Un "salvavidas" en el Aneto
Antonio Lafón, el guarda del refugio de La Renclusa, es un hombre curado de espantos. Este montañés de Fonchanina lleva vinculado al refugio 44 de sus 58 años de vida. Lafón ha visto de todo durante tanto tiempo. Por ello, no le sorprendió nada lo que sucedió el pasado fin de semana. Un montañero valenciano de 57 años se despeñó a las nueve y media de la noche en la Cresta de los Portillones, a 2.750 metros de altitud, cuando descendía junto a otros dos montañeros sin haber podido ascender al Aneto.
Su hijo llegó al refugio poco antes de las once de la noche y después se dio la alarma al GREIM de Benasque, que llegó con un médico del 061 hasta el cadáver a las dos menos cuarto de la mañana. Cinco horas más tarde, un helicóptero de la guardia civil recogió al montañero fallecido y lo transportó hasta Benasque.
"No tenían experiencia. Lo que no puede ser es que gente que no está preparada salga el mismo día desde Sesué a las tres de la mañana e intenten subir al Aneto sin pensar que hay que regresar", explica Lafón, que habla de la equipación poco adecuada del trío de afectados. "Salieron con pantaloncito corto y unas botas en las que no pueden ponerse crampones. Tendrían que haber estado aquí de vuelta a las cuatro de la tarde con la cima en la mochila. Se dieron la vuelta a las siete de la tarde en el glaciar". Después sucedió el accidente. "Se hizo de noche, estaban cansados, bajaron por la primera canal que encontraron y el hombre bajó rodando para abajo", dice.
Guía de montaña
Lafón recomienda que la gente sin experiencia lleve un guía de montaña. "Hay un equipo de guías de montaña que funciona perfectamente en Benasque. No pasa nada por cogerlo un día. Pagarlo una vez al año no es dinero". También es importante recabar información en el refugio. "Que pregunten a los guardas y les diremos el material que hay que llevar, cómo ir... No cobramos nada por informar". El GREIM lleva 40 años trabajando en la montaña y está perfectamente compenetrado con los guardas del refugio de La Renclusa. "Llevo aquí desde los siete años y la comunicación es muy sencilla", explica Lafón. El refugio de La Renclusa tiene un botiquín para tratar los accidentes más urgentes. "Tenemos suficientes medios con una sala de curas, camilla, un desfibrilador", dice.
Para el guarda del refugio de La Renclusa, esta temporada ha habido menos accidentes que otros años. "El número de accidentes ha sido menor, puesto que hay que tener en cuenta que ha venido menos gente. Se han asustado al ver los partes con avisos de tormentas. Estas alarmas nos fastidian bastante puesto que las tormentas solo se forman por la tarde", dice.
El Puente de la Virgen de agosto la montaña se llena de deportistas y turistas en puntos muy determinados del Pirineo aragonés. La excursión típica del valle de Benasque es el ascenso al Aneto, el techo de la península con sus 3.404 metros de altura. Lafón informa de como está actualmente el ascenso desde La Renclusa. "Está perfecto para subirlo por el glaciar. El hielo vivo está cubierto por la nieve. Por la noche hace frío y la nieve se pone dura. Además, hay neveros a pocos metros del refugio. Los que quieran subir deben llevar botas, crampones y piolet y, si no se conoce la zona, que contraten un guía de montaña", dice.
Un punto negro del macizo de las Maladetas es el conocido Paso de Mahoma, un tramo previo a la cima del Aneto por el que se transita entre dos precipicios. Hace tres meses se mató allí un montañero guipuzcoano de 59 años. "Tuvo mala suerte puesto que se le engancharían los crampones. Pero no tienen porqué suceder aquí accidentes. Con una cuerda fija y un pasamanos, el montañero tiene suficiente para pasar". La mayoría de los accidentes se producen en lugares menos específicos. "La mayoría de los accidentes se producen en los neveros por no saberse parar. El deportista termina en las rocas", dice Lafón.
Información de R.Martí para el Heraldo de Aragón