El embalaje metálico en Europa

La feria Empack, celebrada el pasado 27 y 28 de octubre, acogió la ponencia de Miguel Abelle, director de la Asociación Metal Packaging Europe en España, que llevó el título 'Metal Packaging Europe: la respuesta de la industria del envase metálico a los nuevos retos políticos, sociales y medioambientales'. En ella, Abelle describió la situación en la que se encuentra el sector del envase y embalaje metálico y presentó los objetivos que tienen para el futuro.

Metal Packaging Europe es una plataforma que aglutina a las principales asociaciones del sector, como Empac (fabricantes de envases metálicos), BCME (fabricantes de latas de bebidas), Apeal (productores de acero) o la European Aluminium Association (productores de aluminio). En conjunto, explicó Abelle “somos relativamente pequeños comparados con otros sectores de embalaje”, y, en cuanto a su misión, “MPE se crea para contribuir del modo más eficaz posible al desarrollo sostenible, mediante la implicación de todos los actores involucrados en la producción y reciclado de envases metálicos”.

En España, representan a la Asociación Metalográfica Española (AME), a Arpal aluminio, a EcoAcero y a la división española de BCME. De hecho, en nuestro país el sector tiene una facturación anual de 2.000 millones de euros aproximadamente, con un consumo de 600.000 toneladas de materia prima, da trabajo a 5.000 empleados y su porcentaje de exportación de la producción del 21%. En Europa, sus cifras se miden en más de 200 fábricas, más de 50.000 empleados, en consumo de 4,5 millones de toneladas de materia prima, más de 20.000 clientes y una producción cercana al 17% del conjunto de envases.

Comparado con otros sectores, como comentaba el propio Abelle, el del embalaje metálico tiene poca representatividad, ya que se consumen 10 kilos per cápita al año, mientras que el sector del plástico representa un consumo de 30 kilos, el vidrio 40 kilos y el papel y cartón es el más destacado con un consumo de 70 kilos, como se puede ver en la tabla 1.

Uno de los principales objetivos de MPE es, según Abelle, “obtener el reconocimiento de la cadena de suministro como materiales reciclables indefinidamente sin pérdida de calidad, además de asegurar que se reconocen sus características como materiales permanentes”. En este sentido, prosiguió su explicación afirmando que “será necesario explicar cómo el concepto de ‘contenido de metal reciclado’ no tiene sentido en el caso de envases metálicos, por lo que habría que evitar su tratamiento discriminatorio en las legislaciones europeas y nacionales”.

En este sentido, “la visión de MPE es conseguir que todos los envases metálicos se reciclen y llegar en Europa al 80% en 2020. Para ello, apoya el concepto de vertido cero y cree en la sociedad del reciclado con implicación de todas las partes”. En cuanto a las ventajas de los envases metálicos, Abelle destacó que “protegen el contenido durante largos periodos de tiempo ante la entrada de oxigeno (por su estancamiento total), la entrada de la luz (ya que ésta puede perjudicar el contenido), además de ser irrompibles y muy ligeros”.

En el caso de las bebidas, las carbónicas hasta 500 ml, “constituyen en promedio el envase más ligero, permiten enfriar las bebidas rápidamente, presentan una gran comodidad por su fácil manejo (por lo que son fácilmente transportables) y ocupan muy poco espacio, lo que proporciona una gran economía de volumen”.

Hablando en concreto del reciclaje de metales, Miguel Abelle destacó que “cualquier producto metálico se puede fabricar 100% a partir de metal reciclado”, lo que significa que “el metal procedente de envases usados se reutiliza 100% como materia prima y que los envases usados se separan automáticamente de otros residuos de envases (separación magnética)”. Otra de las ventajas destacadas por Abelle en su ponencia fue que en “el reciclado se ahorra entre el 70 y el 95% de la energía, además de agua y materias primas. Además, el reciclado es un proceso industrial clásico: en España, más del 70% del acero y más del 40% del aluminio se obtienen a partir de productos usados”. En la Tabla 2, se aprecian cifras concretas del consumo y reciclaje metálico en Europa.

Abelle también explicó que “los materiales procedentes de recursos renovables se degradan durante el reciclado, pero en el caso de los metales, no se degradan durante el reciclado. Es preciso comprender la distinción entre materiales permanentes y no permanentes además de la distinción entre recursos renovables y no renovables.

En este sentido, “la bauxita y el mineral de hierro se extraen de la naturaleza, el mineral se procesa para obtener aluminio y hierro, pero éstos son elementos químicos, no desaparecen. Además, el mineral no se agota, ya que en la corteza terrestre hay 10.000 veces más aluminio y hierro que toda el agua de la Tierra. Hay que tener presente que estos elementos cambian de sitio, de aplicación y de producto, pero permanecen”.