Selter, S.A. - Imanes permanentes para usos genéricos

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Bases magnéticas: de ferrita, alnico, neodimio y samario-cobalto

Foto de Bases magnéticas
Una base magnética es un imán protegido por una carcasa metálica. Con esto se consigue que el flujo magnético se concentre en una sola cara, la cara libre de la base y así se potencia la fuerza magnética del imán que contiene, consiguiendo la máxima fuerza de sujeción. Las otras caras de la base están libres de magnetismo.

Se fabrican con diferentes tipos de imán: ferrita, alnico, neodimio y samario-cobalto. La elección del tipo de imán va en función de la aplicación.

- Ferrita: adecuado para la mayoría de aplicaciones y para temperaturas de hasta 80 ºC. Es el imán más económico.

- Alnico: para temperaturas elevadas (hasta 450 ºC).

- Neodimio (NdFeB): es el imán más potente en proporción a sus dimensiones.

- Samario-cobalto: es el más adecuado para soportar grandes esfuerzos mecánicos.

La carcasa que contiene el imán puede ser de acero galvanizado, acero pintado o latón. Las formas pueden ser múltiples: cilíndrica con o sin agujero, plana sin agujero, con tetón y rosca interior, con espárrago roscado, con agujero roscado o avellanado, etc.

Se utilizan como accesorios, como herramientas para montajes, como topes, para fijar piezas, para sujeción de cargas, para doblar, cortar, pegar, mecanizar, etc.

Tener en cuenta que cuando incrementamos la temperatura de los imanes hasta el máximo permitido, la fuerza magnética del imán se reduce del 30 al 40%. Esta perdida es sólo temporal. Cuando se disminuye la temperatura, la fuerza magnética se recupera hasta el valor original. Es importante tener en cuenta que en caso de exceder la temperatura máxima permitida, el imán podría quedar dañado de forma irreparable.

En cuanto a la fuerza de atracción, debemos tener presente que la fuerza dada en las tablas se refiere siempre a la fuerza óptima. Es decir, la fuerza medida en banco de pruebas bajo unas condiciones óptimas:

- Entrehierro 0: superficie de contacto perfectamente rectificadas, lisas, sin grasa, ni pintura, ni suciedad, ni ningún elemento que separe las dos superficies.

- Grosor del material: deberá ser el suficiente para que pueda absorber todo el flujo magnético que la base genere. Este grosor dependerá de la medida de la base.

- Tipo de material: el hierro puro tiene mejores propiedades magnéticas que un acero aleado. Cuanto más aleado sea el material de la pieza, peor será el rendimiento de la base magnética.