La ventana: un elemento en constante evolución
Si echamos una mirada al pasado, a los inicios, a las primeras construcciones que hacía el hombre, a lo que podría definirse como, cabañas primitivas, donde las ventanas eran rudimentarias pensadas más para ventilar que para iluminar. O en los castillos medievales, donde se convirtieron en elementos defensivos. Con la llegada de la arquitectura moderna en los años 60 y 70, la ventana ganó protagonismo como símbolo de apertura, diseño y confort. Hoy, en plena era de la eficiencia energética, la ventana es un componente técnico de alto rendimiento, clave para alcanzar los estándares de sostenibilidad que exige la nueva construcción y la rehabilitación energética.
Esta evolución ha sido posible gracias a la innovación en materiales y a la mejora constante de los sistemas de herrajes. Madera, PVC y aluminio han sabido adaptarse a los nuevos retos, y hoy convergen en una solución común: los sistemas de canal 16, como los que desarrollamos en Roto Frank. Estos sistemas permiten integrar eficiencia, seguridad, confort, diseño y automatización, una necesidad creciente en un sector que, como tantos otros, se enfrenta a la escasez de mano de obra cualificada.
Las ventanas equipadas con herrajes de Roto Frank ofrecen las mejores prestaciones en eficiencia, seguridad, confort y diseño.
La ventana ya no es solo un producto; es una solución tecnológica que contribuye activamente al bienestar del usuario, al rendimiento energético del edificio y a la eficiencia de los procesos industriales. Su papel en la envolvente térmica es crucial, y su capacidad para integrarse en sistemas domóticos la convierte en una pieza clave de la edificación inteligente.
5 claves sobre el papel de la ventana en la envolvente del edificio
1. Aislamiento térmico eficiente
Reduce pérdidas de calor en invierno y sobrecalentamiento en verano, mejorando el confort y reduciendo el consumo energético.
2. Control solar y luminosidad natural
Permite aprovechar la luz natural y controlar la radiación solar con vidrios y protecciones adecuados.
3. Estanqueidad al aire y al agua
Evita infiltraciones y filtraciones, esenciales para la eficiencia energética y la durabilidad del edificio.
4. Reducción del ruido exterior
Mejora el confort acústico gracias a acristalamientos y sistemas de cierre avanzados.
5. Integración con sistemas de automatización
Facilita la ventilación controlada, la seguridad activa y la gestión energética mediante domótica.





















































































