El Método Ethernum redefine la maduración del vino con un sistema pionero en huevos de hormigón
El Método Ethernum nace como un concepto disruptivo dentro del panorama enológico. Desarrollado por el enólogo César Langa, de la mano del vino Güevo Wine, este sistema parte de una idea esencial: el vino no termina cuando se embotella, sino que sigue evolucionando como un organismo vivo.
Su aplicación se realiza exclusivamente en huevos de hormigón de 1.700 litros, donde la microoxigenación natural y el trabajo de las levaduras indígenas del viñedo permiten una maduración pausada, estable y armónica.
El proceso utiliza un sistema de criaderas y soleras con trasiegos fraccionados que integran progresivamente distintas añadas hasta alcanzar la solera final. De esta fase se extrae anualmente una cantidad limitada a 2.266 botellas, lo que garantiza la singularidad y continuidad del producto. Más allá de su resultado sensorial, el método se concibe como una herramienta de interpretación del terroir y del tiempo, uniendo tradición y tecnología bajo una lógica circular y sostenible.
Uno de los aspectos más distintivos de Ethernum es su envase permeable, el primero del mundo diseñado para permitir una microoxigenación controlada incluso después del embotellado. Este recipiente prolonga la vida del vino, favorece su evolución y mantiene su complejidad aromática en constante transformación. Así, la conservación deja de ser un estado estático y se convierte en una etapa activa del ciclo vital del vino.
Un proyecto de autor: César Langa
Detrás de Güevo Wine se encuentra el enólogo César Langa, impulsor de un proyecto que comenzó a gestarse hace una década, fruto de una necesidad vital y profundamente humana: negarse a aceptar que la emoción del vino se diluya entre rutinas, fórmulas y comparativas de mercado.
“No surge de una estrategia comercial —explica Langa—, sino del deseo de volver a creer, ilusionar y reconectar con la tierra hasta convertir cada vendimia en un acto auténtico de creación”.
Para su creador, el objetivo de Ethernum no es competir en el mercado, sino ofrecer una vía alternativa a la estandarización del sector. “Buscamos devolver al vino su capacidad de emocionar y conectar con quien lo crea y quien lo disfruta”, explica Langa.
Desde su bodega en el Valle del Frasno, el proyecto combina variedades autóctonas cultivadas bajo principios ecológicos con una técnica de vinificación que prioriza la autenticidad frente a la repetición.
De esa exploración surge el Método Ethernum, un proceso de elaboración que desafía los esquemas tradicionales y plantea una manera distinta de comprender el vino: no como un resultado predecible, sino como una expresión viva y en constante evolución.
Una filosofía que defiende la autenticidad frente a la repetición y la emoción frente a la uniformidad, dando lugar a un vino que respira, siente y cuenta su propia historia.
El viaje de Güevo Wine acaba de comenzar, y promete remover las certezas de un sector que, más que nunca, necesita volver a emocionarse.
















