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Cómo prepararse para ser un buen peregrino

Redacción OutdoorActual03/02/2011
Peregrinos, ayer y hoy
Peregrinos, ayer y hoy

Que el atuendo de los peregrinos ha cambiado del s. XV, a hoy en día, es algo obvio. Ya no sirven los versos del romance leonés que decía: "Por las sendas que conducen / al sepulcro del Patrón / el peregrino camina / con su concha y su bordón". Aunque la concha se sigue utilizando, el bordón ha sido cambiado por modernas chaquetas impermeables. Aquí les dejamos un resumen del equipo que deberías llevar contigo para abordar el Camino de Santiago.

ROPA
Debemos ser prácticos y olvidarnos un poco de aquellas prendas que nos quedan tan bien delante del espejo y para las cuales nos inventamos una practicidad inexistente. Estamos preparando una caminata que nos tomará varias semanas y no un desfile de modelitos. Por lo tanto pensemos en llevar dos pares de pantalones de trekking de buena calidad. Importante que sequen rápido, ya que en todos los albergues nos encontraremos con lavaderos para limpiar la ropa de un día para otro. Se puede pensar en llevar pantalones de diferente grosor dependiendo de la estación en la que nos pongamos en marcha. Llevaremos otro par de camisetas térmicas como primera capa, así como un forro polar o una chaqueta shoftshell como segunda capa. Cómo tercera capa nos equiparemos con un chaqueta para el agua y el viento de Gore Tex o similares. Es conveniente incluir, en el apartado de la ropa, unos guantes finos y un gorro. También es opcional portar una capa de cuerpo entero para el agua, por si nos toma en medio del camino uno de los chaparrones tan usuales en el norte de la península. Los calcetines también serán parte importante, ya que los pies serán los más sufridos en esta travesía. Deberán ser calcetines que transpiren adecuadamente y eviten la fricción del pie, para que las ampollas no nos amarguen el camino. Respecto a la ropa de descanso, debemos intentar llevar lo mínimo posible, ya que cada prenda sumará peso a nuestra mochila.

CALZADO
Teniendo en cuenta que el recorrido del Camino de Santiago no presenta dificultades extremas, nos bastará con escoger unas botas de trekking para poder completar satisfactoriamente la ruta. Eso sí, deberán ser unas botas de trekking adecuadas, cada uno verá si prefiere que sean de caña alta o de caña baja, pero es importante que transpiren mínimamente bien y nos protejan de la lluvia que, irremediablemente, es casi seguro que algún día caerá encima nuestra. Llevaremos también unas sandalias, que nos pueden servir en la ducha, en los ríos, así como de calzado de descanso una vez hayamos concluido la jornada.


MOCHILA
Debemos tener en cuenta que, junto a los pies, la espalda es la parte del cuerpo que más sufre en una caminata tan larga, por lo que es importante que contemos con una buena mochila, que sea anatómica y, sobre todo, no demasiado grande. Pasaremos continuamente por pueblos donde encontrar avituallamiento, por lo que no hace falta llevar el armario de casa en la mochila. En un principio, una mochila de 30 litros debería bastar para ordenar todo nuestro equipo. Es importante que la mochila tenga un plástico protector para el agua, para evitar que el interior de la mochila se moje cuando llueva.

¿Y PARA DORMIR?
En la mayoría de albergues podremos dormir en literas y con mantas del propio albergue, pero debemos pensar en que en alguna ocasión, sobre todo si es verano, podremos encontrarnos con los albergues llenos, por lo que conviene ser previsores y, si vamos a realizar el Camino en temporada alta, convendrá cargar con una esterilla y un saco de dormir adecuado para la temporada del año en la que estemos. Huelga decir que, cuanto más pequeño y ligero sea el saco, mejor. También existe la opción de llevarse tienda de campaña, lo cual incrementaría el peso de nuestra mochila, pero nos daría una mayor independencia a la hora dormir y montar el campamento. Cada uno lo debe valorar, pero si no estamos especialmente bien de forma o no estamos acostumbrados a cargar grandes pesos sobre las espaldas, conviene aprovecharse de la extensa red de albergues existentes a lo largo de todo el Camino de Santiago.

