers 2025, se preguntó a cientos de proveedores de servicios y usuarios finales qué sistemas poseen y operan actualmente. La proporción quedó así:

• Sistemas industriales: 68%
• Sistemas de escritorio: 32%.

Si bien los sistemas industriales siguen dominando la producción de piezas finales, los datos muestran que marcas de escritorio como Bambu Lab, Creality o Flashforge figuran entre las más utilizadas.

Bambu Lab es ya el fabricante más citado por los usuarios. Si bien esta clasificación se basa en número de unidades, no refleja volumen de producción ni ingresos generados. No obstante, el dato revela que muchas empresas están generando ingresos con sistemas de escritorio.

Aunque la venta de equipos ha caído, los ingresos por servicios de impresión siguen creciendo. ¿Cómo es posible?

Algunas razones:

• Aumento de la aceptación de piezas FA en la industria
• Demanda de propiedades isotrópicas y polímeros técnicos
• Eficiencia en la producción y anidamiento.

La mayoría de la producción profesional de polímeros se realiza hoy con tecnologías de fusión en lecho de polvo (PBF), que permiten piezas más resistentes, mayor escalabilidad, y no requieren estructuras de soporte.

Según el Buró Nacional de Estadísticas de China, el sector de la impresión 3D creció un 44,9% en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo periodo de 2024. Solo en ese trimestre, China exportó 965.000 impresoras 3D (+24,7%), generando unos ingresos de 2.350 millones de RMB (320 millones USD), un 21,1% más.

Un tercio de estas exportaciones se dirigió a EE. UU., por valor de 121 millones USD. El precio medio de venta de una impresora fue de 330 USD, algo superior en el caso de EE. UU. (364 USD).

Estas cifras pueden explicarse por una anticipación a nuevos aranceles EE. UU.-China, que motivó compras masivas a principios de año.

El gobierno chino ha fomentado este crecimiento mediante subsidios del 15% en compras nacionales de impresoras. Esto, unido al bajo precio de los sistemas poliméricos frente a los metálicos, explica por qué las exportaciones chinas dominan.

En EE. UU., los aranceles previstos contra China impulsaron compras anticipadas en el primer trimestre. Sin embargo, fabricantes locales como uno de Dakota del Norte entrevistado para este informe, aseguran mantener ventas estables y no prevén subir precios.

Estos proveedores destacan su cercanía al cliente y han empezado a ofrecer servicios de impresión como complemento, permitiendo escalar producciones mediante granjas de impresión internas.

La tendencia apunta a una mejora constante de los sistemas de bajo coste y a una bajada de precios en los sistemas industriales, tradicionalmente caros.

Esta nueva generación de impresoras económicas es una llamada de atención a los fabricantes tradicionales, que durante años solo ofrecieron mejoras incrementales. Las nuevas empresas han tomado ventaja ofreciendo sistemas inteligentes, accesibles y con grandes prestaciones.

Esto puede incentivar una adopción más rápida por parte de la industria. A medida que se generaliza la expectativa de una calidad mínima en cualquier sistema, los fabricantes competirán por ofrecer características más avanzadas o especialización.

El motor clave será la adopción creciente de la FA en múltiples sectores. Esta nueva ola de impresoras asequibles está ayudando a acelerar esa adopción, lo que impulsará el crecimiento a largo plazo del sector.

Descargar el informe ‘Impact of Low-cost 3D Printers on the Additive Manufacturing Market’, de Wohlers Associates (julio de 2025)