El camino recorrido es el camino que vendrá

Crecer entre máquinas no tiene nada más especial de lo que pueda tenerlo el haber crecido entre ventanas o cualquier otro producto o negocio que va pasando de padres a hijos. Y exactamente igual que en cualquier otro mundo, en el de las máquinas llevas en el recuerdo aquellos momentos que te parecían tan importantes y que quizás hoy, viendo el camino que el sector ha recorrido, pueda hacerte intuir ligeramente el que seguirá en el futuro.

Recuerdo de niño, acompañar a mi padre a la entrega de una -o quizás más de una- tronzadora de doble cabezal. Esa máquina era tan grande, tan moderna, tan impresionante que miraba a sus nuevos propietarios pensando que ahora serían la fábrica más importante del mundo. Mucho ha llovido y hoy día una tronzadora de doble cabezal la tienen todos los talleres a partir de cierto tamaño.

Pero descubres patrones a lo largo del tiempo, te das cuenta de que los mismos que decían “con esta máquina me ahorro uno o dos operarios en fábrica”, han crecido más que los demás, tanto que al final tuvieron que contratar más personal. Te das cuenta de que compiten mejor en precio (ahorran mano de obra), en tiempos (producen más rápido), en costos (minimizan errores y mermas), en imagen, porque más y más moderna maquinaria ofrece una imagen más potente a los clientes de tu fábrica. Con el tiempo, te das cuenta de que la modernización en maquinaria es una línea paralela al crecimiento de la empresa. Hoy día, si le preguntas a alguien qué maquinaria tendrán las primeras y más importantes fábricas de ventanas, no será necesario visitarlas para saber qué contarán con la mejor tecnología y maquinaria.

Centro de corte y mecanizado Alcor - II R, de Özçelik, distribuida por APD Maqmaster.

Hubo un tiempo en el que pocas empresas podían tener entre sus máquinas una tronzadora de doble cabezal y las que la tenían, crecían y dominaban el mercado; hoy día cualquiera tiene esa máquina, pero ese, ese es el camino recorrido.

Volvamos al presente. Hoy, pocas empresas pueden tener entre sus máquinas un centro de mecanizado o un centro de corte, o un centro de corte y mecanizado, o una soldadora de cuatro cabezales, o una línea de limpieza y soldado; pero los que se hacen con ellas, dominan el mercado.

Viajemos ahora al futuro. El camino que vendrá se puede intuir, un futuro donde los talleres de ventanas se convertirán en fábricas de ventanas o desaparecerán. Aquellos que inviertan en las máquinas más productivas, estarán comprando el futuro; aquellos que no, lo que comprarán será las ventanas a grandes fabricantes. Ese, ese es, en mi modesta opinión, el camino que recorreremos.

Según un estudio titulado ‘El Futuro del Trabajo 2018’, del Foro Económico Mundial (FEM), que analiza el impacto de la automatización y de las nuevas tecnologías en este sector laboral, en el año 2025, más de la mitad de los puestos de trabajo que hoy existen, serán realizados por máquinas.

Esto no significa que el 6 de enero del año 2025 llegues a tu fábrica y al entrar te encuentres toda la tecnología y la maquinaria del mundo allí instalada y funcionando sola. No veo ese escenario, pero sí que veo las fábricas de hoy equipándose poco a poco, máquina a máquina, hasta llegar al año 2025 y mucho más allá.

Este estudio sí arroja luz sobre el camino que recorrerá el sector en los próximos cinco años. Lo que sí dice este estudio es que mires a tu alrededor, a tu competencia. La mayoría se va a equipar y no te van a avisar, no te lo van a consultar; pero lo van a hacer, no te van a avisar que a partir de un día determinado, pasan a trabajar con un centro de corte y mecanizado; o que instalan un sistema logístico en su empresa que agiliza la producción; o que hacen cualquier otra inversión. Para ti ese será un día normal en tu empresa, pero desde ese día ellos compiten a otro nivel, desde ese día, tú no lo sabrás, pero eres menos productivo, aunque sigas haciendo lo mismo que ayer y, sobre todo, porque sigues haciendo lo mismo que ayer.

Cada día abres la puerta de tu empresa, la abres a tus clientes, cada día la abres para dejar pasar a tus trabajadores, la abres para que entre el perfil con el que haces las ventanas, la abres para que entren el vidrio y los herrajes, cada día abres la puerta para enviar lo producido… De vez en cuando, ábrela para dejar entrar la maquinaria que te mantendrá a la cabeza del sector, y no a la cola.