HIGIENE
Tantos kilómetros de camino hacen sudar mucho a todo el mundo, por lo que es importante contar unos mínimos productos de limpieza personal, como son una toalla de viaje (de rápido secado) y un neceser con los productos básicos de limpieza como jabón, cepillo y pasta de dientes, cuchillas para el que quiera afeitarse, etc. También es importante incluir en el neceser crema para el sol y aftersun, ya que si vamos en verano, habrá días en los que el sol nos pegue fuerte.

BOTIQUÍN
Encontraremos farmacias en muchos de los pueblos por los que pasamos a lo largo del Camino, pero aun así, conviene siempre tener a mano un pequeño botiquín que deberá consistir, en su versión más mínima, en alguna venda, analgésicos, antisépticos, esparadrapo de tela, tiritas y tiritas de sutura y unas tijeras.


OTROS ELEMENTOS IMPRESCINDIBLES
Como elemento imprescindible para incluir en la mochila debemos mencionar la cantimplora para el agua. Lo mejor es que sea de un litro y metálica, para mantener mejor la temperatura del agua. Otro elemento a tener en cuenta son las pinzas para la colada. Llevamos poca ropa, por lo que nos tocará lavarla muy a menudo y no siempre encontraremos pinzas en el albergue, por lo que conviene llevar alguna pinza en la mochila para hacer la colada y colgar la ropa en el albergue o en la mochila misma si no se ha secado a tiempo. Parece una tontería decirlo, pero es conveniente acordarnos del teléfono móvil, para contactar con nuestros compañeros si vamos a diferente ritmo, para preguntar sobre las ocupaciones de los albergues y, finalmente, por si nos perdemos u ocurre algo peor, poder llamar a los servicios de emergencia. Las gafas de sol también deberían tener su espacio en nuestra mochila, pues es probable que más de un día el sol caiga con dureza sobre nuestras cabezas, sobre todo si recorremos el Camino en el verano.

ELEMENTOS ÚTILES OPCIONALES
Otros elementos útiles que nos pueden sacar de apuros son, por ejemplo, una navaja multiusos, que nos puede ayudar en infinidad de ocasiones, desde preparar un bocata a ajustar los cordones de las zapatillas. Una linterna pequeña o frontal también son útiles para movernos o leer en el albergue cuando se haya ido la luz, así como para iniciar una marcha antes del alba y poder disfrutar del amanecer. Una linterna frontal siempre será más práctica y nos dará más movilidad que una pequeña linterna de mano. Quizás sobra decirlo, pero la cámara de fotos es otro elemento que agradeceremos haber cargado, ya que con él podremos inmortalizar momentos de esta experiencia inolvidable para quienes la realizan. Un mechero o una caja de cerillas también nos pueden ayudar en diferentes ocasiones, ya sea para encender una cocina o para cualquier cosa, pero sobre todo, para evitar ser el pesado de turno que pide a todo el que encuentra un mechero o una cerilla. Una riñonera fina también será útil para organizar nuestras cosas, pues siempre tendremos a mano y en lugar seguro el dinero y los documentos necesarios. Otro elemento importante es una guía sobre el Camino de Santiago. No es imprescindible, ya que el camino se encuentra perfectamente señalizado en todo su recorrido peninsular, pero nos ayudará a conocer mejor y con más detalles aquellos lugares por los que pasamos. Por último, y esto ya depende de las aficiones de cada uno, se pueden incluir en la mochila un cuaderno y algún que otro bolígrafo, para intentar retener en papel momentos y sensaciones que no se puedan plasmar en una fotografía, así como para poder elaborar una agenda con todas las personas interesantes que seguro que conoceremos a lo largo del camino.